Con un hábitat disperso en barriadas, siete en total, y con dos núcleos principales y urbanizados como son Zelaieta y Matiena, el conjunto histórico-artístico de este municipio gira en torno a estas características, destacando la variedad de patrimonio, ya sea religioso, civil o domestico.
En el barrio de Zelaieta encontramos la Iglesia Parroquial de San Torcuato, construida entre los años 1762 al 1783 y enclavada en lo que ya desde época altomedieval debía ser lugar importante de culto. Restos arqueológicos de factura románica atestiguan la existencia de un templo en este emplazamiento, así como posteriores reedificaciones documentadas a lo largo de los siglos XVII y XVIII (de las cuales únicamente queda la torre-campanario). Aunque inmerso en época barroca es un templo claramente manierista, anclado en la tradición renacentista, con una única nave, crucero y capillas todos ellos a una misma altura. Su característica principal puede ser su compacticidad, demostrada de forma perfecta con la introducción de los contrafuertes al interior. Un ábside poligonal, cubierta de crucería, en diversas formas y un pórtico con dos accesos con decoración neoclásica son otras de sus características. Dentro podemos encontrar numeroso arte mueble, a destacar los retablos de San Blas y El Rosario, a los lados de la cabecera, de estilo barroco, el enrejado del presbiterio o la sillería del coro.
Dentro de la arquitectura religiosa, además, hay que destacar el Santuario de los Santos Antonios de Urkiola (véase), caracterizado por una de las romerías más importantes que se celebran en Bizkaia y motivo de numerosas peregrinaciones, el Conjunto de Gerediaga (véase), compuesto por la Ermita de San Salvador, la campa y la cruz de piedra de los alrededores, y enlazando con la característica de dispersión de todo el término municipal, las quince ermitas diseminadas a lo largo de las barriadas y construidas entre los siglos XVI al XVIII. Éstas son, en general, de reducidas dimensiones, mampostería, planta rectangular, ábside recto y de nave única. En Zelaieta se encuentran la Santa Cruz o Humilladero del Calvario, la Ermita del Ángel de la Guarda y la de San Vicente. El cementerio de estilo neoclásico, planta cuadrada y todo él porticado, en las proximidades de la iglesia parroquial y el Via Crucis de fabrica barroca, también en Zelaieta, completan el patrimonio religioso.
Jalona el barrio de Zelaieta numerosa arquitectura doméstica, entre la que destaca el Palacio de Abadiño, de factura renacentista (1591) como se puede ver en el vano de ingreso de claro carácter clasicista, cúbico, a cuatro aguas y dos alturas y varias inscripciones en dinteles, tanto exteriores como interiores. El Palacio Campos de estilo neoclásico y por lo que se deduce de la inscripción del acceso edificado en 1796, con planta alargada, también a cuatro aguas y paredes revocadas que ocultan sillería, resaltando las cuatro gárgolas que rematan las esquinas de la cornisa. Y los Chalets Zeletabe e Ibargoiti construidos en el siglo XX y enmarcados dentro de la arquitectura historicista, conjugando varios estilos.
En el barrio de Muntsaratz (véase) se encuentra la Casa-Torre del mismo nombre, que es sin duda alguna el edificio más significativo de Abadiño en lo que a arquitectura doméstica se refiere. En este barrio, además, tenemos el Palacio de Uribarrena y los Caseríos Xatena (siglos XVI-XVII) y Arbetxe (siglos XVII-XVIII).
Con respecto a la arquitectura civil cabría destacar la Casa de Astolazubiaur, la cual fue residencia del Teniente de toda la Merindad de Durango a partir de mediados del siglo XVI. Su arquitectura está a medio camino entre el palacio y el caserío, con cubierta a tres aguas, planta cuadrada y tres alturas. El Molino Larringan, uno de los pocos ejemplares de viento que existen en Bizkaia, de primera mitad del siglo XVIII, y la Calzada Zelaieta-Atxarte-Mendiola, que une estos barrios serían otros de los ejemplos del patrimonio civil.
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MCG