Territorios

Zuberoa. Historia

  • El vizcondado de Soule (Zuberoa)

Se ignora en qué circunstancias nació el vizcondado de Zuberoa. Es probable que el aislamiento del "pays" en el corazón de la cadena pirenaica haya contribuido a la constitución de este señorío que gozó de una autonomía y de una alodialidad (en franc-alleu) de hecho. Según Jaurgain, Guillermo Fort, vizconde, en parte, de Lavedan (compartía este cargo con su hermano García), fue investido con el vizcondado de Zuberoa hacia 1023por Sancho Guillermo, duque de Gascuña. Es el primer vizconde conocido (La Vasconie, I, 87-90; II, 457-481).

  • Vinculación a la diócesis de Olorón

Raimundo Guillermo, llamado "Salamace", segundo vizconde de Zuberoa, sucedió a su padre hacia 1040. Algunos años más tarde, hacia 1058, Centulo IV el Viejo, vizconde de Béarn, fue muerto por los suletinos y los bearneses se dispusieron a invadir Zuberoa. Raimundo Guillermo decidió entonces retirarse a sus tierras de Lavedan. Para ello, debía pasar por la diócesis de Olorón. El obispo de este lugar, su primo Esteban de Lavedan, aprovechó la coyuntura para obligarle a separar Zuberoa de la diócesis de Dax devolviéndola a su diócesis de origen. Algunos años después, los suletinos hicieron las paces con sus vecinos bearneses, y Raimundo Guillermo pudo volver a su vizcondado. Hacia 1078, firmó un tratado con Centulo V el Joven, vizconde del Béarn, por medio del cual se comprometía a defenderle contra todos excepto el rey de Pamplona y el conde de Gascuña (Jaurgain, Op. Cit.), del que, de esta forma, se reconocía vasallo.

  • Luchas con los bearneses

Guillermo Raimundo, llamado Guillermo Fort II, llegó a ser, a la muerte de su padre, hacia 1085, el tercer vizconde de Zuberoa. El 18de setiembre de 1086, Guillermo Geoffroy, duque de Gascuña, cedió a Centulo V sus derechos de soberano en Zuberoa, y el vizconde del Béarn conminó entonces a Guillermo Fort a venir a rendirle homenaje en Navarrenx. Ante su negativa, Centulo invadió Zuberoa y concedió el fuero de Olorón a los habitantes de Montory. A la muerte de Centulo V, en 1090, Guillermo Fort concluyó una alianza con el vizconde de Dax, con la finalidad de reconquistar los bienes de los que se había apoderado el vizconde del Béarn. La lucha fue sangrienta y duró hasta 1105pero Guillermo Fort recobró sus bienes. Ver Bearn.

  • Relaciones con Navarra

Con Gassion, 4° vizconde de Zuberoa, hijo de Guillermo Fort II al que sucedió hacia 1120, los lazos con Navarra se estrecharon. Se puso al servicio de Alfonso el Batallador, rey de Pamplona y de Aragón (1104-1134), al que rindió homenaje en Morlaas, junto con el conde de Bigorra, en 1122, el cual le otorgó el señorío de Belorado en 1125, haciendo de él un ricohombre (Jaurgain, Op. cit.). Los ricohombres eran los primeros dignatarios del Reino, por encima de los caballeros. Eran miembros del Consejo real y disfrutaban del honor de comandar la caballería compuesta por gentilhombres. Alfonso el Batallador erigió un castillo en Zuberoa; E. Goyhenetche (1979, 70 y 132) piensa que fue el de Mauléon. En ese caso, habría que interpretar sin duda que fortificó el castillo que ya existía, ya que es probable que hubiera uno en el lugar, sede de los vizcondes de Zuberoa, edificado sobre el emplazamiento de un antiguo oppidum erigido, a su vez, sobre una construcción protohistórica. Gassion fue el padre de Auger I, 5° vizconde de Zuberoa, que le sucedió y dejó, a su muerte, el vizcondado a su hija Navarra, 6° vizcondesa de Zuberoa y esposa de Auger de Miramont. Es en esa época cuando Zuberoa pasa a soberanía inglesa.

  • Alienor de Aquitania

El duque de Aquitania seguía siendo el soberano de los países situados entre el Loira y los Pirineos. A Guy-Geoffroy (1058-1086) le sucedieron Guillermo IX el Trobador (1086- 1127) y Guillermo X (1127-1137). Este último, que había nombrado heredera a su hija Alienor, había rogado antes de morir a los reyes de Francia que la casaran. Es así cómo, en 1137, Alienor casó con Luis, heredero del Reino de Francia, aportando como dote, junto con el Poitou, Aquitania y Gascuña, y, tres meses después, Alienor pasaba a ser reina de Francia. Pero, durante su Cruzada en Palestina, la discordia se instaló entre los esposos y, en 1152, Luis VII hizo anular el matrimonio. Ese mismo año, Alienor casó con Enrique Plantagenet, conde de Maine y de Anjou, duque de Normandía, y dos años después, éste era coronado rey de Inglaterra, bajo el nombre de Enrique II (Dupuy, 1973; Pernoud, 1965). Ver Alienor de Aquitania.

  • Rivalidad franco-inglesa

De esta forma, tanto Zuberoa como Aquitania y Gascuña pasaron a ser, durante tres siglos, vasallos de Inglaterra. Los dominios de la nueva pareja constituían un Estado que englobaba la mitad de Francia. Los reyes de Francia y de Inglaterra, rivales hasta entonces, se convirtieron en enemigos. En efecto, vasallo del rey de Francia por sus posesiones continentales, Enrique Plantagenet era, en tanto que rey de Inglaterra, igual a su soberano en cuanto a dignidad y poder. De esta situación ambigua nació un estado de guerra casi permanente hasta 1453. A Zuberoa, gracias a su posición geográficamente excéntrica, le tocó sufrir menos las consecuencias de esta rivalidad franco-inglesa que a otras regiones, sin conseguir, no obstante, mantenerse al margen de los conflictos y conservar su independencia.

Vizcondes de ZuberoaDuques de Aquitania.
c. 1023-1040Guillermo Fort
c. 1040-1085Raimundo Guillermo1058-1086Guy Geoffroy
c. 1085-1120Guillermo-Raimundo
(G. Fort II)
1086-1127Guillermo IX el Trobador
c. 1120-1130Gassion1127-1137Guillermo X
c. 1130-1150Auger I1137Alienor
c. 1150-1170Navarra1154-1189Enrique II
c. 1170-1178Bernardo Sancho1189-1199Ricardo I C. de León
1178-1200Raimundo Guillermo II1199-1216Juan Sin Tierra
1200-1230Raimundo Guillermo III1216-1272Enrique III
1230-1244Raimundo Guillermo IV
1244-1257Raimundo Guillermo V
1257-1261Auger III
1296-1307Auger III1272-1307Eduardo I

  • Estrechamiento de lazos con Navarra

En sus primeros tiempos la administración inglesa respetó las instituciones locales y los vizcondes siguieron gobernando Zuberoa, como antes de ella. Bernardo Sancho, 7° vizconde de Zuberoa, sucedió a su tía, Navarra, hacia el 1170 y falleció en 1178. Raimundo Guillermo II, su tío lejano, le sucedió como 8° vizconde de Zuberoa. A partir de éste, vemos cómo se estrechan todavía más los lazos con Navarra, para contrapesar, sin duda, la influencia inglesa (Goyhenetche, Op. cit., 70 y 132). En 1196, fue a Olite a someter a juicio de Sancho el Fuerte, rey de Navarra, un diferendo suyo con Gastón VI, vizconde del Béarn (Jaurgain, 1898, I, 87-90; II, 457-481). Murió en 1200 dejando como heredero a su hijo, Raimundo Guillermo III, 9° vizconde de Zuberoa, que fue testigo del homenaje prestado a Sancho el Fuerte por Viviano II, señor de Gramont, en 1203. El año siguiente, Alfonso VIII, rey de Castilla, invadió Zuberoa y Laburdi reivindicando los derechos de su mujer a Gascuña. En efecto, éste había casado con Leonor, hija del rey Enrique II. Una alianza entre el rey de Navarra y Juan sin Tierra, rey de Inglaterra, obligó al rey de Castilla a poner fin a su empresa y Zuberoa siguió siendo inglesa.

  • Entre Navarra e Inglaterra

A Raimundo Guillermo III le sucedió su hijo, Raimundo Guillermo IV, 10° vizconde de Zuberoa. Prestó juramento de vasallaje a Teobaldo I, rey de Navarra, en 1234 y le rindió homenaje por el castillo de Mauléon, prometiéndole luchar para él contra todos sus enemigos, excepto el rey de Inglaterra (Jaurgain, Loc. cit.). Falleció en 1244 y fue el padre de Raimundo Guillermo V, 11° vizconde de Zuberoa, que se opondrá abiertamente al rey-duque, Enrique III. Hasta entonces, los suletinos no habían tenido quejas de la tutela inglesa, bastante liberal, que respetaba las costumbres e instituciones del país. Los ingleses estaban lejos y tenían otras preocupaciones en su dominio continental. Sin embargo los vizcondes, habituados a una independencia casi absoluta, como la de los de Laburdi o la de sus vecinos del Béarn, no aceptaron con facilidad este reparto del poder. El de Laburdi debió de ceder el primero y, a partir de 1193, los vizcondes fueron reemplazados por bailes nombrados por el rey. En cuanto a los vizcondes del Béarn, éstos supieron recuperar progresivamente su soberanía que llegará a ser un hecho adquirido bajo Gastón Febus (1343-1391) (Tucoo-Chala, 1981). Entre ambos, los vizcondes de Zuberoa resistieron pero acabaron por ceder a la postre.

  • Dificultades inglesas en el continente

El dominio continental de los Plantagenet había disminuido, como piel de zapa, bajo los envites de los Capetos. En 1204, Filipo Augusto había quitado la Normandía a Juan sin Tierra, hijo de Leonor y de Felipe II; al año siguiente Anjou y Turena. En 1224 es Luis VIII el que sometía el Poitou y Saintonge; sólo quedó para Enrique III Aquitania. Finalmente, en 1242, éste trató de recuperar La Rochela, pero derrotado en Taillebourg por Luis IX, futuro San Luis, se retiró y se encerró en Burdeos. ¿Participó Raimundo Guillermo V en estos combates al lado de los ingleses? No se sabe pero sí que, en 1242 y 1243, recibió varias convocatorias para servicios de armas. También se le invitó a rendir homenaje a Enrique III en Burdeos, en 1243, y a acudir a la corte de Saint-Sever para que expusiera sus quejas y recibiera justicia (Jaurgain, Loc. cit.). De hecho, su corazón se inclinaba más hacia Navarra y, el 13 de julio de 1244, renovó ante Teobaldo I el homenaje que le había rendido su padre diez años antes, llegando hasta a prometerle su ayuda en el caso de que el rey de Inglaterra invadiera sus tierras (Moret, Anales..., L. 21):

"In Dei nomine. Conocida cosa sea a todos aqueillos qui agora son, e daqui adelant seran, que yo Remon Guillen, vizconde de Sola, deviengo vasaillo de vos mio sennor D. Thibalt, por la gracia de Dios hondrado rey de Navarra, e conde Palacino de Campayna e de Bria, en tal manera e bona fe, senes todo engainno, debo e so tenido de vos servir contra todos los ommes del mundo, como leal vasallo debe fer servicio a seinnor nompnadament contra Bearn, contra Agramont e contra todos los ommes del mundo; salvo contra aqueilla tierra que el rey Danglaterra tiene quitament en so mano e en so dominio. Demas prometo que si el rey Danglaterra o el senescal de Gascoynna o qui quiere que veniese sobre vuestra tierra, a vos ayude a defender, como leal vasaillo es tenido a seinor, e nos venga cuentra vos por ninguno ni por ninguna; et de tener, catar e atender lealment estas cosas; conosco que fiz pleito e homenaje a vos nuestro seinor D. Th. de manos e de boca a bona fe senes todo engaino. Et Nos D. Th., por la gracia de Dios rey de Navarra, comde Palacino de Campaynna e de Bria, otorgamos e prometemos a vos nuestro amado et hondrado vasallo D. Remon Gullem vezconde de Sola, cada uno aynno a la fiesta de San Miguel, LX libras de bonos sanchetes; demas otorgamos que en toda guerra que entridiessedes por Nos, si conteciesse que Nos ficiessemos paz con aqueillos, o tregoa, que metamos a vos con nosco en la paz o en la tregoa: et que esta cosa sea firme perdurable. Yo el devandito R. Guillen vezconde de Sola e Nos D. Th. por la gracia de Dios, Rey de Navarra, mandamos escrebir esta carta por a.b.c. partida e nuestros seyllos meter en eilla: actum est hoc apud Olitum, anno Demini M.CC.XL. IIII, tercio idus julii".

  • Primeros choques con los ingleses

La derrota de Taillebourg y la debilidad de Enrique III alentaron las revueltas de los señores gascones y, en 1245, reinaba la mayor anarquía desde el Garona a los Pirineos. El vizconde del Béarn, Gastón VII, comprometió a Raimundo Arnaud de Tartas, vizconde de Dax, a Raimundo Guillermo, vizconde de Zuberoa, a los señores de Gramont y a los navarros en una liga que devastó Laburdi. El desorden fue tal que Enrique III reaccionó y confió en 1248 la empresa de restablecer el orden a su cuñado, Simón de Monfort, conde de Leicester, conocido por su carácter inflexible. Este estableció una corte de justicia en Saint-Sever donde convocó a los sediciosos señores gascones. Gramont fue apresado y hecho prisionero, el vizconde de Zuberoa se abstuvo de aparecer y Gastón de Béarn obtuvo una tregua de un año (Lober et Laborde, 1927: 5-34). Raimundo Guillermo se había encerrado en su castillo de Mauléon. Los hombres del conde atacaron éste, lo tomaron, y el vizconde de Zuberoa tuvo que inclinarse ante la fuerza, firmar la paz con los ingleses en 1252 y comprometerse a entregar 10.000 sueldos morlanes de rescate (Jaurgain, Loc. cit.).

  • El castillo de Mauléon

Simón de Monfort puso, pues, fin al levantamiento de los señores gascones con gran rudeza y, en 1251, los representantes gascones acudieron a la Corte de Inglaterra a quejarse de él. A fin de satisfacerlos, Enrique III le quitó el gobierno de Gascuña en 1252 y se lo otorgó a su hijo mayor, el príncipe Eduardo, que había sido ya investido con el ducado de Aquitania en 1249. Eduardo poseía algunos castillos bien situados para asegurarse la protección de su ducado, pero eran insuficientes. De ahí su política de acrecentamiento de su sistema defensivo por medio de compras, intercambios o confiscación. El castillo de Mauléon ocupaba una posición privilegiada entre Navarra, Aragón y el Béarn (Trabut-Cussac, 1972). Ello explica sin duda el encarnizamiento empleado en apoderarse de él, máxime cuando apenas podía acordar una confianza limitada al vizconde de Zuberoa, que sólo buscaba el modo de zafarse de la soberanía inglesa.

  • Guerra y tratado de 1256

El 23 de octubre de 1254, el príncipe Eduardo otorgó a Guillermo Arnaud de Tardets, baile de Laburdi y hombre de confianza de los ingleses, la administración de Zuberoa hasta que Raimundo Guillermo pagara la suma debida (Trabut-Cussac, 1972). El vizconde de Zuberoa no aceptó esta tutela y nuevos incidentes tuvieron lugar en 1255. Finalmente se concluyó un tratado de paz entre Raimundo Guillermo y el senescal de Gascuña, Etienne Longue-Epée, el 28 de setiembre de 1256. Cada parte juraba respetar la paz, una respecto a la otra, y hacia el príncipe Eduardo. Además, en concepto de expiación de sus culpas, el vizconde de Zuberoa prometió enviar de peregrinación a ultramar a los caballeros Guillermo Arnaud de Sibas y Bertrand de Uhart y a los donceles Sancho Arnaud de Ruthie y García Arnaud de Charritte (Bémont, 1914).

  • Muerte de Raimundo Guillermo

Desgraciadamente, apenas duró la paz ya que el príncipe Eduardo estaba determinado a poseer, de una u otra manera, el castillo de Mauléon. El 24 de agosto de 1257, en Sauveterre de Guyena, García Arnaud, señor de Naveilles y de Laguinge, se comprometió bajo juramento a

"ayudar al rey de Inglaterra y a su hijo, el príncipe Eduardo, a ocupar y a custodiar el vizcondado de Zuberoa y el castillo de Mauléon, incluso mediante una guerra con ellos"

(Bémont, Op. cit.).

Aquí se sitúa uno de los acontecimientos más tristes de la historia de nuestros vizcondes. García Arnaud de Naveilles y el senescal Longue-Epée invadieron Zuberoa y se apoderaron del castillo de Béloscar de Aroue. Raimundo Guillermo pereció, con las armas en la mano, defendiendo su tierra, en 1257 (Jaurgain, Loc. cit.).

  • Nuevo tratado de paz

La viuda de Raimundo Guillermo V, la vizcondesa Marquesa, y sus hijos continuaron la lucha, pero el vizconde del Béarn se interpuso y una nueva paz fue concluida el 11 de octubre de 1257 en Mauléon.

"Etienne Longue-Epée, senescal de Gascuña por el príncipe Eduardo, promete sostener y hacer observar por el príncipe los acuerdos y convenciones suscritos en su nombre por Gastón, vizconde del Béarn, con Doña Na Marquesa, vizcondesa de Zuberoa, y N. Auger su hijo. Por su parte, Auger promete comportarse de forma buena y leal hacia el príncipe y marchar a Inglaterra para hacer ratificar antes de la media Cuaresma la paz concluida con el senescal. Si el acuerdo no fuera ratificado, Gastón del Béarn devolverá el castillo de Mauléon a Auger de Zuberoa y el de Béloscar, con Zuberoa, al senescal"

(Bémont, Loc. cit.).

Se transparenta que este acuerdo suponía ya la cesión del castillo de Mauléon y del vizcondado de Zuberoa al príncipe Eduardo.

  • Auger cede el vizcondado en 1261

Auger, hijo de Raimundo Guillermo, 12° y último vizconde de Zuberoa de la familia de Mauléon, sucedió a su padre en 1257 y retomó la guerra contra los ingleses al año siguiente. El 12 de diciembre de 1258 vemos a B. García, señor de Osserain, entregar su castillo a Ispan de Domezain, representante del príncipe Eduardo, por todo el tiempo que durará la guerra de Mauléon. Promete fidelidad al príncipe y a los suyos (Lober et Laborde, Bémont, Loc. cit.). Auger defendió tan valientemente su pequeño Estado que el senescal Longue-Epée y sus tropas debieron evacuarlo (Jaurgain, Loc.cit.). Pero el príncipe Eduardo no renunciaba a su designio de ocupar el castillo de Mauléon. En 1260, se dirigió a Gascuña para tratar cierto número de asuntos, y el 28 de octubre de 1261, Gaillard del Soler, encargado de tener al rey Enrique III informado de las actividades de su hijo, le escribía:

"Sabed, señor muy excelente, que el príncipe Eduardo está en muy buen estado y prospera, y que ha arreglado perfectamente sus asuntos de Gascuña, a Dios gracias. Gaston del Béarn está con él y ambos se han dirigido al castillo de Mauléon"

(A.D.P.A., E 355).

El 3 de noviembre hallamos al príncipe Eduardo en persona ante Mauléon, donde ha convocado a sus huestes. A continuación de esta demostración militar y de las llamadas del Papa, que le permitieron salvar la cara, Auger se inclinó ante la fuerza y cedió su vizcondado al príncipe Eduardo, ese 3 de noviembre de 1261, a cambio de los pueblos de Laharie, Saubusse, Saas y Angoumé y de la tierra de Marensin (Bémont, Loc. cit.).

  • La Guyena

Zuberoa pasó, pues, bajo administración directa del rey-duque. Mientras tanto, Enrique III había firmado con San Luis, en diciembre de 1259, el tratado de París, por medio del cual abandonaba toda pretensión sobre Normandía, Aunis y Anjou, y reconocía su vasallaje al rey de Francia por la Gascuña. Es a partir de ese momento cuando pasa a denominarse Guyena el dominio designado a los ingleses. En cuanto a Auger de Mauléon, lo encontraremos al servicio del rey de Navarra. El 27 de agosto de 1274 asiste, como caballero y ricohombre a la asamblea de Estados de ese país (Jaurgain, Op. cit., t.II). Eduardo había sucedido a su padre Enrique III en el trono de Inglaterra en 1272. Durante los dos años siguientes, efectuó en persona una información sobre su dominio gascón que le reveló que estaba mal protegido y que su autoridad desfallecía, particularmente allí donde ésta era poco visible (Trabut-Cussac, Op. cit.). Consideró que le era necesario reforzar las capacidades defensivas de sus fortalezas y puso manos a la obra para conseguirlo. Así es cómo mandó efectuar reiteradas reparaciones y fortificaciones del castillo de Mauléon.

  • Las bastidas

Pero no bastaban las fortalezas para proteger el ducado en las regiones fronterizas. Hacían falta también villas cuyos habitantes fueran, por su fidelidad y su actividad, las bases de la expansión del poder del rey-duque. Se crean las villas nuevas o bastidas: Bonnegarde en 1283, Hastingues en 1289, Sorde en 1290 (Trabut-Cussac, 1954). Si Zuberoa formaba parte de la Gascuña inglesa, Béarn, por el contrario, había acabado por constituir, en el s. XIII, un Estado soberano. De esta forma, las bastidas creadas por el rey-duque aparecían como otros tantos puestos de vigilancia de la frontera anglo-bearnesa (Tucoo-Chala, 1973). Por su parte, los vizcondes de Béarn crearon gran número de bastidas entre 1281 y 1357, cerca de las fronteras: Bellocq, Labastide-Villefranche, Garlin, Nay, Montaut, Lestelle. Su creación perseguía el mismo objetivo que el del rey de Inglaterra;

"asegurar el poblamiento de puntos estratégicos importantes para defender el Béarn contra invasiones siempre posibles"

(Tucoo-Chala, Op. cit.).

  • La bastida de Mauléon

Es en este contexto de inseguridad permanente de la frontera anglo-bearnesa en el que hay que situar la creación de dos bastidas en Zuberoa, Villeneuve-les-Tardets en 1299 y Mauléon. La primera fue creada por Auger de Mauléon, a su vuelta a Zuberoa y su tentativa de independencia. Esperaba aprovechar todavía las rivalidades entre los reyes de Francia e Inglaterra para mantenerse en su país. El desenlace reveló que no tenía la talla necesaria para oponerse al rey-duque. En cuanto a la bastida de Mauléon, no conocemos desgraciadamente la fecha de su construcción. Se la cita en 1387 por un notario de Navarrenx: "Lo marcadiu et bastide de Mauléon" (Raymond, 1863), pero su nacimiento se inscribe, sin duda, en el movimiento de creación de villas nuevas, entre 1281 y 1360. A este respecto, existe un documento interesante en el Archivo Departamental de la Haute-Garonne. Datado el 4 de junio de 1373, se trata de una autorización acordada a los habitantes de Mauléon, en la diócesis de Olorón, para erigir en el recinto de la villa una capilla que, dependiendo de la orden de San Juan, sería anexada a la iglesia parroquial. Los gastos de construcción y de mantenimiento correrían a cargo de los habitantes. La petición de los habitantes, escrita en romance, va acompañada de la recomendación favorable del obispo y de la aprobación del cabildo (Pasquier, 1927).

  • La iglesia de la Villa Alta

Este documento nos confirma, pues, que la villa de Mauléon es anterior a 1373. Si sus habitantes deseaban una capilla en el recinto de la villa es porque San Juan de Berraute, que hacía las veces de iglesia parroquial, se halla bastante lejos del burgo. La razón reside en que se trata de la iglesia de la encomienda de San Juan de Jerusalén, anterior con mucho a la bastida de Mauléon, como ya lo hemos visto. En cuanto a la nueva iglesia, situada en el corazón del burgo que los mauleoneses hoy llaman "Haute-Ville" (Villa Alta), ésta no será más que el anexo de San Juan de Berraute y dependerá, pues, como ésta, de la orden de Malta. Dedicada a Nuestra Señora, fue remodelada a lo largo de los siglos, para tomar sin duda en el s. XVII el aspecto que hoy conocemos, el de una iglesia suletina con campanario-calvario. Hay que resaltar que, pese a la distancia, los mauleoneses permanecieron fieles a su iglesia parroquial primitiva hasta finales del s. XIX, en que fue reemplazada por la que hoy existe situada en Licharre. En la misma época fue demolida una capilla, ubicada también en Licharre, al final de la alameda.

  • El plano de las bastidas

Los habitantes de una bastida se administraban a sí mismos, por medio de "jurats" municipales, y formaban una comunidad de "vecinos". La autoridad vizcondal o real estaba representada por un baile (TucooChala, Loc. cit.). El plano de las bastidas era por lo general el mismo. En Mauléon, como en Tardets y en otras bastidas, hallamos una gran plaza central rectangular, que es también la arteria principal, bordeada de casas cuyo primer piso, en saledizo, está (o estaba) sostenido por pilares o arcadas, formando así galerías cubiertas bajo las cuales podía celebrarse el mercado. Las calles desembocaban en los cuatro ángulos de la plaza, en el centro de la cual se encontraba la lonja (Tucoo-Chala, Loc. cit.). Hay que añadir que ni Tardets ni Mauléon despojaron a Licharre de su posición de capital tradicional. La misma Mauléon fue considerada como un cuerpo extraño en el país; podremos leer en los Cuadernos de Quejas, en vísperas de la Revolución francesa, que "Mauléon resulta tan extraña al país como si estuviera en Turquía.. Ver Bastida.

  • Eduardo I en Mauléon

Habiendo estallado una revuelta en el País de Gales en 1282, Eduardo se preparó para enfrentarse a sus enemigos y la nobleza de Gascuña acudió, numerosa, a situarse bajo su estandarte. Entre los señores gascones hallamos a un Auger de Mauléon (Trabut-Cussac, Loc. cit.). ¿Se trata de nuestro vizconde? Es poco probable, pero, sin duda, es algún miembro de la familia vizcondal. Eduardo I visitó Olorón en julio de 1287 para concluir el matrimonio de su hija Leonor con el rey de Aragón, Alfonso III, a la sazón de 22 años. A propósito de ello hubo para la ocasión, durante meses, justas y torneos, danzas, banquetes y fiestas espléndidas en los cuales participaron señores de las dos Cortes. A su vuelta, el rey de Inglaterra se detuvo en Mauléon el 19 de agosto, dando muestra, una vez más, del interés que depositaba en ese castillo (Bémont, Op. cit.).

  • Regreso de Auger a Zuberoa

En 1294 las hostilidades entre Francia e Inglaterra se iniciaron otra vez. Bajo el pretexto de la muerte de un marino normando, acaecida durante una pendencia en las calles de Bayona, y el saqueo de La Rochela por marinos anglosajones, los franceses invadieron el ducado. El 12 de julio de 1294, Eduardo convocó a todos los barones de Guyena, entre los cuales a Auger de Mauléon (Jaurgain, Loc. cit.). Este, lejos de acudir a las órdenes de su soberano, se declaró a favor de Felipe el Hermoso, rey de Francia y de Navarra. Auger aprovechó esta guerra para retractarse de las disposiciones que le habían sido impuestas por la fuerza en 1261 y recuperar Zuberoa, que confió a Raimundo Arnaud, señor de Laas, designado capitán-castellano de Mauléon. En 1303, Eduardo I y Felipe el Hermoso firmaron la paz en París y el ducado de Aquitania fue restituido al rey-duque.

  • Salida del último vizconde de Zuberoa

Auger, que había fundado en 1299 la bastida de Villeneuve-les-Tardets, seguía ocupando el castillo de Mauléon y el vizcondado de Zuberoa. Concluida la paz con Francia, Eduardo I pudo consagrarse a restablecer el orden en su ducado. Nuevamente, tras las reiteradas instancias del Papa Clemente V y de Felipe el Hermoso, Auger tuvo que entregar el castillo de Mauléon y el vizcondado a Luis el Hutin, rey de Navarra, que le dio a cambio, el 17 de julio de 1307, el señorío de Rada. Luego, Luis Hutin traspasó Zuberoa y su castillo al rey de Inglaterra (Jaurgain, Loc. cit.). Auger se retiró a Navarra donde fue nombrado, en 1307, alférez mayor, es decir, portaestandarte real, de hecho primera autoridad del ejército navarro. En 1318 murió el último vizconde de Zuberoa, de la familia de Mauléon. El título será detentado en adelante por el soberano efectivo, el rey de Inglaterra-duque de Aquitania, y, más tarde, por el rey de Francia (Jaurgain, Loc. cit.).

  • Los capitanes-castellanos hasta la guerra de los Cien Años

Hemos visto cómo, en 1307, Auger de Mauléon, último vizconde de Zuberoa, debió de inclinarse ante el rey de Inglaterra, Eduardo II, que acababa de suceder a su padre y le conminaba a cumplir el contrato de 1261. Auger, para no obedecer directamente a Eduardo, abandonó su vizcondado a Luis el Hutin, rey de Navarra, que se lo trasmitió al rey de Inglaterra. Eduardo II nombró de nuevo a capitanes-castellanos de Mauléon para que lo representaran y gobernaran Zuberoa en su nombre. Fueron en 1307, García Arnaud de Ezpeleta, luego Fortaner de Batz, en 1308 Pierre Pelet, de 1309 a 1319 Odón de Miossens y, de 1319 a 1350 Raimundo de Miossens (Jaurgain, 1885).

  • Relaciones con Navarra

En 1327, Pedro Raimundo de Rabastens, gobernador del rey de Navarra, reclamó la contribución que los suletinos no habían satisfecho desde que estaban bajo dominación inglesa, es decir 10 vacas, con una mancha blanca en la frente, y cuatro salmones. La Corte General del vizcondado se reunió entonces para reconocer sus obligaciones y tributos hacia los reyes de Navarra y los suletinos pagaron esta contribución, correspondiente a la contrapartida de los derechos de pastoreo sobre ciertas tierras comunes del reino de Navarra (Jaurgain, Op. cit.). Diversos incidentes tuvieron lugar poco después entre los suletinos y los habitantes del valle de Cize (Baja Navarra), pero, en 1328, el señor de Gramont, gobernador de la merindad de Ultrapuertos, restableció la paz y firmó una convención con Raimundo de Miossens (Jaurgain et Ritter, 1968).

  • Causas de la guerra de los Cien Años

La cuestión del ducado de Aquitania y del homenaje debido al rey de Francia había sido hasta entonces el motivo de la rivalidad franco-inglesa. Pero, a la muerte de Carlos el Hermoso en 1328, Eduardo III, nieto de Felipe el Hermoso por parte de madre, pretendió poseer más derechos a la corona de Francia que Felipe de Valois. A partir de ese momento el conflicto pasó a ser dinástico y comenzó la guerra de los Cien Años (1337-1453). Zuberoa tuvo la suerte de encontrarse alejada del campo de batalla ya que, rodeada por Gascuña, Navarra, Béarn y Aragón, no tenía ninguna frontera común con Francia. En cuanto al Béarn, sus vizcondes buscaron el modo de mantenerlo neutral el mayor tiempo posible. Finalmente, Gastón II de Foix, vizconde de Béarn, se puso de parte del rey de Francia. Para recompensarle por sus servicios, Felipe VI le concedió, en noviembre de 1339, Mauléon y el vizcondado de Zuberoa, siempre que consiguiera sustraerlos a los ingleses.

  • Los comienzos de la guerra (1337-1360)

En 1337, Felipe VI sentenció la confiscación de la Guyena y Eduardo III le contestó lanzando un desafío a "ese que se dice rey de Francia", proclamándose. en 1340, solemnemente, a sí mismo rey de Francia. En un primer momento se asistió al derrumbe francés: Felipe VI fue derrotado en Crecy en 1346 y su hijo, Juan el Bueno, que le había sucedido en 1350, fue aplastado en Maupertuis en 1356 por el Príncipe Negro, hijo mayor del rey de Inglaterra, y llevado prisionero a Londres. El Tratado de Brétigny en 1360 facilitó un cuarto del reino a Eduardo III que renunció a la corona de Francia y trasformó su nuevo dominio continental en principado para Eduardo, el Príncipe Negro.

  • Una revuelta de suletinos

Entretanto, Raimundo Guillermo de Caupenne sucedió a Raimundo de Miossens en el cargo de castellano de Mauléon en 1350. En 1357 hubo una revuelta de suletinos a propósito de un pago, el derecho de albergada, que quiso imponerles, pero los incidentes fueron rápidamente reprimidos. El principal instigador de la revuelta, Arnaud Guillermo de Olhaiby, fue hecho prisionero y sus bienes confiscados (Jaurgain, Loc. cit.). En 1377, Eduardo III ordenó hacer un censo general de casas de Zuberoa y de los tributos que éstas debían pagar. Este censo es conocido bajo el nombre de Censo Gótico (Ciérbide ed., 1994).

  • Zuberoa y Béarn

En Gascuña como en Francia, los pequeños señores aprovechaban la guerra y constituían bandas de "routiers" (forajidos) que devastaban el país. Zuberoa no consiguió evitarlos y experimentó las pérdidas consecuentes. Ocurrió también que, ante la incapacidad para protegerles de su soberano inglés, ocupado como estaba en otras tareas, numerosos pueblos se volvieron hacia el vizconde de Béarn, Gastón III Febus, para solicitarle que garantizara su seguridad. Este aceptó colocar una guarnición en los pueblos, pero, como contrapartida, reclamó el pago del mantenimiento de los soldados, además de una suma que representaba el precio de su protección. La operación era provechosa para el bearnés, no sólo pecuniaria sino también políticamente ya que esbozada un comienzo de trasferencia de soberanía del que esperaba recoger los frutos un día (Tucoo-Chala, Op. cit.). Así es cómo, el 11 de julio de 1375, los suletinos, abrumados por el pillaje incesante del que eran víctimas, enviaron una delegación ante el vizconde de Béarn para pedirle su protección a cambio de dinero (A.D.P.A., E 302, fol. 82). El acuerdo fue concluido el 5 de setiembre: Gastón aceptaba proteger Mauléon a cambio del pago de 4.000 francos de oro y una guarnición bearnesa se instaló en el castillo. No habiendo abonado los mauleoneses la totalidad de los 4.000 francos previstos en el contrato, su castellano, junto con una delegación de burgueses, fue a solicitar públicamente perdón a Orthez. Febus, que no era compasivo, los hizo arrojar en prisión y los condenó a pagar la multa (Tucoo-Chala, Loc. cit.).

  • La protección de Gastón Febus

Pero hacía falta algo más para desalentar a los suletinos ya que veremos, el 2 de octubre de 1382, a Guiraud de La Mothe, comendador de San Juan de Berraute, y a Arnaud Sanz, cura de Chéraute, acudir a Orthez y declararse, en nombre de todos los burgueses, servidores del vizconde de Béarn (Menjoulet, Op. cit.). El 3 de enero de 1383, varios habitantes de Zuberoa se colocaron bajo la protección de Gastón Febus, reconociéndolo también como una especie de soberano de hecho, si no de derecho. Bien les valió hacerlo y no les resultó baldía esta protección. En efecto, en 1386-87, un conflicto en el que intervinieron los reyes de Francia y de Inglaterra enfrentó a los soberanos de Castilla y de Portugal, enviando cada parte refuerzos a la península ibérica. Carlos III de Navarra autorizó el paso por Roncesvalles de 2.000 lanceros del duque de Borbón. Gastón Febo se enteró de que los franceses, que habían atravesado el collado de Roncesvalles, se aprestaban a devastar Zuberoa, tierra inglesa. Habiendo recibido en Orthez a Luis de Borbón y habiéndole ofrecido espléndidas fiestas, consiguió de él que respetara Zuberoa (Tucoo-Chala, Loc. cit.).

  • Los Beaumont

Carlos de Beaumont, ricohombre y alférez real de Navarra, hijo natural del infante Luis de Navarra, sucedió, en 1385, a Raimundo Guillermo de Caupenne en el gobierno de Zuberoa, que ejerció hasta su muerte en 1432 (Jaurgain, 1885). Esta nominación prueba los estrechos lazos que existían entonces entre Navarra e Inglaterra. Enrique VI, rey de Inglaterra, nombró a su tío, Humfroy de Lancaster, duque de Glocester, castellano de Mauléon, el 12 de febrero de 1434, pero éste no ejerció jamás personalmente este cargo y murió en 1446. Luis de Beaumont, que sucedió a su padre en el gobierno del país de Zuberoa, ostentó al principio el título de lugarteniente y castellano de Mauléon. Juan de Foix, conde de Candale, fue elegido para reemplazar al duque de Glocester en 1446, pero no vino nunca a Mauléon y murió en Inglaterra en 1485 (Jaurgain, Op. cit.). Luis de Beaumont, condestable de Navarra y lugarteniente del duque de Glocester, continuó gobernando Zuberoa como lo venía haciendo desde la muerte de su padre Carlos de Beaumont. Enrique VI le otorgó el disfrute del castillo de Mauléon por carta del 16 de mayo de 1447 (Jaurgain, Loc. cit.). Luis de Beaumont fue el último castellano de Mauléon nombrado por el rey de Inglaterra. Bajo su gobierno Zuberoa se vio destrozada por las rivalidades entre beamonteses y agramonteses; también tuvo lugar bajo su mando el reemplazo de la dominación anglo-gascona por la francesa.

  • Los Luxe y los Gramont

En los s. XIV y XV, y sin que se conozcan bien las razones, dos facciones rivales, la de Gramont (o Agramontesa) y la de Luxe (o Luxetanos), se hicieron una guerra sangrienta, primero en la Baja Navarra, luego en Zuberoa y en la Alta Navarra. Todo servía de pretexto para asesinatos, pillajes e incendios y cada jefe de clan arrastraba consigo a una serie de parientes y de aliados. El primer documento conocido sobre estas facciones data de 1316. Amanieu VIII, señor de Albret, vino a presidir la Corte General del País de Mixe y decidió que

"los señores de Gramont y de Luxe, si deciden tener compañeros de armas, proporcionarán sus nombres al baile del señor y serán responsables de los desórdenes que puedan acaecer"

(Jaurgain, Loc. cit.).

  • Los bandos en Zuberoa

En 1370, la heredera de Luxe casó con Arnaud Sancho, señor de Tardets, que fue hecho caballero el 9 de mayo de 1380 por el rey de Navarra, Carlos III el Noble (Nogaret, 1931). Los señoríos de Luxe y de Tardets se unieron desde entonces y la guerra entre agramonteses y luxetanos se extendió a Zuberoa. Los soberanos de Navarra trataron varias veces, en vano, de reconciliar a las facciones cuyas luchas minaban su autoridad. El 2 de abril de 1384, el rey de Navarra, Carlos II el Malo, visitó San Juan de Pie de Puerto donde comparecieron ante él los principales beligerantes: por los agramonteses Arnaud Raimundo I de Gramont, ricohombre de Navarra, por los luxetanos Arnaud Sancho de Tardets, barón de Luxe, ricohombre de Navarra, y Martín Sancho de Domezain, igualmente ricohombre (Aguergaray, 1973).

  • La capilla de San Antonio

"Los comparecientes declararon someterse al juicio que emitiría más tarde el rey en Pamplona, bajo pena de traición y de 1.000 marcos de plata cada uno"

(Aguergaray, Op. cit.).

El rey así lo hizo en Pamplona el 23 de febrero de 1385 y los señores aceptaron el tratado de paz. A fin de que este tratado prevaleciera en el tiempo, el rey ordenó que se fundara una capilla que se llamaría la Capilla de la Paz bajo la advocación y nombre de San Antonio, donde habría una capellanía perpetua que sería cantada y celebrada por él y por los reyes sus predecesores, así como por los muertos de los partidos agramontés y luxetano que resultaron víctimas de las luchas a las que el tratado ponía fin. He aquí, pues, el acta fundacional de la capilla de San Antonio de Musculdy (Aguergaray, Loc. cit.), en los confines de Zuberoa y de la Baja Navarra. Desgraciadamente, esta paz fue rota algunos años más tarde y la guerra entre los dos bandos durará hasta el s. XVI.

  • Las luchas en Navarra

Al favorecer Luis de Beaumont el partido de Luxe, este pasó a llamarse beamontés y el conflicto se extendió a la Alta Navarra. A la muerte de Carlos III en 1425, surgió la cuestión dinástica que debía de radicalizar la lucha al identificarse cada bando con la causa del Príncipe de Viana o la de Juan de Aragón. Carlos III dejó como heredera a Blanca, casada con Juan de Aragón. Esta tuvo tres hijos: Blanca, Leonor, casada con Gastón de Foix, vizconde de Béarn, y el Príncipe de Viana. A la espera de la mayoría de edad de este último, Juan de Aragón tomó la regencia. Las luchas que comenzaron en la Alta Zuberoa en 1450 duraron numerosos años. Los beamonteses, dirigidos por Luis de Beaumont, conde de Lerín, y la familia de Luxe, defendieron la causa del Príncipe, mientras que los agramonteses, dirigidos por los Gramont, sostuvieron a Juan de Aragón. Ver Agramonteses y Beamonteses, Bando, Luxe, etc.

  • La canción de Bereterretx

Esta canción data, según Jaurgain (1899), de esta época. Esta endecha suletina relata, de forma conmovedora, el asesinato de un joven por los banderizos del conde Luis de Beaumont. Según la tradición, la víctima era de la casa de Bereterretx de Larrau, lo cual concuerda con las indicaciones geográficas proporcionadas por la balada: el valle de Andoze se encuentra entre Larrau y Licq, Bosmendia (Bostmendiette) es una montaña que separa Larrau de Lacarry, y la casa de Bustanoby se halla en esta última localidad. Finalmente, el barrio de Ezpeldoi(pe) está situada en Etchebar, cerca de Athérey. Una estela discoidal que data del s. XV se alza todavía en el paraje en el que fuera muerto el desventurado Bereterretx (Colas, Op. cit.). Sobre una de las caras de esta lápida, un personaje representa sin duda el cuerpo de la pobre víctima, con los brazos extendidos. Encima se pueden leer los caracteres J.H.S. Ma, por Jesús María, acompañados del sol y del creciente lunar. Sobre la otra cara, dos arcos fajados, provistos cada uno de una flecha, nos indican probablemente cómo fue muerto Bereterretx (Colas, Loc. cit.). Ver Bereterretx, Cantar de.

  • El Gran Cisma de Occidente: obispos en Mauléon

En esta época cruel, turbada por la guerra entre Francia e Inglaterra, y, sobre todo, por la guerra civil que ensangrentaba el país de Zuberoa, también la Iglesia experimentó la división en dos bandos por medio del Gran Cisma de Occidente durante cerca de 40 años. En 1378, queriendo los cardenales trasladar el Papado de Avignon a Roma, eligieron a un Papa italiano en Roma, Urbano VI; pero, los cardenales franceses eligieron otro en Avignon, Clemente VII. Al elegir cada país a su Papa, la cristiandad se dividió en dos. Finalmente, el concilio de Constanza consiguió la unidad en torno a Martín V, en 1417. Como el resto del Béarn, Francia y Navarra, Olorón estaba por la obediencia a Avignon, mientras que Zuberoa, que formaba parte de la misma diócesis, estaba con Inglaterra por la obediencia a Roma. Hubo, por consiguiente, dos obispos, uno con residencia en Olorón y otro en Mauléon. Haristoy (Op. cit.) proporciona la lista de obispos de obediencia romana que residieron en Mauléon: Orgier Villesongues, dudoso, 1378; Pierre de Montbrun, administrador, 1404; Pierre Salet, 1412. Pero este punto no es bien conocido; Menjoulet (Op. cit.), mucho menos afirmativo, escribe:

"Tal vez incluso, nuestros obispos del partido de Roma habrían establecido su residencia ordinaria en Mauléon desde Guillermo de Assat...y Pierre Salet, pese a ostentar el título canónico de obispo de Olorón, no poseía jurisdicción bien reconocida más que en esta porción de su diócesis (Zuberoa)".

  • Fin de la Guerra de los Cien Años

Tras el tratado de Brétigny, que consagraba la victoria de los ingleses, Carlos V (1364-1380) puso orden en Francia y, con la ayuda de Duguesclin, recobró la mayor parte de los territorios perdidos. Bajo Carlos VI (1380-1422), vuelta de péndulo y victoria de los ingleses en Azincourt (1415). Finalmente Carlos VII, refugiado en Bourges, pudo hacerse consagrar rey de Francia en Reims (1429), gracias a Juana de Arco. Poco a poco reconquistó el reino y, a partir de 1438, la guerra se desarrolla principalmente en Gascuña. En 1442 Carlos VII se apoderó de Saint-Sever y de Dax y, en 1450, la guerra se generalizó en Gascuña. Al final, en 1453, después de la victoria francesa de Castillon, los ingleses sólo poseerán Calais en el continente. Carlos VII, el Victorioso, puso fin a la guerra de los Cien Años.

  • El sitio de Mauléon

En 1443, Carlos VII confió el cargo de lugarteniente general de Guyena y Gascuña a Gastón IV de Foix, vizconde del Béarn. Este no había olvidado que un siglo antes, el rey de Francia, Felipe VI, había concedido el vizcondado de Zuberoa a Gastón II de Foix si conseguía arrebatárselo a los ingleses. Hubo de esperarse todo un siglo pero había llegado el momento. En julio de 1449, Gastón de Foix, acompañado de 600 a 700 lanzas y de 10.000 ballesteros, acudió a poner sitio a Mauléon. Los habitantes de la villa se sometieron pronto pero Luis de Beaumont, condestable de Navarra, tenente del castillo, se negó a rendirse.

  • Fin de la dominación anglo-gascona (1449)

Ante ello, el rey de Navarra, a la cabeza de 6.000 hombres, acudió al socorro de su condestable. Pero, cuando advirtió el poderío del ejército del conde de Foix, que era su yerno, pidió conversaciones con él. En la entrevista le hizo saber su enojo, que había prometido al rey de Inglaterra la conservación de esta plaza y que, por esta razón, había puesto en ella a su condestable. El conde de Foix le contestó que él era el lugarteniente del rey de Francia y que era por su mandato por lo que había puesto sitio a Mauléon. pero que serviría a su suegro de cualquier otra manera, excepto contra el rey de Francia. Tras escucharle, el rey de Navarra comprendió que no podría convencer a su yerno y se volvió a su tierra. Entonces, los defensores del castillo, viendo partir a su último socorro, se rindieron hacia mediados de setiembre. El conde de Foix prometió la vida a los cercados a condición de que, durante un año, no levantaran armas contra Francia. El señor de Luxe, del partido inglés, fue, a su vez, a rendir homenaje al rey de Francia. Se pasaba una página para Zuberoa, cuya historia iba a verse en adelante ligada a la de Francia.

  • Zuberoa bearnesa

Después de tres siglos de dominación anglo-gascona, Zuberoa conoció medio siglo de dominación bearnesa antes de pasar definitivamente bajo la de Francia. Gastón IV de Foix-Béarn había conquistado el castillo de Mauléon en 1449, en nombre de Carlos VII, rey de Francia, recordando que en noviembre de 1339 Felipe VI había concedido a Gastón II de Foix el castillo y el vizcondado de Zuberoa a condición de que lo arrebatara a los ingleses (A.D.P.A., E 355 y Flourac, 1889). El vizconde del Béarn se disponía a custodiar con celo la conquista que su predecesor no había podido hacer un siglo antes y nombró como capitán-castellano a Guimón Dessa. Desde el comienzo de la conquista de Guyena y de Gascuña por los franceses, Gastón había estado con éstos y, en 1442, como premio a su comportamiento bajo los muros de Dax, fue armado caballero por el mismísimo rey. Al año siguiente, Carlos VII le confió el cargo de lugarteniente general de Guyena y de Gascuña, y, finalmente, en 1458, lo hizo par de Francia. Hasta su muerte, en 1461, el rey le manifestó su gran amistad y el vizconde de Béarn siguió siendo dueño de Zuberoa.

  • Repercusiones de la Guerra civil de Navarra

Entre tanto, las luchas entre beamonteses y agramonteses renacieron con fuerza tanto en la Alta Navarra como en Zuberoa. A la muerte de la reina Blanca de Navarra, Juan de Aragón no quiso dejar la corona a su hijo Carlos, el Príncipe de Viana. En 1450 la guerra se reanudó entre padre e hijo. Luis de Beaumont, que acababa de perder el gobierno de Zuberoa, se puso a la cabeza del bando de los Luxe que defendía la causa del Príncipe, mientras que los agramonteses defendían la de Juan de Aragón (Jaurgain, 1909 y Narbaitz, 1878). El Príncipe fue vencido y hecho prisionero en 1451. Dos años después, era puesto en libertad dejando como rehenes a los hijos de Luis de Beaumont. En 1455 Juan de Aragón lo desheredó y decretó que la corona pasaba a su hija Leonor, esposa del conde de Foix-Béarn. Los dos bandos se enfrentaron todavía con más furia y, según un viejo manuscrito citado por Menjoulet (Op. cit.), no se vio en Zuberoa "más que ruinas, devastación, matanzas y extorsiones; el país se desmoronó y no tuvo ya ni orden de justicia ni orden de gobierno". En 1461 murió el Príncipe de Viana; su hermana Blanca, desheredada también, pese a ser mayor que Leonor, fue entregada al conde de Foix que la encerró en el castillo de Orthez donde murió al poco. Leonor heredó entonces Navarra pero tuvo que esperar la muerte de su padre, en 1479, para ser coronada; su reinado fue corto ya que murió a los 15 días de su coronación.

  • Zuberoa y Luis XI

A su advenimiento, Luis XI, que se había sublevado contra su padre, manifestó animosidad hacia los consejeros y amigos del difunto rey. Así fue cómo mostró su hostilidad hacia el conde de Foix conminándole, el 15 de diciembre de 1461, a entregar Mauléon y Zuberoa a sus enviados. Además, el día de su coronación, el 15 de agosto de 1461, había jurado "amar y aumentar su reino reuniéndole los dominios que le habían sido separados, alienados o segregados". Gastón se sometió, a pesar suyo, a las exigencias del rey, que incorporó así Zuberoa a la corona de Francia. Sin embargo, Gastón trajo a colación que había gastado más de 50.000 escudos en la conquista de Zuberoa y apeló a los derechos que le otorgaban las cartas de Felipe VI de 1339. Se le prometió el examen de su reclamación (Courteault, 1926). Luis XI manifestó pronto mejores sentimientos hacia Gastón IV y casó a su hermana, Magdalena de Francia, con Gastón, hijo y heredero del conde de Foix y de Leonor de Navarra. Luego, concluyó una alianza con Juan II de Aragón; el encuentro entre los dos soberanos y el conde de Foix-Béarn tuvo lugar en Zuberoa, el 3 de mayo de 1462, en el puente de Osserain, que era entonces el paso más frecuentado entre Navarra, Béarn y Zuberoa. En lugar de Guimon Dessa, Luis XI otorgó el cargo de capitán-castellano de Mauléon y gobernador de Zuberoa a Guicharnaud de Lescun, luego a Arnaud de Salies. Bajo el gobierno de este último se enseñoreó de Mauléon, en 1463, una epidemia de peste que produjo numerosas víctimas. El recuerdo de ésta fue trasmitido por los abuelos de Pierris de Casalivetery que lo evocó en su diario (Jaurgain, 1908). Hubo tantos muertos, nos dice, que nadie podía habitar dicha villa, donde la hierba crecía en las calles y las casas.

  • Entre Francia y Béarn

En Francia, desde el comienzo de su reinado, Luis XI había visto alzarse contra él a los grandes señores feudales. En 1465, éstos constituyeron la Liga llamada, no con demasiada fortuna, del Bien Público, pero Gastón de Foix-Béarn mantuvo su fidelidad al rey, que le nombró lugarteniente general en Guyena y Gascuña. El 5 de mayo de 1465, Luis XI le donó 10.000 escudos de oro y le cedió, como prenda de esta suma, Mauléon y Zuberoa. Gastón prometió devolver ambos al rey de Francia el día en que la suma debida le fuera entregada (A.D.P.A., E 355 y 1 j 158). Cuatro años después, nueva vuelta a la actualidad. Para separar a su hermano Carlos de los príncipes descontentos y para ganárselo, Luis XI le ofreció como patrimonio la provincia de Guyena. El 18 de setiembre de 1469, le añadió "como suplemento y acrecentamiento del patrimonio, los castillo, tierra y señorío de Mauléon, con todos y cada uno de sus pertenecidos y dependencias, sin otra reserva ni retención" (Jaurgain, 1885). En febrero de 1470, el vizcondado de Zuberoa fue tomado, con la protesta del conde de Foix (Arch. Dep., Loc. cit.), y Bernard de Sainte Colomme nombrado gobernador de Zuberoa. Al año siguiente nuevo cambio súbito: en febrero de 1471, el duque de Guyena, reconociendo los derechos seculares del conde de Foix sobre Mauléon y Zuberoa y ateniéndose a la cesión de 1465, entrega a Gastón la posesión del vizcondado (Courteault, 1927). Gastón IV había soñado siempre con poseer Navarra. Tras la muerte de Carlos, Príncipe de Viana, y de su hermana Blanca, su mujer, Leonor, había accedido a la herencia. El mismo, junto con su esposa, había sido nombrado lugarteniente general del reino por su suegro, Juan II de Aragón. Navarra sólo estaba separada del Béarn por Zuberoa, de la cual era por fin el amo. Su sueño estaba cerca de realizarse cuando murió el 10 de julio de 1472.

  • Magdalena de Francia, regente

Habiendo muerto antes que su padre, en 1470, el hijo mayor del conde de Foix, Gastón, Príncipe de Viana, Gastón IV instituyó heredero universal a su nieto, Francisco Febo, hijo del Príncipe de Viana y de Magdalena de Francia. A la muerte de Gastón IV, los Estados del Béarn eligieron a Magdalena como tutora de sus hijos y regente de los dominios de los Foix-Béarn. Esta empleó todas sus energías en tratar de poner fin a las funestas rivalidades de Beaumont y Luxe que ensangrentaban tanto a Zuberoa como a Navarra. El 26 de agosto de 1477, Roger de Gramont rodeado de los señores de los linajes de Gramont, de Haux y de Olhaby, por una parte, y Juan de Luxe, acompañado de los señores de las casas de Luxe, de Tardets, de Ahaxe y de su aliado, el señor de Domezain, por otra parte, se reunieron en la capilla del castillo de Pau, en presencia de la regente, y juraron, sobre el misal y sobre un fragmento de la vera cruz, observar el acuerdo que ella les había impuesto (Jaurgain et Ritter, 1968). También se entablaron negociaciones entre Luis XI y su hermana Magdalena, con vistas a la vuelta a la corona de Francia de ese país de Zuberoa que no había dejado de cambiar de manos desde hacía más de 20 años. Por mucho que Magdalena defendió los derechos de sus hijos, tuvo que inclinarse ante su hermano y Zuberoa volvió a Francia (Courteault, 1926). El 6 de enero de 1479, Luis XI confió la castellanía de Mauléon y el gobierno de Zuberoa a Etienne Makanam, que sucedió a Bernard de Sainte-Colomme. El primer año pagó la cantidad de 16.041 libras a Magdalena de Francia por el rescate de Mauléon (Op. cit.).

JMR