Concepto

Xorroxak

Txorrotxak.

Son personajes de la Mascarada de Zuberoa, y componentes de la Mascarada Negra. Son afiladores y en eso se basa su representación: deben afilar la espada de Jauna.

Bailan poco y sus coreografías son sencillas, pero lo que sí deben saber es cantar, ya que, tanto en las barricadas de la mañana como en la representación de la tarde, suelen entrar en la plaza entre dos números cantando versos preparados para la ocasión. También cantan a lo largo de la representación de su oficio.

En el cortejo de las mascaradas suelen ir detrás de los Kerestuak. Sin embargo, en otros casos se situan detrás de los Kukulleroak, de Laboraria/Laborarisa o en otras posiciones.

Siempre son dos, el patrón y el subalterno, y el traje que visten es el siguiente: chaqueta y pantalones de fieltro, un pañuelo anudado al cuello, normalmente rojo y amarillo, y en la cabeza una gorra de fieltro, que lleva colocada una ardilla disecada en la parte superior. El subalterno, además, lleva una pequeña tabla de afilar. Llevan en la mano un bastón, aunque no lo utilizan en su representación. Herelle, menciona que van vestidos con ropas viejas, gorras de fieltro, delantales de cuero y falsas barbas hechas con lana de cabra.

Cuanto los Txorrotxak cantan sus versos, lo hacen en euskera, pero a lo largo de la función hablan en francés.

No bailan en las barricadas. Cuando termina la barricada, con la entrada de los Negros, los Txorrotxak, sin música, entran en la plaza. Dan una vuelta a la misma mientras cantan un verso adaptado a la ocasión. Suelen cantar a dos voces y a capella, es decir, sin la ayuda de ningún instrumento musical.

Pero, aparte de cantar sus versos, en la representación de la tarde desarrollan su oficio de afiladores: el patrón y el subalterno entran en la plaza, cantando un verso y el patrón envía al subalterno a donde el Jauna para ofrecerle afilar su espada. Jauna le entrega su espada al subalterno y los dos Txorrotxak se ponen a la tarea, el patrón, con la espada en la mano y sentado en la tabla de afilar, mientras el subalterno, sentado en el suelo da vueltas a la rueda. Durante esta parte cantan una canción.

Una vez terminado el trabajo, el subalterno le devuelve la espada, pero Jauna no lo acepta, ya que el trabajo está mal hecho. Cuando el subalterno vuelve donde su patrón con estas noticias, éste le despide, y llama a Pitxu (aprendiz de los Kauterak) para hacer este trabajo.

Pitxu no tiene muchas ganas de trabajar, y, después de varios intentos sin llegar a afilar la espada, el patrón le despide y vuelve a contratar a su subalterno.

Se ponen ambos nuevamente a la tarea, cantando como antes una canción, y cuando terminan, el subalterno entrega por segunda vez la espada a Jauna. En esta ocasión el trabajo está bien hecho, y Jauna debe pagarlo.

El subalterno saca entonces una factura interminable, en donde se piden sumas fabulosas por mil conceptos increíbles. Jauna le paga, y también arroja algunas monedas al aire, que son perseguidas, a la carrera, por los Negros.

El subalterno vuelve donde su patrón, a quien le entrega el dinero cobrado, y salen de la plaza cantando un verso.

Herelle en 1914 nos describe esta función con algunas diferencias: cuando entran en la plaza, los Txorrotxak no van solos, sino entre Entseñaria y Gathuzaina. Gathuzaina se dedica a incordiar a los Txorrotxak mientras ejecutan su baile.

En su descripción no aparece Pitxu, pero sí que el trabajo lo tienen que realizar dos veces.

Después, cuando cobran, el pago de su trabajoes robado por Gathuzaina, a quien persiguen hasta recuperarlo.