Léxico

SOLUTRENSE

Recibe este nombre una cultura prehistórica paleolítica superior del Occidente de Europa. La cultura solutrense ofrece caracteres muy particulares dentro del Paleolítico Superior, suponiendo teóricamente casi una cesura en su desarrollo entre lo auriñacoperigordiense y lo magdaleniense. Dos notas resaltan especialmente en el Solutrense, según Ph. E. L. Smith (1966: 370): la extremada limitación espacial de esa cultura (que se ciñe, casi en exclusiva, a la Península Ibérica y a Francia: y,, aquí mismo, a territorios muy circunscritos), y el notable conservadurismo de sus manifestaciones de utillaje que duran unos tres milenios sin apenas cambios (salvo la supuesta evolución de alguno de sus fósiles característicos: piezas foliáceas y puntas en retoque plano). Es imposible de resolver hoy el enigma de los orígenes de esas formas instrumentales a partir de algunos focos sugeridos (el Ateriense norteafricano, el Szeletiense de Europa Oriental,...). En cualquier caso, en el Sudoeste europeo el Solutrense surge de modo aparentemente brusco con su característico trabajo del sílex por un cuidado retoque plano o en peladura que cubre totalmente las láminas (una sola cara al principio, ambas luego), conformándolas como variados tipos de «puntas» de contornos foliáceos («hojas de laurel». «hojas de sauce», de base cóncava, de muesca lateral,... ). Ha inquietado a los prehistoriadores el relativo carácter efímero de esas clases de utensilios: aparecen en la Historia general de la Tecnología sin que se les hayan podido determinar sus seguros antecedentes formales y técnicos y desaparecen, al final del Solutrense, sin dejar rastro en el resto de los tiempos paleolíticos. Coincidiendo los inicios del Solutrense con una etapa climáticamente fría y seca, la época que delimita el fin del Würm III y el inicio del Würm III/IV, da la impresión de que el arraigo y posterior desarrollo de esa cultura en el Sudoeste de Europa se concentra en áreas bastante reducidas: desde el centro de la Dordoña, con un desplazamiento hacia la Cornisa Cantábrica y por el litoral levantino, siendo baja su presencia en el Pirineo. De hecho, esta opinión tradicional de los tratadistas de la Prehistoria europea parece que habrá de ser enmendada en atención a las fechas y controles estratigráficos muy recientes obtenidos en estaciones solutrenses del ámbito peninsular ibérico. Según Arlette Leroi-Gourhan se dan varias fluctuaciones climáticas en el Solutrense del Sudoeste. En su conjunto es un período seco pero se halla interrumpido por etapas de humedad. Siendo comunes en el Sudoeste de Europa los paisajes de estepa, también se aprecian bosquecillos en que se combinan encinas, nogales, abedules, y hasta hayas. De acuerdo con las ideas de Smith el Solutrense del Sur de Francia y del litoral cantábrico se expande, verdaderamente, en su denominado estadio «medio» (circa 17.000 a 16.000 a. de C.): lo precede una suerte de «período de incubación» («protosolutrense» y Solutrense Inferior: del 19.000 al 18.000 y al 17.000) y lo siguen el Solutrense Superior y el Final (hasta pasados los 15.000). Es probable que la cultura solutrense perdure en el litoral cantábrico mientras que en Dordoña-Charente se inicia el Magdaleniense. De modo que en la franja septentrional de la Península Ibérica el Solutrense Final es sustituido (superponiéndosele directamente en estratigrafía) por el Magdaleniense Inferior (o III): según tesis de F. Jordá, aceptada por casi todos. De cualquier modo es muy llamativa la gran similitud -tanto en tipología lítica (exceptuados, claro es, aquellos elementos de retoque plano típicos del Solutrense) como en ajuares óseos o en arte mobiliar- entre los depósitos de aquel Solutrense Final y de este Magdaleniense Inferior: según argumentos revalorizados, hace poco, al detalle en la tesis de L. G. Straus (1983).