Léxico

RED FLUVIAL

Lagunas. No hay endorreísmo en el País Vasco. Todos los ríos desaguan en el mar directamente o a través de una red hidrográfica más o menos compleja. Pero sí existen lo que podrían denominarse cuencas cerradas, pequeños derrames que escapan de la red superficial y desaparecen por infiltración constituyendo una circulación subterránea, no siempre bien determinada. Estos fenómenos son frecuentes en zonas de relieve kárstico, creado por un proceso por disolución en la caliza, roca muy abundante en el país. Como ejemplos de cuencas cerradas pueden citarse las de Lastur y las de Bidania, ambas en Gipuzkoa. En la zona correspondiente a la depresión, y en general en la vertiente meridional, hay sectores en los que todavía quedan algunos ejemplos de aguas estancadas, lagunas, balsas, como residuos de un antiguo endorreísmo que acompañó al proceso de desecación del mar interior que ocupó la cuenca en la Era Terciaria. Son lagunas muy modificadas por diques o canales de drenaje; algunas han sido total o parcialmente desecadas y en general sometidas a un fuerte proceso de evaporación. La más importante es la de Pitillas que cubre aproximadamente 300 Ha. y, aunque ha habido varios intentos de desecación, afortunadamente se ha conservado y en la actualidad está definida como reserva biológica. De origen similar son también las de Las Cañas, en Viana; Lor, en Cascante; Agua Salada y Valpertuna, en Tudela, y el Juncal, en Tafalla. De características diferentes son las balsas de Loza (drenadas hacia el río Juslapeña) y la de Sasi (en Burgui). Se trata en este caso de acumulaciones de agua, de carácter permanente, aunque llegan a secarse en épocas de estiaje, que ocupan depresiones de terreno cuyo subsuelo es impermeable.