Museos

Museo de San Telmo. San Sebastián

El actual museo se sitúa en el antiguo convento de los frailes dominicos de mediados del siglo XVI, a los pies del monte Urgull. Construido gracias al patronazgo de Don Alonso de Idiáquez, Secretario del Estado del emperador Carlos I, los frailes decidieron dedicárselo a San Telmo, patrón de los marineros. Las obras se iniciaron en 1544 y terminaron en 1562.

En 1813 San Sebastián fue destruida durante la Guerra de la Independencia; el convento sufrió graves daños y en 1821 una parte del edificio empezó a usarse como cuartel de artillería. En 1836, con la Desamortización de Mendizabal, fueron expulsados los frailes del convento y el conjunto se convirtió en cuartel de artillería. A finales del siglo XIX, San Telmo estaba en muy mal estado y los ciudadanos pidieron al Ayuntamiento que tomara cartas en el asunto. Por esta razón, en 1913 se declararon la torre y el claustro Monumento Nacional (siguen siendo parte del Estado). En 1928, el Ayuntamiento acordó la compra de las partes restantes de San Telmo e inauguró el Museo Municipal en 1932.

El museo fue fundado en 1900 por la Sociedad Económica Vascongada de Amigos del País, realizando una serie de exitosas exposiciones en San Sebastián a finales del siglo XIX. Al principio, el presupuesto del museo era mínimo y era imposible hacer compras de alto valor, por lo que el alcalde José Machimbarrena hizo un llamamiento a la ciudadanía y los invitó a contribuir. Fueron estos primeros objetos los que dieron comienzo al Museo.

En octubre de 1902, se inauguró el Museo Histórico, Artístico y Arqueológico. La primera sede del Museo fue entre las calles Andía y Garibai. Poco a poco, el museo fue consolidándose gracias a las nuevas adquisiciones y las contribuciones privadas. El local se quedo pequeño en seguida, y en 1905 el Ayuntamiento comenzó a levantar en la calle Urdaneta un edificio que contendría la escuela de Artes, la Biblioteca Municipal y el Museo. Siguiendo el diseño del arquitecto Domingo Aguirrebengoa, se inauguró en 1911.

En1932, se empezó a estudiar el traslado del museo a otro lugar debido a la continua expansión del museo y la falta de espacio: al convento dominico de San Telmo. Para la inauguración se le pidió al pintor José María Sert su contribución en las paredes de la iglesia. Para ello utilizó 17 lienzos realizados en Paris, recreando la vida e historia de Guipuzcoa de manera heroica en once escenas: los guipuzcoanos, sus acciones y creencias.

Tras la última restauración, la organización del Museo se dividió en dos partes: el edificio original y el nuevo pabellón, con sus conexiones puntuales.

El primero, convento del siglo XVI, es el resultado de un proceso, situándose entre el gótico y el renacimiento, creando como resultado la llamada arquitectura "isabelina". De hecho, a pesar de su estructura gótica, contiene en la fachada algunos elementos renacentistas. Una peculiaridad del antiguo convento es la situación del claustro: lo habitual hubiera sido colocarlo al lado de la iglesia, pero en este caso fue construida al pie de la montaña debido a la proximidad de la misma.

El nuevo edificio de San Telmo en cambio, diseñado por los arquitectos Nieto y Sobejano, se asienta en el paisaje urbano y el monte Urgull, y a primera vista está formado por una pared de aluminio que contiene plantas y elementos naturales, escondiendo en su interior dos nuevos pabellones. En estos pabellones se realizan las exposiciones permanentes y temporales y se sitúan los servicios principales del museo.

El museo cuenta con más de 26.000 piezas, tratando sobre todo temas como la etnografía o las bellas artes (sobre todo la pintura vasca contemporánea). Es el único museo en los alrededores que contiene una zona dedicada a la sociedad vasca. Además, cuenta con secciones de fotografía, arqueología e historia.

Se sitúan en la planta baja del museo las entradas a la sección de arqueología. En la primera planta, junto a varias salas dedicadas a la pintura, una colección etnográfica. Por último, la segunda planta se dedica a la pintura vasca monográficamente. A todo esto hay que sumarle las esculturas distribuidas a lo largo de todo el museo.

En cuanto a la arquitectura, los elementos más importantes del edificio son el claustro y la iglesia. En éste último se puede apreciar la integración de lienzos de Sert, los cuales se le pidieron específicamente al artista para la restauración de 1929 siguiendo el consejo del pintor Ignacio Zuloaga. Son grandes superficies de tela pegados a la pared, ahora restaurados, donde se reflejan pasajes del pueblo vasco. 17 paneles, 11 lienzos y 784 m².

Uno de los elementos distintivos del nuevo edificio es la fachada de aluminio perforado que recubre todo el edificio. Resultado de la colaboración del grupo de arquitectos y los artistas Leopoldo Ferrán y Agustina Otero, los cuales han querido darle un aspecto natural al edificio. Se han colocado plantas en las perforaciones para que resaltaran como en la piedra arenisca del monte Urgull que les sirvió como inspiración.

A través del nuevo pabellón, el público accede al museo desde la plaza Zuloaga. La zona de recepción es grande, de dos pisos. De aquí los visitantes pueden acceder a todos los espacios públicos, visitando tanto el pabellón nuevo como el edificio histórico a través de los espacios públicos en las diferentes plantas (salón de actos, biblioteca, cafetería, taller didáctico, sala de laboratorio).

Las salas de exposiciones se dividen en dos niveles en el nuevo pabellón. En la planta inferior, se sitúa una exposición que contiene piezas de gran tamaño en una galería longitudinal de 500 m², 9 metros de ancho y 6 de altura. La altura del primer piso es menor y por lo tanto contiene parte de la exposición permanente.

La zona de oficinas se situa en paralelo a la nave de la iglesia en la última planta del pabellón, se obtiene luz natural a través de una serie de pequeños patios, así como a través de la fachada exterior.

El Salón de Actos está situado en planta baja, tiene una capacidad de 140 personas y se puede utilizar de forma independiente, ya que se sitúa al lado de la entrada.

La biblioteca situada en entreplanta, al lado del espacio de altura doble de la entrada principal, se une visualmente con la cafetería situada en planta baja mediante un ventanal. Ésta última puede ser utilizada de manera independiente.

El Taller Didáctico y Laboratorio está situado sobre la biblioteca y está diseñado para su utilización como espacio multifuncional, tanto para actividades como para talleres grupales. El laboratorio en cambio, es una sala grande y abierta que se sitúa frente a ésta, capaz de albergar grandes eventos innovadores con flexibilidad.