Léxico

MONEDA

Monedas de Baja Navarra. Menos conocidas pero muy interesantes son las monedas acuñadas en el transcurso del siglo XVI en el reino de Navarra (Baja Navarra). En 1512 Fernando de Aragón invade y se apodera de toda Navarra y en 1521 Enrique II de Albret, hijo de Catalina I y Juan de Albret, reyes de Navarra, con una armada franco bearnesa invade y recupera todo el territorio del reino, pero en julio de ese mismo año tiene que renunciar a su reconquista. En 1530 recupera la Baja Navarra acuñando escudos de oro (198-199), docenas y ochavos (200-204). Su hija y sucesora, Juana de Albret, acuña junto con su marido, Antonio de Borbón, entre 1555 y 1562, diversas monedas de plata (205) y de vellón (206-213) y sola, a la muerte de su esposo entre los grandes avatares de las guerras religiosas de la época, acuña entre 1562 y 1572 escudos fuertes (217), escudos (215, 216, 218) y medios escudos de oro (214) así como festones de plata (219-222) y fracciones de escudo (223). Enrique III de Navarra, II de Bearn y que llegaría a ser IV de Francia, primero de la dinastía de los Borbones, hijo de Juana de Albret y Antonio de Borbón, reinó a la muerte de su madre en 1572 acuñando numerosas monedas en Navarra (224-246) hasta su proclamación como rey de Francia en 1594. Un hecho a destacar es la utilización en las monedas salvo excepciones (241, 242, 245) del numeral bearnés, es decir, Enrique II en vez de III que es el que le corresponde en Navarra, posiblemente hace omisión de Enrique I (1270-1274) hermano y sucesor de Teobaldo II, considerándose segundo de la casa de Albret (su abuelo Enrique II no utilizó numeral en las monedas). Esta gran producción monetaria en un reino tan pequeño es fruto de las visicitudes debidas a las guerras civiles del siglo XVI y tras la subida al trono de Francia de Enrique II de Navarra, puede decirse que finaliza la historia numismática de Baja Navarra, si bien en las monedas francesas permanece la denominación de Francia y Navarra hasta el siglo XVIII y sigue fabricando moneda la ceca de Bayona, mientras que el escudo de las cadenas figura en numerosas monedas de plata y sobre todo de oro de los monarcas franceses a igual tamaño que la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa. Desde Enrique IV hasta Luis XV de Francia y IV de Navarra se siguen acuñando escudos de Navarra y fracciones (1/2, 1/4, 1/6, 1/8, 1/10 y 1/12) aunque a diferencia de los monarcas españoles utilizan siempre el numeral francés. En la actualidad asistimos al proceso de pérdida del recuerdo histórico de la moneda autóctona, desaparecen palabras tan arraigadas como «real» y «ochena», denominaciones mantenidas durante siglos, pero como contrapartida podemos señalar cómo, por ejemplo en los testamentos que hoy en día se redactan en Navarra, aún se conserva la denominación de «dinero feble o carlín» alusión a las monedas que bajas de ley circulaban en tiempos de Carlos el Malo, de aquí su denominación de «carlines». Quedan muchas lagunas en nuestra numismática, tanto antigua como media y moderna y de muchas monedas tan sólo se conocen un escaso número de ejemplares; a veces son piezas únicas y en ocasiones por documentación histórica conservada se sabe que existió un determinado tipo de moneda que aún no ha sido encontrada. Los dineros y óbolos medievales de Navarra presentan un tamaño y espesor tan reducido que su supervivencia, en una climatología desfavorable a la conservación de metales como es la nuestra, resulta prácticamente milagrosa. Por tanto, en este campo aún queda mucho camino por recorrer si bien en los últimos tiempos asistimos a un nacimiento de trabajos científicos y bien documentados que poco a poco van despejando algunas de las muchas dudas que existen hoy en día. Por esta razón las atribuciones de las monedas que figuran en el presente trabajo, por ejemplo el caso de los «sanchetes» medievales, se verá modificada en los próximos años según se vayan consolidando nuevas hipótesis debidamente documentadas con estudios estadísticos de los tipos y variantes de las monedas conocidas.