Empresario pionero de la industria vizcaína, nació en Bilbao en 1850 y murió en Madrid en 1913.
Adquirió a su primo, don Francisco Martínez de las Rivas y Urtiaga, la fábrica de San Francisco del Desierto en el año 1886, transformándola en Altos Hornos S. Francisco. Como otros empresarios vizcaínos de la época, invirtió en minas —tales como Unión, Mora y Amistosa—, en la industria siderometalúrgica, eléctrica, naviera, en la banca, etc.
En 1889 fue cofundador de los Astilleros del Nervión, donde se construyeron los buques de guerra Oquendo (1892), Vizcaya (1893) e Infanta María Teresa. Durante la huelga de mineros de 1890, fue el primero en abolir los barracones obligatorios.
Tras algunas diferencias de tipo legal y económico con el Estado, el Gobierno se incautó de los astilleros en 1892 y los cerró en 1895. Sin embargo, en 1900 el Estado reintegró la empresa a Martínez de las Rivas, tras resolverse el pleito favorablemente para los Astilleros del Nervión.
En la huelga vizcaína de 1911, destacó por su postura en favor de los obreros y afirmó que la mayor parte de la riqueza se debía a ellos. Posteriormente, en la huelga minera de 1918, fue el primero en reducir la jornada laboral, lo que le costó la expulsión de la Asociación Patronal.
Dada su participación en los Bancos de Bilbao y del Comercio, en 1914 tuvo que intervenir en la reafirmación de solvencia de ambas entidades, en un momento de gran desconcierto debido a la crisis general provocada por la Primera Guerra Mundial. En 1920, sus herederos vendieron todas las instalaciones de la fábrica y los Astilleros del Nervión a los Altos Hornos de Vizcaya por 43 millones de pesetas.
La participación política de Martínez de las Rivas fue muy destacada. Fue diputado conservador en las elecciones de 1891 y candidato electo por Bilbao de 1896 a 1898. También obtuvo el escaño de senador en 1899, 1901 y 1903. Esto le permitió ejercer presión sobre la política económica del Gobierno y de las Cortes, favoreciendo así la expansión de la industria vizcaína.
Formó parte de la célebre Piña, enfrentándose en ocasiones a Chávarri, aunque en otras se presentó en listas comunes con él.
El escultor Benlliure plasmó su fisonomía en una escultura que hoy se alza en Galdames.
Ainhoa Arozamena Ayala