Al no saber o no poder encauzar sus verdaderas ansias como pintor en Madrid, retorna a Vitoria. Un dato temprano y relevante en su biografía artística: en 1923 diseña la imagen del más popular personaje festivo de las fiestas de la ciudad, "Celedón". Define, pues, la iconografía de esta figura, la fisonomía tradicional de un aldeano vasco con blusa, boina, bota de vino y paraguas.
En este aspecto, se interesó por estudiar, reproducir y divulgar la indumentaria popular de los aldeanos vascos; sobre todo la de aquellos vestidos y trajes de corte folclórico que iban desapareciendo al perderse también paulatinamente determinadas costumbres rurales.