En el ámbito arquitectónico, la influencia del romanticismo, aunque tarde y de un modo superficial también llegó a Euskal Herria. Los mejores ejemplos de esta nueva sensibilidad los encontramos en las artes plásticas, aunque el historicismo en el campo de la arquitectura también obtuvo un gran éxito. Y es que el territorio vasco en su conjunto y, especialmente, las provincias costeras, conocieron durante este período un crecimiento espectacular de sus principales ciudades, motivado no sólo por el impacto de la Revolución industrial, que inició en ese momento su primera fase, sino también por otros factores entre los que destacó el desarrollo del turismo. De ahí que ciudades como Donostia, Baiona, Biarritz o Bilbao, derribaran sus murallas y comenzaran a crecer demandando un arte que respondiese a sus nuevas necesidades.
Por ello, a este período que se extendió durante la segunda mitad del siglo XIX se le denomina eclecticismo ya que, aunque la sensibilidad predominante fue la romántica, durante el mismo fueron muchos los estilos que surgieron y se combinaron sin que predominase ninguno en solitario. De hecho, en arquitectura, además del historicismo, el modernismo también dejó su huella en Euskal Herria. Sin embargo, lo más interesante es vislumbrar, cómo las nuevas formas y estilos que revolucionaron el arte contemporáneo -la arquitectura del hierro, por ejemplo- también comenzaron a llegar al territorio vasco.
Aunque la arquitectura de estilo ecléctico fue la principal protagonista de este período, a finales del siglo XIX la burguesía europea apostó por un nuevo estilo que se denomina modernismo. El modernismo promulgaba la superación del eclecticismo y buscaba la inspiración en las formas vegetales y orgánicas. En Euskal Herria este nuevo estilo más innovador sólo influyó superficialmente en las fachadas de los edificios y, sobre todo, en el ámbito de las artes aplicadas. No obstante, el modernismo aportó a la arquitectura de Euskal Herria una utilización más sobria del lenguaje en lo decorativo y un hábil empleo de los materiales.
La utilización de nuevos materiales como el hierro y el hormigón, constituyó el preludio de una auténtica revolución en el ámbito arquitectónico; de hecho, la utilización de estos nuevos materiales no sólo transformó y condicionó el modo de construir, sino también la estética, permitiendo apostar por la sobriedad y las líneas rectas en el diseño de las formas. Sin embargo, a pesar de que la industria vasca basó su desarrollo económico en el apreciado metal, son escasas las construcciones que se conservan de este período realizadas en hierro u otros materiales innovadores.
En cuanto tanto a los ejemplos materiales como a los nombres de los arquitectos más representativos del período, a partir de ahora es difícil destacar sólo unos pocos nombres por la abundancia de los mismos.