Escultores

Fernández de Viana y Ugarte, Lorenzo

Escultor contemporáneo alavés, nacido en Lanciego el 10 de agosto de 1866. Muerto en Bilbao el 27 de diciembre de 1929.

De extracción social humilde -los padres eran labradores-, vivió parte de su infancia en Logroño. En esta capital inició trabajos específicos de ebanistería, trasladándose posteriormente, en 1883, a Vitoria. Amplió estudios en la Academia de Bellas Artes, actual Escuela de Artes y Oficios, siendo uno de los alumnos más aventajados del centro. Este aprovechamiento motivará que la Corporación municipal le conceda en 1898 una beca-pensión para instruirse en Madrid. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Círculo de Bellas Artes. Recibió las enseñanzas del prestigioso escultor realista Aniceto Marinas, autor de la estatua de Velázquez, situada frente a uno de los accesos del Museo del Prado.

Precisamente a estos años de finales de siglo corresponde uno de los compromisos que le granjeará más prestigio en el ámbito alavés, perdurable todavía en la actualidad: la restauración de la Virgen de Estíbaliz en 1897. En 1900, tras la experiencia madrileña, realiza su primer viaje a París, repitiendo nueva estancia a orillas del Sena en 1906. Frecuentaría entonces la renombrada Academia Julien.

Como todo artista que, a principios de siglo, pretendiese conseguir cierto reconocimiento profesional, a la par que social, concurre a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid. Consiguió menciones honoríficas en las ediciones de 1904 y 1906, y tercera medalla en la convocatoria de 1908 con la escultura Job. Tiene taller abierto en la capital alavesa, disfrutando con los años de varios emplazamientos: en los Arquillos de San Miguel, en la cuesta de El Resbaladero y en la calle Santiago.

Muy ligado a la actividad cultural y artística de Vitoria, elaboró una serie de bustos de eximias personalidades locales. Dentro de este ámbito, destacamos las efigies esculpidas a los cronistas Ricardo Becerro de Bengoa y Manuel Díaz Arcaya, al profesor y pintor de la Escuela de Artes y Oficios Pedro López de Robles, y al sin par Pablo Uranga, quien en justa correspondencia pintó al mismo tiempo un conocido retrato del escultor, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Álava.