Concepto

Enfermería

Hablar de barberos de pueblo, sangradores, ministrantes o de damas enfermeras nos lleva a otras épocas de la profesión sanitaria de Enfermería. Desde los barberos del siglo XIV hasta los actuales profesionales de enfermería muchos han sido los cambios que se han producido.

Gipuzkoa no fue ajena a cuanto ocurría en otros lugares más o menos cercanos, siendo la historia de los cuidados similar a la del mundo al que pertenecía. De la enfermería intuitiva se pasó a la recibida oralmente por los mayores de cada familia o comunidad, siendo entre los siglos X y XV cuando comienzan a identificarse a las personas que, primero por nobleza, caridad y cariño y, más tarde, por un salario, se dedicarán a atender las necesidades básicas de los afectados por la enfermedad.

No será hasta el XVI cuando se encuentren escritos destinados a formar y organizar a las personas que cuidan de los enfermos, dedicando especial atención a todo cuanto pueda estar relacionado con el parto y, tal vez por ello, relacionando la actividad con el mundo femenino. Corresponde a esta época la primera mención a las enfermeras como complemento a la labor que desde el siglo IX venían desarrollando las órdenes religiosas, como hemos visto en el capítulo anterior. Esta íntima relación entre las enfermeras y la religión daba a su trabajo un sentido espiritual, en el que predominaban los sentimientos como reflejo de una vocación. La necesidad de preparar adecuadamente al personal dedicado a estos menesteres fue el resultado de su casi completa sumisión a la administración religiosa, que era la encargada de administrar los cuidados por ser la conocedora de los remedios más eficaces. La enfermera, subsidiaría de los religiosos, no tenía opción a incrementar sus conocimientos y por ello su trabajo era considerado como doméstico, sin valoración social.

En los siglos XVII y XVIII se mantuvieron vigentes las reglas que las distintas órdenes religiosas tenían dispuestas para el cuidado de las personas enfermas, y el cambio de actitud de las enfermeras no se produciría hasta el XIX cuando a su buen carácter comenzaron a sumarse los conocimientos adquiridos.

En Bizkaia desde que Don Diego López de Haro fundase la Villa y le otorgó la Carta Puebla, el 15 de junio del año 1300, existía como hospital medieval el de la Magdalena o el de San Lázaro, creándose el Hospital de los Santos Juanes hacia finales del siglo XV. Está escrito en el Regimiento General del 6 de diciembre de 1645, donde se establece que estas instituciones funcionaban únicamente como "refugios de naturales y vecinos de Bilbao, faltos de hacienda, viejos y miserables".

En Álava aunque hay datos de hospitales de eremitas desde 1167, el caso más conocido es el de de los hospitaleros del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria que lo regían como "hospital de curación", son conocidos desde 1466 aunque probablemente estuvieron presentes desde la fundación del hospital en 1419. También en 1514 se encuentran referencias sobre el Hospital de San José.

En Gipuzkoa, desde 1485 hasta 1900, el número de centros hospitalarios o de socorro era muy escaso, tan sólo ocho centros. Hay datos de 1485 del Hospital de San Lázaro en el barrio de San Martín extramuros en San Sebastián. De 1535 hasta 1719 se conoce la existencia del Hospital de San Antonio Abad en el arrabal de Santa. Catalina. Posteriormente, en 1787, dicho hospital pasó a la calle 31 de Agosto y en 1888 se traslada a la avenida de Navarra en Manteo. El Hospital de Tolosa se inaugura en 1860.

Como consecuencia de las ya citadas leyes de los años 1855 y 1857, comenzaron a crearse las primeras asociaciones profesionales de la historia de la enfermería en el País Vasco y cuando los practicantes salieron a la luz se integraron en los Colegios de Sangradores, diferenciándose de ellos tan solo en la titulación, hasta que en 1867 se prohibió ejercer la actividad si no se disponía del visto bueno otorgado por las facultades de medicina tras dos años de estudios y prácticas hospitalarias.

Durante la segunda guerra carlista en todos los batallones había un cirujano sangrador que, normalmente, era el practicante que en cada pueblo estaba contratado por el Ayuntamiento. El largo periodo de las distintas guerras carlistas hace que sea en el Ministerio de la Guerra donde más documentación exista sobre el particular, dado que se encargaba de nombrar a los cirujanos sangradores de cada batallón.

En 1904 se reguló las carreras de practicantes y enfermeras y, dos años después, la venida a España de la reina Victoria Eugenia fue de gran importancia puesto que trajo con ella la filosofía de Nightingale y pronto la Sección de Hombres de la Cruz Roja se complementó con la Sección de Señoras, fundada por la reina.

En 1915 se publica el "Boletín de Practicantes" y reconocimiento legal de las enfermeras religiosas del Dr. Rubio.

En 1917 nace la Federación de Colegios de Practicantes Vasco-Navarra. Celebrada la reunión el 24 de septiembre de 1918, bajo la presidencia del señor Iglesias, y con el presidente del Colegio anfitrión, señor Martínez de Pinillos, como Vicepresidente, a ella acudieron representantes de los seis colegios norteños (Álava, Gipuzkoa, Logroño, Navarra, Santander y Vizcaya) además del Sr. Monfledo, Inspector Provincial de Sanidad de Logroño, acordando por aclamación los siguientes acuerdos:

  • Laborar por la dignificación de la profesión
  • Crear "La Unión de Practicantes del Norte de España"
  • Exigir la colegiación obligatoria
  • Exigir que se ocupen todos los puestos de trabajo que ordenaba la Ley
  • Perseguir el intrusismo
  • Pedir que se suprimieran las restricciones sobre asistencias a partos
  • Proponer a todos los Colegios de España la creación de "El Cuerpo de Practicantes Españoles"

En 1918 nace la Unión de Practicantes del Norte de España (Álava, Gipuzkoa, Logroño, Navarra, Santander y Vizcaya). Y en 1921 se crea la Federación Nacional de Practicantes.

El año 1927 se creó "La enfermera oficial" y dos años más tarde, en 1929, se estableció la colegiación obligatoria cambiando de forma notable la configuración del panorama sanitario en general y de la enfermería en particular. En 1928 las matronas se integraron en el Colegio de Practicantes.

Los acontecimientos de 1936 encontraron al país carente de una estructura médico-sanitaria capaz de hacer frente a las muchas necesidades que a diario se presentaban. Fue necesario improvisar hospitales y dotar a los existentes de un mínimo de personal dispuesto a atender a enfermos y heridos. Algunos conventos fueron convertidos en hospitales militares, siendo numerosas las órdenes religiosas que se prestaron a tal fin: Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Hijas de la Caridad de Santa Ana, Hermanas de San José, Carmelitas de la Caridad, Madres de la Enseñanza, Hermanas Mercedarias, Hermanas de la Consolación, Madres del Sagrado Corazón, Madres Irlandesas, Siervas de María, Siervas de Jesús, Madres Clarisas, Hermanitas de la Cruz, Hermanitas de los Pobres...

Ante la gran cantidad de mujeres que prestaron servicios en los hospitales, con demasiada frecuencia sin más conocimientos que su buena voluntad, se organizaron cursillos llegándose a formar 5.506 Damas auxiliares de Sanidad Militar mediante la realización de 116 cursillos, y el Estado Mayor, en Mayo de 1938, creó el documento de identidad para Damas auxiliares, alcanzándose, al terminar la guerra civil, 12.307 titulaciones entre enfermeras y auxiliares.

Se crea en 1937 La Cruz Roja del País Vasco de conformidad con lo preceptuado en el Decreto del Gobierno Provisional del País Vasco. En ella se denomina como Asociación para el socorro de heridos en campaña, calamidades y siniestros públicos.

En 1940 las empresas "Michelín" y "Cementos Rezola" fueron las primeras en Guipúzcoa en contar con un practicante en su plantilla. En 1942 se crea el Seguro Obligatorio de Enfermedad. Y en 1944 se crean los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios con Secciones independientes para Practicantes, Enfermeras y Matronas. Sede Pedro Egaña.

En el año 1953 se unificaron los títulos profesionales de Matrona, Practicante y Enfermera en el Título de Ayudante Técnico Sanitario (ATS). En 1954 y por Orden del 20 de marzo del Ministerio de la Gobernación. Se aprueba el Reglamento del Consejo Nacional de Auxiliares Sanitarios. En ese mismo año y por Orden de 30 de Julio. Se aprueban los Estatutos de los Colegios Provisionales de Auxiliares Sanitarios que se dividen en tres secciones: Practicantes, Matronas y Enfermeras. En 1955 se constituye el Colegio de Matronas de Gipuzkoa.

En 1958 y por Orden de 13 de enero. Se dispone a los Ayudantes Técnicos Sanitarios la colegiación obligatoria, debiendo colegiarse en la Sección de Practicantes los ATS masculinos; en la Sección de Enfermeras, los ATS femeninos y en la Sección de Matronas, los ATS femeninos especializados en asistencia obstétrica. En 1977 el 1 de abril se unifican los Colegios de Practicantes, Enfermeras y Matronas. En 1978 el 10 de octubre, se publican los Estatutos de la Organización Colegial de Ayudantes Técnicos Sanitarios, por el Real Decreto 1856/1978 de 29 de junio.

Ya en 1978 se celebran las primeras elecciones democráticas con el Colegio unificado, y en1983 se publica el Mapa Sanitario de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y ordenación sanitaria territorial del País Vasco.

En 1979 y por Real Decreto, por el que se aprueba la conversión de la Escuela de Ayudantes Técnicos Sanitarios (A.T.S.), en Escuela Universitaria de Enfermería.

21 de noviembre de 1997. La unidad docente de enfermería de Donostia se transforma en la actual Escuela de Diplomados de Enfermería de San Sebastián- Euskal Herriko Unibertsitatea -Universidad del País Vasco.

Existieron también practicantes de farmacia, ministrantes, enfermeros, barberos, practicante de cirugía menor, enfermero del pabellón de contagiosos.

¿Qué es la enfermería?

Declaración de posición del CIE adoptada en 1998 y revisada en 2004.

"El ámbito de la práctica de Enfermería no se limita a determinadas tareas, funciones o responsabilidades, sino que incluye la prestación de cuidados directos y la evaluación de sus resultados, la defensa de los pacientes y de la salud, la supervisión y la delegación en otros, la dirección, la gestión, la enseñanza, la realización de investigaciones y la elaboración de una política de salud para los sistemas de atención de la salud. Además, como el ámbito de la práctica es dinámico y responde a las necesidades de salud, al desarrollo del conocimiento y a los avances tecnológicos, es preciso un examen periódico para cerciorarse de que sigue siendo coherente con las necesidades de salud actuales y favorece unos mejores resultados de salud".