Asociaciones

Emakume Abertzale Batza

Fue tal el desarrollo y las actividades desplegadas durante estos cinco años que pocas organizaciones similares podrán compararse con esta de las emakumes. El trabajo se hizo durante la marcha, pues debía de organizarse la entidad en todos los pueblos de Euzkadi y sobre todo en Alava y Navarra. Todo se centraba en reabrir los viejos centros y en crear otros nuevos, todo lo cual exigía un gran número de mítines, conferencias y fiestas. El 11 de enero de 1932 se abría el centro de Barcelona. A estas organizaciones se sumaron otras complementarias de niños como las "Poxpoliñas", "Gaztetxus" y "Neskames" también confederadas. En el orden cultural se dedicó una atención muy especial a las escuelas vascas o ikastolas como las inauguradas en Bilbao en 1932 en Belosticalle y la de Errotatxueta, con doscientos alumnos cada una. Se funda, así mismo, Euzko Ikastola Batza a cuya Junta pertenecen dos delegadas de las emakumes y que en 1935 contaba ya con 13 ikastolas. Complementando esta labor organizan, asimismo, diversas clases de catecismo, de euskera, geografía, historia, lectura, cantos vascos, escritura, gramática, taquigrafía, mecanografía, contabilidad, solfeo, piano, etc. En el orden social organiza a las sirvientas domésticas y maestras, y sindicatos femeninos adscritos a Solidaridad de Trabajadores Vascos, y Bolsas de Trabajo y Mutualidades. No contenta Emakume Abertzale Batza con esta labor organizadora sindical se dedica con gran entusiasmo a la atención de problemas sociales urgentes como alivio de necesidades apremiantes, socorro a necesitados en general, a enfermos de los hospitales, presos, solidarios parados, "gabón" del solidario, asistencia sanitaria, enfermería, botiquín y dispensario, atención a la institución "Osakolea" y a domicilio, etc. El 18 de febrero de 1934 celebra un Congreso de Asistencia Social, funda "Gexozañak", "Asociación de Enfermeras" o "Cruz Roja Vasca", crea igualmente "Aurtzaintoki", o "Dispensario de Niños", da cursos de enfermeras y abre el consultorio denominado "Osakolea". En pleno crecimiento y expansión, en pleno florecimiento, y cuando prometía la organización sus mejores frutos y su extensión hacia otras actividades sobreviene la guerra de 1936. El potencial humano femenino se vuelca entonces a la preparación de ropas y utensilios para los gudaris recién creados. En los pueblos ocupados las más destacadas emakumes fueron rapadas y paseadas por las calles para ser objeto de risa y ludibrio de carlistas, falangistas. Además se les aplicaba multas que pagaban generalmente en prisión, se les obligaba a barrer las calles públicas y los centros oficiales. Mondragón fue uno de los lugares más castigados. Fueron fusilados cuarenta y cuatro hijos de la villa entre ellos el arcipreste y sus dos coadjutores, destacados por su humildad y su fraternidad cristiana, pero en medio de todos destaca la figura de Paula Mújica, de 44 años de edad, casada y gran patriota, mujer, al decir de los que la conocieron, de gran talento y extraordinaria dedicación a la causa. La guerra produjo un acercamiento de todos los agredidos, hasta entonces enemigos políticos irreconciliables. Las emakumes dieron de si cuanto podían dar en la prestación de servicios y sobre todo en la humanización y auxilio a los gudaris. A este efecto prepararon 17 altares portátiles.

Texto original: Bernardo Estornes Lasa