Concepto

Danzas de Lapurdi

El Carnaval. Para la cuestación informal, los jóvenes se trasladan en grupos de tres o cuatro y van toscamente disfrazados: falda de mujer por encima de los pantalones, chaqueta grande, abrigo largo, sombrero hongo o de copa y la cara enmascarada o coloreada. Llaman a las puertas, entran en las casas, hacen bromas, a veces esbozan una danza burlesca y finalmente reciben la colación de huevos, tocino, orejas de cerdo, longanizas o morcillas. Cada uno de estos pequeños grupos actúa por su cuenta en un perímetro limitado de su propio barrio. Pero cuando un pueblo o barrio disponía de un número suficiente de jóvenes experimentados en el baile era posible organizar un cortejo con una presencia mucho más cuidada en vestuario y técnica de baile. Una vez que la compañía estaba constituida y preparada, establecía un calendario y comenzaban, previa autorización municipal en su caso, las giras exteriores que buscaban, en particular, las ciudades más importantes. Al llegar al lugar acordado la primera labor consiste en adueñarse del mismo, tomar la plaza, y dar la vuelta bailando la Maska-dantza. Luego, dispuestos en círculo, los bailarines ejecutan enseguida las danzas denominadas Xinple y Marmutx. La gente recibe a la mascarada y les ofrece caldo y otras bebidas. Luego da comienzo la cuestación, en cada casa el cortejo se detiene y ejecuta el baile demandado por los habitantes. En los años anteriores a la Primera Guerra Mundial se bailaban la maska dantza, el ximple, el fandango, la kaskarot dantza y a veces la makil dantza.

La festividad del Corpus Christie o Besta berri se celebra con fervor en todo el país vasco norpirenaico. En diversos pueblos de Laburdi y de la Baja Navarra los jóvenes ataviados con su traje ritual forman cortejos con motivo de esta festividad. Penetran en la iglesia de dos en fondo y avanzan hasta el presbiterio ejecutando muy ceremoniosamente kaskarot martxa con un característico paso en avance y retroceso. Una vez terminados los actos religiosos los bailarines, precedidos por el cura párroco, se dirigen a paso largo hacia la casa parroquial donde les espera un refrigerio. La compañía maniobra con dignidad y su entrada en la iglesia, abarrotada de fieles expectantes, es uno de los grandes momentos de la fiesta. Con rostro impasible, avanzan y retroceden al son de la música progresando lentamente (cada dos medidas dan seis pasos en avance y cuatro en retroceso). La resonancia de los cascabeles crece en el interior del templo a medida que acceden los personajes. Los estandartes ondean al compás mientras el tambor-mayor / makilari hace girar su bastón de mando y baila de espalda frente a los músicos a los que simula dirigir. Con sus coloridos trajes causan un efecto conjunto muy llamativo. Los personajes se distribuyen y colocan en el templo según una estricta formalidad. En las sucesivas fases de la liturgia ejecutan músicas y maniobras de corte militar: presentación de armas, de banderas, cambio de guardia en el altar... Al final, la salida se efectúa con el mismo ceremonial que la entrada. En la procesión que sigue interviene todo el cortejo. Es la juventud masculina, equipada militarmente, la que ha jugado el rol principal en las ceremonias religiosas y los regocijos posteriores: zapurrak, oilarrak, sarjentak, kaporalak, alabardariak, banderaria, makilari...

Las Toberak o Tobera-mustrak, o Cencerradas, Kabalkadas, se organizaban en cualquier época del año con motivo de bodas entre desiguales u otras circunstancias discrepantes con la norma social generalmente aceptada y que a juicio de los vecinos merecían la burla pública. No eran muy frecuentes, las personas de edad que fueron testigos de ellas no habían visto más de una o dos en el transcurso de su vida. Podían incluir parte del repertorio tradicional de danzas además de otros bailes alusivos o jocosos.