Léxico

CLIMA

I- Clima Mediterráneo y Submediterráneo. El área de acción de la influencia mediterránea y submediterránea abarca toda la vertiente meridional salvo las altas montañas del E, del N. y del extremo O.

Clima mediterráneo. A través de los amplios valles del Arga y del Irati inferiores, dos avanzadillas de influencia mediterránea penetran hasta Echarri y Lumbier, sin englobar, no obstante, el territorio comprendido entre estas dos localidades debido a la presencia de las sierras de Alaiz y del Perdón, verdaderas barreras climáticas que sustraen a la cuenca de Pamplona de su influencia. Podría señalarse a Logroño y Tafalla como lugares representativos de esta zona que delimita al N. una línea que pasa por Torralba, Echarri, Legarda, Muruarte, Aibar, Lumbier, Yesa, Sos. Dada la proximidad de las áreas anticiclonales de la meseta ibérica y de la cadena pirenaica, se trata de un clima mediterráneo con tendencias continentales y esteparias. Los inviernos son fríos, de heladas más frecuentes que a orillas del golfo de Vizc. o Gascuña: en la Rioja alavesa, en los alrededores de Laguardia, hiela a veces en mayo, acontecimiento funesto para la viña, y a veces ocurre que heladas excesivas destruyen la aceituna, como ocurrió en la región de Estella en 1920. En cuanto a los vientos, éstos resultan de la acción combinada de las depresiones de origen oceánico y de los anticiclones ibérico y pirenaico. Al S de la sierra de Alaiz, del Eskintza y del Montejurra, los vientos del cuadrante S. tienden a dominar a los del cuadrante N. a medida que uno se acerca al reborde septentrional de la meseta ibérica. Un régimen de vientos del S. se establece incluso de forma uniforme para toda la vertiente meridional cuando la trayectoria de las depresiones pasa al N. de la cadena pirenaica. Si estos vientos provienen del S. o del SE, hacen subir más o menos la temperatura. En el valle del Ebro se deja sentir a menudo, desde la mañana, el viento del SE, el solano, cálido y seco, que sopla de la llanura a la montaña para ser desplazado al atardecer por el serranillo, viento del S. que debe su tibieza, incluso su calor, al hecho de llegar al valle del Ebro después de haber bajado por la vertiente septentrional de la cadena ibérica. En Lumbier el viento S. es, incluso, bastante frecuente y los navarros lo llaman con justicia bochorno -calor pesado-, porque contiene siempre algo de la humedad que pierde durante le ascensión de la vertiente meridional de los Pirineos. Pero este viento nunca sopla demasiado tiempo seguido: como consecuencia del desplazamiento de las depresiones de O. a E, cede pronto su lugar al viento lluvioso del SO., el castellano. Cuando la trayectoria de las depresiones pasa al S. de la cadena, el régimen de vientos es diferente: la región situada al N. de las sierras de Alaiz, del Eskinza, del Montejurra así como de la Rioja alavesa conocen entonces vientos de cuadrante preferentemente N. Desde las altas cadenas pirenaicas baja el cierzo, viento frío y seco; esto es señal de helada y, a menudo, de caída de nieve, cuando masas de aire frío septentrional tropiezan con masas de aire tibio y húmedo venidas del SO. Pero el desplazamiento de las depresiones de O. a E. trae, al final, al viento NO, frío, violento, lluvioso, el regañón. En la primavera, las depresiones y las caídas de lluvia se multiplican pero la nieve desaparece a finales de febrero o en la primera quincena de marzo y la temperatura sube rápidamente. Después de las lluvias de junio comienzan dos o tres meses de sequía y de calor tórrido durante los cuales se alcanza el máximo térmico en julio. El aire está a menudo traspasado por este hálito ardiente y seco del solano, "malo en invierno, peor en verano". En otros momentos es el cálido, pesado e insoportable bochorno el que sopla. En este caso, pueden ocurrir dos cosas. Puede ocurrir que el anticiclón de las Azores se extienda hasta las cercanías de Andalucía, mientras un mínimo barométrico más importante que el de España ocupa el SO. de Francia. El viento S. puede entonces soplar durante semanas e incluso durante meses: conoce así la región un verano extremadamente cálido y seco mientras cae lluvia bajo la forma de escasos y torrenciales chubascos provocados por tormentas que aportan ramalazos de viento S. Afortunadamente, las localidades situadas al pie de la cadena ibérica o cerca de las altas sierras pirenaicas gozan diariamente de cierta frescura que trae la brisa de montaña que comienza a soplar a partir de las 18-19 horas ya sea desde el S. -para las que se encuentran en la orilla derecha del Ebro- ya desde el N. -para aquellas de la orilla izquierda. Pero generalmente, el mínimo barométrico de España central es más considerable que el de Francia meridional: comienza entonces para toda la región que nos ocupa un régimen de vientos del N. continuos, frescos y secos. De una u otra forma, la región conoce una sequía persistente. Esta penosa estación, durante la cual la tierra cobra el aspecto de una estepa polvorienta, acaba hacia finales de septiembre: el campesino conoce entonces algunas semanas deliciosas durante las cuales el calor solar es temperado por la frescura del cierzo. Las aprovecha para proceder a la vendimia, aunque estos momentos son cortos y pronto comienzan las lluvias de otoño.

Clima submediterráneo. Engloba la cuenca media e inferior del Bayas y del Zadorra, la cuenca media del Ega y de los ríos procedentes de la vertiente meridional de las sierras de Andía y de Urbasa, el territorio comprendido entre el Burunda inferior y Navascués, a orillas del río Salazar, y el valle medio del Aragón. Esta zona recuerda a la anterior por la rapidez con la que sube la temperatura estival y por la sequedad del verano: de julio a septiembre está casi enteramente englobada en la curva de índice de agua 20 y entre estos dos meses, al no recibir más lluvia que Tafalla, Pamplona conoce casi con tanta frecuencia como Tafalla el soplo cálido del bochorno. Pero aun así, la influencia mediterránea no es la única predominante. Al E. del Irati inferior, retrocede en invierno ante la influencia montañosa que se hace sentir bajo el aspecto de cierzo rojo o blanco, viento fuerte y seco del NE. capaz de soplar durante 9 a 15 días y de hacer morir a las cabras de frío, por lo que se le denomina también matacabras. El número de días de nieve aumenta asimismo con fuerza. En Aoiz hace su aparición la nieve en diciembre, aunque ya en noviembre recubría las montañas circundantes: Todos los Santos, campos verdes, montes blancos. Las máximas pluviométricas de primavera y de verano son mucho menos acentuadas que en Tafalla, por ejemplo. Jaca podría ser escogida como paradigma de esta variedad. Al O. del Irati inferior, el factor mediterráneo se combina con la influencia oceánica, como lo demuestra el régimen de lluvias de Pamplona: mientras Jaca presenta dos máximas pluviométricas, una en otoño y otra en primavera, Pamplona sólo cuenta con una verdaderamente notable -la de finales de otoño-, a la que sigue un período de lluvias que caen hasta junio, tan abundantes en primavera como en invierno.

Observaciones pluviométricas en Navarra
(Promedios mensuales)
Estaciones pluviométricas Promedio de agua recogida en
1945/49 1950/54 1955/59
Aizpún
Alsasua
Andosilla
Articuza
Artieda
Beire
Beunza
Buñuel
Caparroso
Cintruénigo
Estella
Fitero
Goizucta
Irabia
Irache
Isaba
Javier
La Oliva
Larraga
Lecumberri
Lodosa
Marcilla
Mélida
Monteagudo
Olite
Santesteban
Sartaguda
Tudela
Ustés
Viscarret
Yesa
982,7
1.047,0
480,0
---
---
526,3
---
337,4
368,8
---
507,6
428,2
---
1.513,7
614,1
866,7
---
437,4
---
1.218,9
448,6
---
---
394,6
471,0
1.601,0
435,9
508,5
795,4
1.035,2
556,9
---
1.220,6
391,6
---
710,1
514,7
1.369,4
360,9
372,1
387,5
582,5
347,8
---
1.579,6
676,6
1.062,1
---
417,4
---
---
---
419,7
510,0
---
445,9
1.786,6
501,2
401,1
999,7
1.190,7
668,0
---
1.213,4
407,4
2.42o,6
710,1
710,8
---
480,5
476,3
397,9
652,6
573,6
1.642,1
---
673,4
1.094,0
616,6
502,1
448,3
---
---
476,9
536,6
---
394,6
582,4
1.668,9
513,6
418,3
956,1
780,8