Municipios

CARRANZA

Valle, merindad de las Encartaciones, Señorío de Vizcaya. Esta población estuvo dividida desde tiempos muy antiguos en dos bandos, denominados uno de los Giles o Marroquinos y el otro de los Negretes, separados ambos por un río. El primero comprende los concejos de Sierra, San Esteban y Soscaño y el segundo los de Santecilla, Biáñez y Ahedo. Antes de que admitiera Vizcaya la ley de Ayuntamientos del reino, nombraba cada bando un alcalde y cada concejo un regidor, terciando entre sí todos los concejos para nombramiento de un síndico. Carranza se separó del Señorío en todo lo económico y participación de empleos el año 1740, pero se volvió a unir por concordia de 16 de agosto de 1799, desde cuya época disfrutó de asiento y voto en las Juntas Generales de Guernica. Esta unión tuvo lugar, pues, después de la Guerra de la Convención en la que las iglesias del valle dieron a la Diputación de Vizcaya una cantidad de plata por valor de 42.000 reales para la lucha contra los revolucionarios. Un donativo similar tuvo lugar durante las guerras napoleónicas en las que las iglesias llegaron a vender hasta bienes raíces. Los hidalgos y escuderos de Carranza se congregaban en el atrio de la iglesia de Santa María de Soscaño. Allí se celebraban las reuniones periódicas para resolver los asuntos administrativos de los seis concejos que formaban el valle. Hasta el último hercio del s. XIX se conservó una encina en las cercanías de la iglesia, bajo la cual parece ser que tuvieron lugar las primeras reuniones del Valle. En 1864 su población se gobernaba por un alcalde, dos tenientes y once regidores. Carranza constituía el tercer voto del último tercio de concejos encartados que asistían a las Juntas de Avellaneda.