Monarquía y Nobleza

Carlos III de Navarra El Noble

La vida material durante este reinado. La Navarra del siglo XIV es aún un país eminentemente agrícola y ganadero. La agricultura era practicada sobre todo en el sur, aunque en el norte la acción colonizadora de los monasterios se iba dejando sentir poco a poco. Con Carlos III se abre un período de paz que, como es natural, repercute en el plano material. La población aumenta tras las horribles mortandades de 1348, 1362 y 1380. La producción artesanal se diversifica gracias al aporte de artesanos extranjeros traídos por el monarca: pañeros, armeros, tintoreros, freneros, escultores, artífices, campaneros, organeros, etc. Para la extracción y transformación de mineral, Carlos mantiene en continuo movimiento 28 ferrerías propias, trayendo, además, minadores alemanes para la búsqueda de minas de plata y cobre. También le interesó activar el lánguido comercio de su reino. Consiguió obtener la exención de diezmos a las mercancías enviadas desde Navarra a Flandes por el puerto de San Sebastián (A. de la H. Colección Vargas Ponce, t. XXVIII, s. fol.), cuyo camino hizo remozar. Concedió el privilegio de poder celebrar ferias a Corella, Los Arcos, Estella, Peralta y Tudela. Los víveres no abundan en el reino, por lo que llega a un acuerdo de intercambio mutuo con Juan II de Castilla (1414). Personalmente se interesó por la introducción en su reino del cultivo del azafrán y la aclimatación, en sus jardines de Olite, de toronjas aragonesas, fresas de la montaña (Isaba), peras, cerezos y melocotoneros franceses.