Valles

BAIGORRY, Valle de

Las forjas y fundiciones de Baigorry. Las principales son dos: la de las cercanías de Saint-Etienne y la ferrería de Echauz. La primera o Forja de Baigorry ha sido reputada como el mayor establecimiento metalúrgico de los Pirineos Vascos. Sus instalaciones, que abarcan cerca de un kilómetro de depósitos, galerías, lavaderos, fundiciones, forjas, etc., se hallan a orillas del río. El mineral tratado era principalmente el cobre; muy accesoriamente la plata y el hierro. En 1728 el rey, que protegía la forja aunque no era propiedad suya, concedió su explotación a B. de Latour con lo que se reinician los trabajos abandonados. En 1756 otra concesión real, a favor de M. de Latour, se extiende a un periodo de 20 años -entra en esta concesión la explotación de todos los minerales del país excepto el oro. Este Latour compró la casa noble de Châteauneuf de Baigorry con lo que pasó a tener entrada en los Estados. En 1763 se renueva la concesión en la persona de un tal Meuron que en 1776 la vende a una compañía. El rey estableció un comisario para solventar los conflictos que surgieran entre el valle y el concesionario. Los filones: Alcanzan como máximo de espesor 1,20 m. Los principales se hallan cerca de Saint-Etienne y se llaman: Phillipsbourg, Saint- Elisabeth, Saint-Louis, Aoust, Saint-Antoine, Sainte-Marie, Berg-op-Zoom, Tres Reyes, Santa Marta, y Saint-Michel. Los romanos sólo explotaron los filones que no pasaban de 10 m. de profundidad. Producción en el s. XVIII: Los lingotes de cobre eran trasladados en lomos de mula hasta Pau o Toulouse debido a la falta de río navegable. Un quintal de mineral proporcionaba 30 libras de cobre y 205 marcos de plata. En 1756 se fundían 430 quintales por quincena lo que daba 90 quintales de cobre negro. Al año se obtenían 215.200 libras de cobre. Personal: A finales del s. XVIII trabajaban 389 personas del valle entre capataces, mineros, leñadores, fundidores, refinadores, etc.; su ocupación en este trabajo era intermitente, como un suplemento a las labores agropecuarias tradicionales. Aparte de estos 389 había un número considerable de obreros fijos. El carbón de madera: Se extraía generalmente de Quinto Real (Aldudes). El bosque de Hayra proporcionaba sus magníficas hayas. El concesionario de las minas pagaba un tanto al valle y estaba en la obligación de efectuar plantíos en los lugares señalados por el valle. La Ferrería de Echauz: Hacia 1785 producía un excelente hierro. No estaba lejos de la Forja de Baigorry, aguas abajo del río, a kilómetro y medio de Saint- Etienne. Su mineral provenía de Ustely (La Bastida). Tenía también los yacimientos de hierro de Olliorandi y los de cobre de los bosques de Echauz de la vertiente N. del monte Listxketar. La forja era posesión del vizconde de Echauz y del valle, a medias. Se abastecía del bosque de los Aldudes y de parte del de Uxuskulu. Empleaba sólo a 5 obreros. Paró en 1785 por falta de madera. Su producción anual había sido de 2.000 quintales de hierro. En 1788 el intendente real interviene para poner fin a las negociaciones que lleva a cabo Domingo de Egusquiza, director de la forja altonavarra de Valcarlos, con los baigorritarras como si la frontera franco-española no existiera. El vizconde Echauz tenía también participación en la fábrica de Orbaiceta.