Dance

Soka-dantza

Tras el largo paréntesis de la guerra civil y el principio de la posguerra, el abandono de la danza tradicional vasca fue cada vez más rápido. En su lugar, y a menudo unido a la actitud posibilista del nacionalismo vasco, la mayor parte de las danzas vascas se folklorizaron de la mano de grupos de danzas, ligados en mayor o menor medida con ideologías nacionalistas (Lamarca 1977). La soka-dantza desapareció en muchos lugares, convirtiéndose en aurresku. Además, como ocurre a nivel mundial, bailar el aurresku se convirtió en un saber especializado, algo que pocas personas saben hacer. Los pasos, que al menos en muchas variantes se improvisaban en buena medida, se fijaron de un modo cada vez más complicado, y hoy en día es imprescindible para bailarlo como es debido encontrarse en buena forma física y haber pasado largas horas de ensayo. Puede decirse que en esa época el aurresku no sólo tomó el nombre y sustituyó a la soka-dantza, sino que la fagocitó y eclipsó. Como dice Oier Araolaza (2006):

"En conjunto la soka-dantza es un modelo coreográfico postergado del repertorio de los grupos de danza, ya que no se adecuaba fácilmente con el esquema estético y rítmico de la espectacularidad que se impuso entre los grupos. Como consecuencia, en las décadas de los 60-70, precisamente en los años en que hubo más grupos de danza y actuaciones, muchas soka-dantzak se abandonaron repentinamente."

En las últimas décadas, sin embargo, la situación ha cambiado en buena medida. En este momento, por ejemplo el papel de homenaje del aurresku se ha democratizado, y no es preciso ser. lehendakari o alcalde para poder recibirlo. Pocos homenajes, primeras piedras o celebraciones se hacen a día de hoy sin el aurresku de un dantzari. Su melodía será en este momento la más conocida del repertorio de txistu, y la única del mismo que escuchamos, por ejemplo, en los teléfonos móviles. Con todo, y en opinión de nuevo del dantzari y antropólogo Oier Araolaza (op. cit.), al menos en Guipúzcoa,

"En los últimos 15 años, en cambio, están resurgiendo soka-dantzak aquí y allá y se están llevando a la plaza, y a diferencia de lo que ocurre con tantas otras danzas, nos aparecen enraizadas en las celebraciones locales de cada sitio".

En esa página web, en efecto, ha localizado sesenta y una celebraciones diferentes que se realizan anualmente en Guipúzcoa.

Las razones de este florecimiento o resurgimiento hay que buscarlas en mi opinión en los cambios que ha experimentado la sociedad vasca en los últimos años. Los términos Tradición y Folklore, por ejemplo, se han convertido en conceptos blandos. Algunas ideas de García Canclini (1995:200 y ss.) sobre la cultura popular son, en mi opinión, especialmente adecuadas al caso vasco: como por ejemplo, que lo popular no es vivido por los sujetos populares como complacencia melancólica con las tradiciones, y a menudo ellos son los más interesados en hacer cambios que consideran pueden ser más atractivos para ellos o para sus posibles espectadores; o que la preservación pura de las tradiciones no es siempre el mejor recurso popular para reproducirse y reelaborar su sustitución. En Vasconia, como en muchos lugares del mundo, lo que hoy en día funciona son las tradiciones versátilmente modernizadas o reinventadas que son capaces de atraer al público (Pelinski 1997:10)

A esto hay que añadir en el caso vasco otro factor: parece que en los últimos tiempos no hay que fijar la identidad vasca, como ocurría antes, en una esencia fija: quizás, al menos en la Comunidad Autónoma Vasca el ser vasco ya no tiene tanta importancia, porque es bastante evidente. Y quizá por ello, en este momento es mucho más importante el esfuerzo que se hace por fortalecer las identidades locales. De este modo, por ejemplo, están surgiendo en algunos lugares danzas nuevas, normalmente con una base tradicional, a veces. profunda, a veces más ligera, pero de gran éxito en la mayor parte de los casos. En ese sentido pueden mencionarse, por ejemplo, las danzas de Sangüesa, así como las muy recientes danzas de la Virgen de Arrate, surgidas de la mano del propio Oier Araolazak y el grupo Kezka Dantzari-Taldea.

Entre estas nuevas, renovadas o recuperadas soka-dantzak, claro está, y en pos del merecido mayor protagonismo que se busca hoy en día del papel de la mujer, encontramos un buen número que son bailadas por chicas, como son las que se realizan en Lequeitio, Yurreta o Deusto. En general podemos decir, por tanto, que la soka-dantza disfruta en este momento de una excelente salud en Vasconia, y que cuenta hoy día allí con una verdadera relevancia social.