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SOCIEDAD DEPORTIVA EIBAR

Un único borrón en dos décadas.

Desde aquel ascenso, la SD Eibar se afianzó como club de Segunda. De hecho, en las últimas dos décadas sólo ha tenido un borrón, en la campaña 05/06, en la que descendió a Segunda B. Un lastre que se quitó enseguida, ya que al año próximo retornaría a la categoría de plata.

Durante estos últimos casi veinte años las bases del club armero han sido siempre las mismas. Aquellos que han ido pasando por el órgano rector de la entidad han tenido claro quiénes eran y dónde estaban. Es decir, han tomado una filosofía humilde por bandera y no han cometido locuras. Con un presupuesto casi siempre de lo más bajo de la categoría, ha logrado echar raíces en una Segunda División que ha ido fortaleciéndose con el paso del tiempo.

De esta manera, desde la temporada 90/91 hasta la actualidad, el Eibar se ha caracterizado por ser un club que afronta la competición con una mentalidad muy clara, la de marcarse como objetivo la permanencia. Y casi siempre le ha salido bien. Salvo en la anteriormente citada temporada 05/06.

En la 90/91, con Mikel Etxarri en el banquillo, el Eibar concluyó la Liga en décima posición, con 37 puntos, una trayectoria muy similar a la del año próximo, ya que fue duodécimo, con un punto menos en el casillero. No hubo problemas para lograr la salvación. Una situación diferente a la que se viviría en la 92/93. Con Josetxo Mendiluce como responsable técnico, el conjunto azulgrana alcanzó la décima jornada en la última posición de la clasificación. Lo que llevó a la directiva a cambiar de entrenador, tomando las riendas José Gallastegui desde la undécima jornada y hasta el final del campeonato. Los 32 puntos obtenidos fueron suficientes para seguir en Segunda, tras finalizar en decimosexta posición.

A lo largo de los siguientes cinco años la estabilidad predominó en la entidad guipuzcoana. José Mari Araquistain dirigió la nave azulgrana en la 93/94 y en la 94/95. Y el Eibar fue décimo y quinto, respectivamente, con 35 y 43 puntos en su casillero. En la 95/96 tomó el relevo Periko Alonso, que obtuvo también muy buenos resultados. En su primera toma de contacto con el banquillo azulgrana fue duodécimo, con 46 puntos. Después, sería quinto, con 66, en la 96/97, y décimo, con 57, en la 97/98.

El sufrimiento, no obstante, retornaría a Ipurua en la 98/99. El Eibar llegó a tener hasta tres entrenadores. Kike Ormaetxea inició la Liga, pero sólo duró hasta la jornada 16. José Gallastegui dirigió al equipo un partido, en el 'impasse' necesario hasta que la directiva contratara a Alfonso Barasoain, que sería quien concluyera la temporada. Al final, y después de una recta final espectacular cuando todo parecía perdido, el Eibar lograba la permanencia por un solo punto de ventaja. Terminó en la posición 18 con 47 puntos. Los filiales del Mallorca y el Barcelona, junto al Hércules y al Ourense fueron los que perdieron la categoría.

Fue entonces cuando se inició la era Blas Ziarreta. El vizcaíno ocupó el banquillo de Ipurua durante las tres campañas siguientes, y buena parte de una cuarta. En la 99/00 el equipo zanjó la Liga en un meritorio undécimo puesto, con 57 puntos. En la 00/01 fue 15º, con 50 puntos. Y en la 01/02, octavo, con 58. Los buenos resultados, sin embargo, no tuvieron continuidad en la 02/03, primera del mandato de Jaime Barriuso en la presidencia. Ziarreta fue destituido a falta de tan solo dos jornadas, cuando el Eibar ocupaba uno de los puestos de descenso. De la mano de Javi Pérez, uno de los secretarios técnicos del club, el equipo salvó la categoría por los pelos, obteniendo una renta de dos puntos sobre el descenso, que al final fue para el Logroñés, el Racing de Ferrol, el Oviedo y el Badajoz.

El regreso a la calma y a la tranquilidad sólo duró dos años. En la 03/04 José Mari Amorrortu situó al Eibar en la décima posición al término de la Liga, con 52 puntos. Y en la 04/05 José Luis Mendilibar y sus pupilos hicieron soñar a toda la provincia con un ascenso a Primera que hubiera sido histórico. La brillante campaña no pudo terminar en éxtasis y el conjunto armero fue cuarto, rozando la hazaña de plantarse en la Liga de las Estrellas.

Pero el pasado no sirve de nada en el fútbol. Y el Eibar se dio de bruces con la realidad al año siguiente, en la temporada 05/06. El proyecto se inició con Carlos Terrazas en el banquillo, que arrancó con aspiraciones muy altas después de la herencia dejada por Mendilibar, que firmó por el Athletic de Bilbao. El batacazo fue morrocotudo. Tras la jornada 18 el vizcaíno era destituido y en su lugar la directiva contrataba a Roberto Olabe, ex director deportivo de la Real Sociedad. El vitoriano tampoco pudo conseguir hacer reflotar la nave azulgrana. Sólo duró diez jornadas en el cargo. De nuevo, fue Javi Pérez el que terminó la Liga. En está ocasión, sin embargo, sin poder lograr el objetivo. El Eibar fue 22º con 35 puntos y descendió a Segunda B. Un golpe en toda regla.

Que se superaría, no obstante, enseguida, en la próxima campaña 06/07. Barriuso confió en Manix Mandiola, un eibarrés que ya había militado anteriormente en el club, y el Eibar ascendió después de ser campeón de su grupo, con 71 puntos, y superar al Hospitales y al Rayo Vallecano en las eliminatorias del play off. Mandiola se mantuvo en el banquillo al año próximo, en la que el conjunto azulgrana logró la permanencia con una gran solvencia. Fue 12º, con 52 puntos. Al término de la misma, el técnico optó por abandonar el banquillo del Eibar a pesar de tener una oferta de renovación encima de la mesa. Carlos Pouso, ex del Sestao River, sería su sustituto de cara a la temporada 08/09.

Eneko DE LA CUESTA OLAIZOLA (2008)