Concept

Rebelión del Estanco de la Sal

Había llegado el momento en que la idea de que había que hacer un escarmiento cobró definitiva entidad. Sin embargo, en Madrid se quiso preparar la represión de manera cuidadosa de forma que no diera ocasión a un nuevo levantamiento popular. Los preparativos se arrastraron hasta la primavera de 1634 y corrieron a cargo de Ciudad Real y Morales dotados ahora de directrices concretas. Aprovechando el enfriamiento de la opinión, ambos mandatarios constituyeron una milicia de notables bilbaínos bajo órdenes reales. En el transcurso de una redada masiva efectuada en la madrugada del 14 de mayo fueron capturados los cabecillas conocidos del movimiento, seis de los cuales fueron ejecutados sumariamente esa misma tarde, sin defensa posible y ante una población estupefacta, mientras el resto huía al País Vasco de Francia o a las lejanas montañas.

Personas ejecutadas en 1634: Licenciado Morga y Sarabia; Juan de la Puente y Urtusaustegui; Martín Ochoa de Ojarabide, secretario del Señorío; Juan de Larabaster, capitán; Juan Bizcaigana, herrador; Domingo Bizcaigana, hermano del anterior, herrador. Huyeron: Diego de Echarte; Martín de Arana; Armona, Clérigo.

Tres días después varias Reales Cédulas otorgaban un indulto general -exceptuando a los extranjeros y a 12 vizcaínos- y derogaban el estanco de la sal que, por otra parte ya había desaparecido, meses antes, en el resto de la península. Se restablecía, pues, de esta forma el orden pero también la legalidad foral.

Digamos finalmente que también la Diputación de Guipúzcoa se opuso al estanco llegándose al encarcelamiento de varios guipuzcoanos -el alcalde y vecinos de Arrasate entre otros- aunque no a la rebelión armada como en Vizcaya.