Concept

Rebelión del Estanco de la Sal

Tras la gran depresión que se inicia en 1586, la Corona española se halló en 1630 en serias dificultades financieras militares y sociales viéndose forzada a buscar ingresos extraordinarios mediante nuevos impuestos, venta de realengos y de títulos, etc.

Según Hamilton, la llegada de metales preciosos del Nuevo Mundo disminuía peligrosamente desde 1610-1620 y comenzaba a desarrollarse la inestabilidad monetaria, especialmente desde la importante devaluación de 1626. Para aumentar las desgracias de la monarquía, tras una humillante derrota, la flota española había sido atrapada por los holandeses en las cercanías de Cuba en 1628. Además, las necesidades fiscales se incrementaron rápidamente en Europa conforme las actividades militares de los Ausburgos crecían en la misma.

Las políticas centralistas de Olivares tendieron a unificar las provincias de la monarquía hispana obligándolas a contribuir más. Esto es importante de señalar ya que, pese a la unificación efectuada por los Reyes Católicos, diversas regiones mantuvieron una serie de importantes derechos y peculiaridades tanto en materias fiscales como institucionales. Tal era el caso de los reinos de Aragón, Portugal y Navarra y el de las Provincias vascongadas. De esta forma y, como ya se ha señalado, las directrices de Olivares tuvieron como objetivo salir al paso de determinadas leyes y derecho consuetudinario. Más aún, el conde-duque, pese a los riesgos que ello conllevaba, ejerció la máxima presión política y fiscal a fin de quebrar la resistencia de una periferia por lo general recalcitrante. Con el objeto de hacer esta política más atractiva, la Corona decidió en 1630 eliminar los millones, un impuesto indirecto sobre diversos productores de consumo vital tales como el vinagre, el aceite y la carne, tributo impugnado en el Señorío desde su establecimiento e intento de extensión al Señorío en 1601. El Gobierno ofreció reemplazar el tributo en cuestión por un sólo impuesto unitario sobre la sal. Pero, habiendo sido instaurado sobre todo el territorio del Estado, este hecho hizo que chocara con los Fueros y Libertades que prohibían la aceptación de tributos obligatorios y centralizados. Ello provocó un conflicto abierto entre las tierras forales, principalmente Vizcaya, y el poder central, conflicto con una acusada vertiente social desde el momento en que enfrentó a vizcaínos ricos y pobres, miembros de la oligarquía y clases medias o populares.