Territories

Navarra

Los condicionantes de carácter natural (relieve) y humanos (actividad económica) nos llevan a destacar, dentro de la variedad, tres modelos de poblamiento. El poblamiento disperso de caseríos, propio de los Valles Cantábricos y que guarda gran similitud con el modelo económico del País Vasco Atlántico. El poblamiento disperso de aldeas que se da en el resto de la Montaña y en la Navarra Media, en las proximidades de Pamplona y el poblamiento concentrado de las zonas meridionales de tipo eminentemente urbano y con emplazamientos en algunos casos bastante curiosos y claramente defensivos.

El territorio navarro puede dividirse, en relación con el origen de su poblamiento y estructuración social y desde la mayor sencillez a la mayor complejidad en los siguientes núcleos: lugares, burgos nuevos o villas, valles o cendeas y merindades.

  • Lugares antiguos

Es la unidad territorial colectiva mínima. Sus nombres indican, por lo general, alguna característica presente o pasada del terreno, ej. Mendigorria. En otros casos el nombre alude a una persona (antropónimo), ejemplo Obekuri (Obeco, uri), Morentín (Maurentinus), etc. Finalmente están los nombres que delatan una antigua explotación del tipo villae, -ej. Genevilla, Viloria- diferente de las villas medievales de creación real o eclesiástica. Las ciudades o poblaciones grandes parecen haber nacido en relación con las comunicaciones que facilitaron los grandes cursos de agua. A lo largo de las recopilaciones diplomáticas vemos que por los siglos IX, X y XI no existía casi más que un tipo de "villa", como entidad mayor, preexistente, similar a las que son conocidas en otras partes de la península o Europa, emparentadas con el sistema de explotación romano.

La mayor parte de los pueblos navarros de pequeño tamaño emplazados en los valles constituyó en principio, una explotación agrícola de este tipo. En la Navarra media parecen haber abundado las explotaciones familiares pequeñas; Ausonio dice que es muy pequeña, en su tierra natal bordelesa, una heredad de 250 hectáreas. Los términos de las aldeas navarras y alavesas rondan las 500 y las 1 .000 hectáreas. El monasterio o iglesia podía estar dentro del término de la "villa", pero también tener su entidad propia, y dar lugar a un poblado dotado de explotación agrícola, por ejemplo, Ezkaba. Entre las escrituras de Iratxe las hay ya del siglo XII, en que se ve que aún existían villas que eran propiedad personal. García Ramírez, por ej. dio al monasterio en 1135, la villa de Ugar entera. El suburbium parece una fracción, un barrio o barriada. La voz barrio se usó, por los siglos X y XI en las escrituras emilianenses y todavía en 1212 una escritura de Iratxe citará a "unam domun in Olessoa (Olejua), in barrio de Adarreta".

  • Los burgos-nuevos, las villas

El fomento de la población, la fijación de la población errante y la atracción de gentes diestras en el comercio y la artesanía va a dar lugar desde el siglo XI a la creación, por parte de la Monarquía navarra, de una serie de burgos nuevos planificados dentro de una nueva racionalidad chocante en muchos casos con la mentalidad tradicional. En 1032 don Sancho el Mayor otorga carta de población para atraer gentes que se radiquen en la nueva vecindad de Villanueva de Pampaneto, hoy San Prudencio, donando terrenos a los pobladores, señalándoles términos y haciéndolos ingenuos y libres. Solamente les impone la obligación de cavar dos días y segar otros dos en beneficio del monasterio de San Fructuoso, además de pagar al abad "medio concollo de ordio, et medio carapito de vino, et singulos panes" por cabeza anualmente y un camero entre todos. Y no sólo el Rey puede conceder cartas de población. En 1063 el obispo de Nájera da una carta de población a Longares y San Andrés. A cambio de los beneficios que se establecen, se estipulan también los servicios que deben prestar y las pechas que deben pagar. Otras veces, gentes fugitivas, demandan tierra para poblar como en el caso de la carta otorgada por la reina doña Estefanía en 1059 en favor de esas pobres gentes para que poblasen las sernas de San Julián de Sojuela reconociendo por señor al Abad del monasterio, a quien deberían pagar los diezmos y primicias respectivos.

He aquí un caso típico del nacimiento de un pueblo abadengo. Pero el fenómeno revolucionario va a ser la llegada de población extraña al Reino. Sancho Ramírez tomó la decisión de hacer una población de francos en el término de "Lizarrara", corrigiendo la idea de los monjes de San Juan, de construirla en Zarapuz. El texto fundacional data del año 1090 y es el más antiguo de este género en Navarra. Habría que ponerlo en relación con las fundaciones del mismo rey, en Jaca, a la entrada de una de las rutas jacobeas. Sancho Ramírez mismo, otorga privilegios a los francos de Sangüesa. Se distinguió como era habitual allí, el "burgo-nuevo" del viejo. En Pamplona los "francos" se asentaron también en las afueras de la ciudad vieja o navarrería. Obtienen el fuero de Jaca y un mercado. Surge así el "burgo" de San Saturnino y San Cernín y después, en el siglo XII, la "población de San Nicolás". Desde un principio, al dar Alfonso I el Batallador un privilegio a los francos asentados en Pamplona les concede que no pueble entre ellos "navarro", ni clérigo, soldado o infanzón y que el obispo elija a uno entre tres francos de los propuestos por los mismos, para alcalde. Se construye, pues, una ciudad, planificada, junto a otra preexistente, con sus propias murallas, puertas, etc. Tanto el "burgo" de San Cernín como el de San Nicolás, son centros comerciales o industriales; en una proporción mucho mayor que la castiza "Navarrería".

El aprovisionamiento de los peregrinos debió ser su ocupación principal. A fines de la Edad Media se les consideraba extraños de origen. El Príncipe de Viana aún recogió la especie de que los de San Cernín llegaron principalmente de Cahors. Más al suroeste hay otra población con "francos". Treinta y dos años más tarde, Alfonso el Batallador hace allí una población de nueva planta: Puente la Reina. Eran aquellos francos franceses en su mayoría; procedentes de distintas tierras, desde las nórdicas, como Normandía, a las pirenaicas u orientales (Toulouse o Provenza). Tienen un estatuto jurídico diferente y cultos de origen francés: San Martín, San Nicolás y las Vírgenes del Puy y de Rocamadour. La población "franca" se afincó también en Los Arcos en 1175. Luego, a lo largo de la ruta de los peregrinos en la Rioja y Castilla la Vieja (menos en León). El afán repoblador, que duró hasta entrado el siglo XIV, llevó a los Monarcas a otorgar cartas o fueros también a poblaciones ya existentes como San Sebastián, Olite o Vitoria.

Pero imaginemos por un momento el cuadro abigarrado de la población de Estella o de Tudela por ejemplo formada por moros, judíos, francos, y las clases de infanzones y labradores. Imposible en aquella época que un mismo Concejo rigiera a todos ellos dada la ideología medieval. Cada grupo racial o social formaba su propio concejo y asunto concluido. En cambio los lugares y pueblos montañeses, los que formaban la inmensa mayoría del Reino, se reunían en concejo abierto a todos los vecinos en el atrio de las iglesias. Todo ello tiene también su reflejo urbanístico ya que, como dice Caro, "frente a la planta abigarrada de las ciudades en que durante tiempo dominaron los árabes (Tudela), con sus calles tortuosas y sus callejones sin salida, las poblaciones nuevas son de una regularidad que asombra" (Puente la Reina). De esta forma, el "proceso de urbanización interrumpido al fin de la Edad Antigua, se reanuda con efectos múltiples".

  • Valles y cendeas

Es el valle la división administrativa intermedia cuyo nombre parece provenir en castellano del funcionario llamado baile recibiendo en euskara la denominación de ibar, aran. El sistema actual de valles corresponde a la antigua zona del saltus, es decir, prolonga la Vasconia norteña hasta las proximidades de Carcastillo y Murillo el Fruto por el este, Aguilar, Lazagurria, Espronceda por el oeste, pasando cerca o sobre Sesma, Lerín, Larraga, Mendigorria, Artajona, Tafalla y San Martín de Unx. Según Caro Baroja, "el valle cobra, sin duda, con la romanización, un nuevo significado ecológico", ya que "antes se vivía sobre montañas y laderas y los ríos servían, con frecuencia de límite". La explotación de los fondos valoriza al valle que luego es utilizado como unidad y circunscripción civil y eclesiástica. Un elemento equivalente al valle es la cendea, nombre que reciben las unidades administrativas cercanas a Pamplona. Almiradío y corriedo son variantes lingüísticas de parecidas unidades. Agrupaciones territoriales (valles, cendeas, comunidades semejantes).

AEZKOA. P. j. de Aoiz
AGUILAR. P. j. de Estella
AIBAR. P. J. de Aoiz
ALLIN. P. j. de Estella
AMESCOA ALTA. P. j. de Estella
AMESCOA BAJA. P. j. de Pamplona
ANSOAIN . P. j. de Pamplona
ANUÉ. P. j. de Pamplona
ARAIZ. P. j. de Pamplona
ARAKIL. P. j. de Pamplona
ARANGUREN. P. j. de Aoiz
ARRIASGOITI. P. j. de Aoiz
ARTZE. P. j. de Aoiz
ATEZ. P. j. de Pamplona
BASABURUA MAYOR. P. j. de Pamplona
BASABURUA MENOR. P. j. de Pamplona
BAZTAN. P. j. de Pamplona
BERTIZARANA. P. j. de Pamplona
BERRUEZA. P. j. de Estella
BORTZIRIAK (CINCO VILLAS
DE LA MONTAÑA). P. j. de Pamplona
BURUNDA. P. j. de Pamplona
ETXAURI. P. j. de Pamplona
EGA. P. j. de Estella
EGÜES. P. j. de Aoiz
ELORZ. P. j. de Aoiz
ERGOIEN. P. j. de Pamplona
ERRO-ERROIBAR.P. j. de Aoiz
ESTERIBAR. P. j. de Aoiz
EZKABARTE. P. j. de Pamplona
GALAR. P. j. de Pamplona
GOÑI. P. j. de Estella
GUESALAZ. P. j. de Estella

GULINA. P. j. de Pamplona
IBARGOITI. P. j. de Aoiz
ILZARBE. P. j. de Pamplona
IMOTZ. P. j. de Pamplona
IZA. P. j. de Pamplona
IZAGAONDOA. P. j. de Aoiz
JUSLAPEÑA. P. j. de Pamplona
LANA. P. j. de Estella.
LARRAUN P. j. de Pamplona.
LIEDENA. P. j. de Aoiz.
LIZOAIN. P. j. de Aoiz
LONGUIDA. P. j. de Aoiz
MAÑERU. P. j. de Estella
NABASCUÉS. P. j. de Aoiz
ODIETA. P. j. de Pamplona.
OLAIBAR. P. j. de Pamplona.
OLZA. P. j. de Pamplona.
OLLO. P. j. de Pamplona
ORBA. P. j. de Tafalla
ROMANZADO. P. j. de Aoiz
RONKAL. P. j. de Aoiz.
SALAZAR. P. j. de Aoiz
SAN ESTEBAN DE LA SOLANA. P. j. de Estella.
SAN ESTEBAN DE LERIN-MALERREKA. P. j. de Pamplona
ULTZAMA. P. j. de Pamplona.
UNZITI. P. j. de Aoiz.
URRAUL ALTO. P. j. de Aoiz.
YERRI. P. j. de Estella
ZIZUR. P. j. de Pamplona

Estos nombres están documentados desde épocas muy remotas. A la segunda mitad del siglo XII corresponden una serie de fueros que vienen a demostrar que en aquella época los valles de gran parte de la zona norte, se hallaban constituidos de modo parecido a como lo están en el XIV. Así, Sancho el Sabio concedió fueros a los habitantes del valle de Malerreka o San Esteban de Lerín en 1192, así como a los de los valles de Gulina, Odieta, Larraun, Basaburua Mayor y Menor. Más tarde, en 1193, a los valles de Imotz y Atez. Concesiones similares son las de 1196 a los pueblos de Zurindain, Muzkiz, Orendain y Artazu, que se constituyen como valle. Más moderno es el fuero de los moradores del valle de Ultzama de 1211, y aún más reciente el del Val de Erro (1248). Llegando al siglo XIV comprobamos que la composición de Navarra es muy parecida a la actual.

  • Merindades

Son circunscripciones político-administrativas muy antiguas creadas en torno a una capital y en función de intereses de todo tipo: economía, organización del trabajo, control del territorio (militar, fiscal). En el año 1294 y a efectos administrativos y fiscales la división del Reino era la siguiente: Ribera (Merindad, bailía y justicia), Olite (prebostazgo), Sangüesa (Medindad, almirantío de Saraiz y Ronkal, bailío de Sangüesa), Montañas (merindad y bailía), Puente la Reina (tenencia), Estella (merindad, bailía, pre bostazgo), Roncesvalles (bailía), San Juan de Pie de Puerto (castellanía y bailío de San Juan). Las dos merindades más antiguas son la de Pamplona y la de Tudela, les siguen las de Estella y Sangüesa, más modernas, la de Ultrapuertos o Sexta Merindad creada como área administrativa de la castellanía de Donibane Garazi (San Juan de Pie de Puerto), y la más reciente de Olite (1407). Tuvieron uno o varios merinos -salvo San Juan que tenía castellano y Pamplona que se eximió- cuyo cometido era hacer cumplir las medidas dictaminadas por la Monarquía en el territorio a él encomendado. El papel desempeñado por esta división del solar fue muy importante y su acción, pese a la redistribución moderna en partidos judiciales, sigue estando aún en efecto de hecho salvo para la de Olite cuya capitalidad se ha desplazado a Tafalla, desde aproximadamente el siglo XVIII. La merindad se dividía a su vez en partidos y éstos en valles, cendeas, etc.

La población navarra en conjunto es una población eminentemente urbana, aunque la mayor parte de los municipios son de tipo rural. De los 265 municipios en que se divide el territorio, el 87,54 % tienen población inferior a 2.000 habitantes. Desde el inicio de siglo y hasta los años ochenta de modo paralelo al desarrollo poblacional, los municipios rurales han visto descender el volumen de sus efectivos. Si durante los treinta primeros años de siglo este despoblamiento no fue excesivamente acusado no se puede decir lo mismo a partir de 1960, cuando se dio el desarrollo poblacional más importante y paralelo a la progresiva industrialización del territorio. En 1900 la población navarra se encuentra censada en el 54,47 % del total en los 232 municipios de menos de 2.000 habitantes, mientras que hay 32 que censan potenciales humanos comprendidos entre 2.000 y 10.000 habitantes y tan sólo 1, la capital, supera esta barrera. Pamplona en 1900 suponía el 9,38 % del total. Treinta años después la situación presenta algunos cambios, quizás el más significativo sea la aparición de otro municipio que supere las 10.000 personas. Tudela y Pamplona acogen al 15,47 % del total de los navarros que en su mayoría siguen asentados en municipios rurales. En efecto, según el Censo de 1930 hay 222 municipios que representan el 83,7 % del total pero que ya no acogen al 50 % de la población. El conjunto navarro tiene a pesar de su crecimiento tan reducido un valor superior al de los núcleos rurales que se encuentran en claro retroceso.

Los núcleos que superan los 2.000 habitantes pero no llegan a los 10.000 son 41 y aumentan su población de modo reducido. Esta situación regresiva de la población rural se mantiene con el paso del tiempo y en 1960, punto de arranque del período más desarrollista de la demografía navarra sólo el 33,74 % de los navarros está censado en municipios de menos de 2.000 habitantes. Estos que se cifran en 218 pierden su primacía en beneficio de los 45 municipios intermedios que representan al 37,82 % del total de la población. Asimismo Tudela y Pamplona prácticamente duplican el volumen de sus efectivos con respecto a 1930. Pero, a partir de 1960 se observan los cambios más significativos. En 1986 más del 50 % de la población está asentada en núcleos urbanos que ya contabilizan un total de siete. Los navarros asentados en núcleos intermedios se mantienen en términos similares a 1960 en valores absolutos, aunque lógicamente su significación porcentual disminuya, mientras los asentamientos rurales por vez primera en el siglo no acogen a 100.000 habitantes y su representatividad es inferior al 20 %. A través de lo expuesto se puede finalizar señalando que la población en 1900 era eminentemente rural (más del 50 %) y que el protagonismo de los asentamientos de menos de 2.000 habitantes dejó paso en 1960 al de los núcleos intermedios, que a su vez lo cedió al de los urbanos en 1986, que ya acogen a más del 50 % del total de los navarros.

Municipios constituidos durante el siglo XX

  • BURLADA fue segragado de EGÜES en 1970.
  • CASTEJON fue segragado de CORELLA en 1927.
  • LEZAUN fue segragado de YERRI en 1951.
  • BARAÑAIN fue segragado de CIZUR en 1970.

Alteraciones de municipios

  • ETXABAKOIZ, Concejo de la Cendea de Cizur, pasa en 1953 a formar parte del Municipio de Pamplona.
  • MURUARTE DE RETA queda segregado de Elorz en 1943, para formar parte con Tiebas el municipio que pasa a denominarse Tiebas-Muruarte de Reta.
  • Tipos de Municipios

En Navarra se consideran dos tipos de municipios: Municipios simples y Municipios compuestos. Los Municipios simples son los que ejercen su jurisdicción en todo su territorio, es decir, no tienen otras entidades jurídicas insertas, que provoquen división de competencias y recursos. Geográficamente están situados en la zona de la Ribera y su evolución a través del tiempo se ha orientado a la formación de pueblos grandes (villas) que en la actualidad en un solo núcleo de población agrupan potenciales humanos superiores a los 2.000 habitantes. Municipios compuestos son aquellos que cobijan en su jurisdicción entidades locales con personalidad propia, medios y recursos y que provocan, en consecuencia, división de competencias. Se trata de aquellos a los que se les conoce con el apelativo de Valles, Distritos o Cendeas, que tienen en su jurisdicción concejos, con muchas peculiaridades. Bajo la denominación general de Concejos se engloban los pueblos y lugares pertenecientes a un término municipal (Valle, Distrito o Cendea), con territorio, jurisdicción y bienes propios y los que sin poseerlos, tengan reconocida administración independiente de la del Municipio al que se hallan agregados.

Los Valles administrativos coinciden generalmente con los geográficos: en algunos casos han permanecido hasta nuestros días, en otros se han producido fusiones. Los Distritos parecen hacer referencia a municipios compuestos más modernos que los Valles y Cendeas. Figura tal apelativo en diez municipios: Aberin, Etayo, Gallúes, Guirguillano, Iguzkiza, Jabier, Leoz, Metauten, Murillo el Cuende y Olóriz. Las Cendeas parece que no tienen su origen en motivos geográficos y en la actualidad tan solo existen cinco en tomo a Pamplona: Ansoain, Zizur, Galar, Iza y Olza. Los Municipios compuestos son más frecuentes en la Zona Media y Norte de Navarra. Dentro de éstos destaca por su fisonomía especial y características diferenciadas el de Baztán formado por quince entidades -lugares- que no constituyen organismos administrativos, independientes o concejos en el sentido tradicional y que en conjunto forman el Ayuntamiento y Universidad del Valle de Baztán.

Si los Valles son propios de la Zona Norte en otras areas geográficas de Navarra es frecuente hablar de los Municipios de La Ribera, de la Solana, de la Cuenca de Pamplona, etc. Estos municipios bien sean simples o compuestos se agrupan según su volumen de población en tres grupos o categorías: Rurales. Son aquellos que tienen menos de 2.000 habitantes. Suponen el 80 % del total de Navarra. Intermedios. Tienen una población comprendida entre 2.000 y 10.000 habitantes. Son 44 y representan el 16,5 % del total; sin embargo, la mitad de estos no alcanzan los 3.000 habs. Urbanos. Se clasifican en esta categoría a aquellos que superan los 10.000 habitantes. En Navarra son claramente minoritarios, siete; a saber: Pamplona, Tudela, Tafalla, Estella, Ansoáin, Burlada y Barañain. De estos municipios que agrupan al 53 % del total de los navarros, tan sólo Tudela, Tafalla y Estella están situados fuera de la Comarca de Pamplona.

  • Régimen jurídico

Célula político-administrativa básica, su régimen estuvo sometido a fueros particulares hasta 1841 aunque las Cortes de Navarra establecieron el régimen general de veintenas, quincenas y oncenas en 1794. El Reglamento de 1828, que mantiene este sistema, ha estado vigente hasta nuestros días. Según el Amejoramiento de 1982, los municipios de Navarra gozarán, como mínimo, de la autonomía que, con carácter general, se reconozca a los demás municipios debiendo la Diputación Foral, sin perjuicio de la jurisdicción de los Tribunales de Justicia, ejercer el control de legalidad y del interés general de sus actuaciones de acuerdo con una Ley foral. Las facultades de la comunidad navarra en materia de administración local derivan de la ley de 1841 y del decreto-ley de 1925 pudiendo ser acrecentada con aquéllas que sean compatibles con éstos. La información sobre las cuentas y la gestión económica correrá a cargo de la Cámara de Comptos. Los ayuntamientos que representen un tercio del n.° de municipios de la merindad y un 50 % de la población de derecho de la misma podrán ejercer la iniciativa legislativa.

  • Mancomunidades

Junta General del Valle de Aezkoa, Junta General del Valle del Baztán, Junta General del Valle de Ronkal, Junta General del Valle de Salazar, Junta General de las Bardenas Reales de Navarra, Federación navarra de municipios y Concejos, Mancomunidad de Abastecimiento de aguas y depuración de las residuales de la Comarca de Pamplona, Mancomunidad de Aguas de Montejurra. Mancomunidad de Aguas de Valdizarbe.

El anárquico proceso urbano-industrial del País Vasco no ha tenido en Navarra una incidencia negativa como en los territorios de la Comunidad Autónoma Vasca. Pamplona está al frente de una red urbana más equilibrada y armónica que la de las provincias vecinas. El factor fundamental en el proceso de urbanización navarro ha sido el despegue industrial iniciado en los años cincuenta. A partir del Programa de Promoción Industrial (1964) se crean una serie de polígonos industriales -Pamplona, Bera, Santesteban-Doneztebe, Etxarri-Aranatz, Altsasu-Olaz-Urdiain, Atallo-Betelu, Marcilla, Lodosa, Tafalla y Tudela- que contribuirán de manera importante a la formación de una red urbana que servirá de descongestión de áreas de Guipúzcoa y del Gran Bilbao. El desarrollo de las vías de comunicación (Irurtzun-Pamplona, Logroño-Tudela ...) contribuyen al desarrollo de la red urbana y a la integración de la misma en el sistema urbano vasco.

De esta forma, la red urbana navarra se integra en lo que se ha venido a llamar "sistema urbano vasco-periférico" del que forman parte Vizcaya, Guipúzcoa, Santander, Burgos y Logroño, o "sistema urbano vasco subinterior" en la que se integran también Alava, Baja Navarra y Zuberoa. Según el estudio realizado por A. Precedo "la red urbana de Navarra", sólo la Ribera Tudelana, la Navarra Media Oriental, la Navarra Media Occidental y la Montaña tienen, desde el punto de vista de la estructura de la red urbana, un dispositivo urbano espacial adecuado para organizar espacios funcionales. El resto de las áreas son espacios disfuncionales, lo que plantea la necesidad de una mejor y racional organización del espacio navarro. La jerarquía de los núcleos de la red urbana está en relación con las funciones terciarias que posee. Pamplona es el principal centro de atracción de la red urbana donde el crecimiento demográfico, industrial y la diversificación funcional en los últimos treinta y cinco años ha dado lugar a la formación de un Area Metropolitana que coincidirá con la denominada Comarca de Pamplona. El equilibrio jerárquico de la red urbana característico de los años cincuenta se verá gravemente afectado debido a una desigualdad espacial manifestada en el aumento de la primacía del Area Metropolitana de Pamplona, en el estancamiento y descenso de los núcleos medios de población y en la permanencia de núcleos pequeños que pierden progresivamente su población.

Analizando la jerarquía de la red urbana de Navarra se presenta, en un primer nivel, además de Pamplona los núcleos de Villava, Huarte, Burlada, Barañaín, Beriain, Berriozar-Ansoain, Arre-Orikain, Noain, Aranguren, Olza, Galar, Elorz, Egües y Zizur. En segundo lugar estarían las localidades de Tudela, Estella, Tafalla y Altsasu, denominadas por Precedo "centros de equilibrio". Y, finalmente, un tercer grupo en torno a San Adrián, Corella, Sangüesa, Elizondo, Lodosa, Cintruénigo, Peralta y Santesteban, denominados "centros intermedios". De acuerdo al grado de integración y jerarquización de esta red urbana, el mismo autor, agrupa el resto de municipios navarros en las categorías de "centros intermedios de transición activa" (Marcilla, Lesaka, Irurtzun, Aoiz, Carcastillo, Viana, etc.); "centros intermedios de transición pasiva" (Olite, Fitero, Cortes, Bera, Caparroso, Castejón, Arguedas, Falces, Cascante, Artajona, etc.); "lugares centrales activos" (Lekunberri, Lakuntza, Ronkal, Otxagabia, Aurizberri, Auritz, etc.); y la "red de base", a la que pertenecen el resto de los municipios no incluidos en las categorías anteriores. En un futuro, si se consigue vitalizar lo que se ha llamado "centros de equilibrio" y "centros intermedios", se podría conseguir, pese a la importancia del Area Metropolitana de Pamplona, una red urbana bastante equilibrada que serviría para una correcta organización de todo el territorio navarro.