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MAQUIS

Intento de implantación del maquis en Euskadi. Sin embargo, desde el punto de vista del tema que nos ocupa, hay que resaltar, ya en tercer lugar, la creación de un destacamento guerrillero en Euskadi, y en concreto en Vizcaya, con vistas a su consolidación y posible extensión a otras zonas del País. Habría que incluir aquí también la actuación guerrillera en algunos puntos aislados del País, no ligada a este proyecto, sobre la que existe muy poca información de manera que las referencias a ella deben ser tomadas con ciertas precauciones, por lo menos mientras no se pueda acceder a los Archivos de la Guardia Civil y del Ejército en lo tocante a este período. En diciembre de 1944, poco después del fallido intento del grupo Barroso-Usabiaga, penetra en el interior, a través de Gerona, Victorio Vicuña a quien ya se ha hecho referencia al hablar de las penetraciones guerrilleras de octubre del 44. Poco después llega a Bilbao donde se instala y establece sus contactos con los grupos guerrilleros de Santander, Asturias y Galicia. Su misión, en un principio, es la de recibir a los grupos guerrilleros que siguen penetrando a través de la frontera vasca, encaminándoles hacia las zonas guerrilleras mencionadas, al mismo tiempo que va estudiando la posibilidad de crear un destacamento guerrillero que actúe en el País Vasco. Después de una breve estancia durante la primavera y verano de 1945 en la guerrilla de los Picos de Europa, vuelve a Bilbao desde donde mantiene estrechos contactos con la «Brigada Malumbres» destacamento guerrillero que actúa en un principio en la provincia de Santander en la parte lindante con Vizcaya. Su jefe es Mateo Obra, originario de Guadalajara, experto guerrillero que ha actuado en el «maquis» francés y que ha penetrado en el interior algún tiempo antes, en la época de la operación del valle de Arán. En 1946, contando con él y con otros componentes de la brigada, como Saturnino López; Carvallo, de Somorrostro; el bilbaíno Miñón y otros, Vicuña organiza un grupo guerrillero en Vizcaya. Establece su base de operaciones en una mina abandonada llamada «El Sauco», en Uragalla, encima de Galdames. Cerca de Bilbao, en Basurto, el grupo guerrillero tiene otro punto de apoyo en una cueva situada en un lugar donde en tiempo había estado un «txakolí» conocido con el nombre de «El Rancho». Desde allí a la zona minera se extiende el territorio de actuación de la guerrilla. El destacamento mantiene una gran actividad desarrollando todo tipo de acciones: se hacen pintadas en las tapias de los campos de fútbol y de las fábricas, se colocan banderas republicanas, se recuperan explosivos y se reorganizan las juventudes y el partido. En su primera acción armada queman los vagones cargados de mineral en la estación de Carranza. También realizan golpes para la recuperación de armas y abastecimiento de dinero. Con la intención de comprarse una «Minerva» para imprimir la propaganda, realizan un golpe económico arrebatando la bolsa al pagador de una fábrica en la zona de Lujua, cerca de Erandio. La Guardia Civil alertada les sigue de cerca y en un enfrentamiento mata a uno de los guerrilleros, Carvallo, y hiere gravemente en las piernas a Mateo Obra que es hecho prisionero. Saturnino López y Miñón logran escapara refugiándose en la mina de Uragalla. Allí acude poco después Vicuña quien, dejando a Miñón en la base, baja a Somorrostro con Saturnino López con la intención de alertar al partido y ponerle al corriente de lo sucedido. Cuando ambos se encuentran en la casa de Trigueros, militante comunista, irrumpe en ella la Policía. López y Vicuña responden disparando sus ametralladoras y logran huir. Marchan a refugiarse a la base guerrillera y Vicuña vuelve de nuevo a Bilbao para tomar contacto con el partido, lo que no ha podido hacer antes debido a la intervención policíaca. En el intervalo, Saturnino López y Miñón bajan también a Bilbao con el fin de llevar a cabo una acción contra un policía que conocen, pero son reconocidos en la parte vieja bilbaína y detenidos. Miñón muere por un derrame cerebral producido por las torturas a las que es sometido. Saturnino López y Mateo Obra, condenados a muerte, serán ejecutados en Bilbao en 1949. Victorio Vicuña, condenado a ocho penas de muerte, logra huir. Así termina el intento más serio de implantación guerrillera en el País Vasco, llevado a cabo en la postguerra. Hubo también cierta actividad guerrillera, aunque difícil de determinar debido a lo escueto o contradictorio de las fuentes, en torno a la zona de la sierra de Aralar. Allí permaneció durante algún tiempo una guerrilla al mando de «Elustondo» dispersándose algunos de los grupos que la componían por diferentes zonas del País Vasco, Guipúzcoa en particular. Las partidas más conocidas en esta provincia fueron las de «Ferrán», «Juan Lanas» y la del llamado «Rubio de Aranaz». Sabemos que en julio de 1945, según señala Aguado Sánchez, «la partida de «Ferrán», descolgada de otra más numerosa, localizada en el monte Aralar tiene un tiroteo con la Guardia Civil. Se le hacen dos bajas. Posteriormente se detienen dos más, con lo que queda casi aniquilada». Este mismo autor señala a «Juan Lanas» actuando, en septiembre de 1945 en Vizcaya, donde realiza un atraco a una Caja de Ahorros. En cuanto al «Rubio de Aranaz» las fuentes policiacas indican que fue muerto por la Guardia Civil en un caserío de Oyarzun en 1951, cuando parece ser intentaba pasar a Francia. Pons Prades, por su parte, cita el testimonio de un antiguo guerrillero vasco -«Bakunin»- quien refiere que a finales de octubre de 1944 cruzó la frontera un batallón de 300 hombres, en seis grupos de 50, por el puerto de Otsondo y Vera de Bidasoa, con dirección a la sierra de Aralar adonde llegaron unos 100 hombres después de haber sido dispersados por la Guardia Civil. Según este testimonio había ya allí un fuerte destacamento de 100 hombres al mando de «Elustondo». Pons Prades, siguiendo a «Bakunin», escribe que en el período de 1946-51 tuvieron en el Aralar sus bases las tres partidas ya citadas de «Juan Lanas», «Ferrán» y «el Rubio de Aranaz» y que guerrilleros provenientes del Aralar «se integraron en el invierno de 1946-47 en la partida que mandaba «el Marinero» que era de Fuenterrabía». Difícil resulta sacar conclusiones seguras respecto a estas guerrillas con base en el Aralar, utilizando únicamente los datos citados. Aunque coinciden los testimonios en algunos aspectos -en concreto Aguado Sánchez y Pons Prades- resulta dudoso que tal cantidad de hombres armados no hayan dejado más huella en las fuentes documentales aunque bien es sabido que éstas son escasas para este período. Algunos responsables de la guerrilla de la época -en concreto Victorio Vicuña «Julio Oria» -ponen en duda la existencia de estos destacamentos no negando que pudiera tratarse de grupos muy reducidos o de individuos aislados al estilo de los «huidos», pero de ninguna manera de destacamentos guerrilleros organizados como tales. El recuerdo del «maquis» se mantuvo vivo en la memoria de los antifranquistas durante mucho tiempo y algunos llegaron incluso a tomarlo como modelo de actuación. Así, en 1963, se intentará crear un «foco» guerrillero en la zona navarra, tentativa organizada por el famoso Valentín González «El Campesino»: una docena de guerrilleros, que se presentan como combatientes de la III República a las órdenes de «El Campesino», divididos en dos grupos, penetran -uno de ellos por Larrau y el otro por Mendive- en territorio navarro, intentando, el 8 de agosto, realizar un sabotaje en la central eléctrica de Orbaiceta. En un enfrentamiento con la Guardia Civil matan a un número y hieren a otro, resultando igualmente heridos dos guerrilleros. Perseguidos éstos, se retiran hacia el lado francés por el bosque de Iraty, siendo la mayor parte de ellos detenidos entre Saint-Jean-Pied-de-Port y Larrau por fuerzas de la Gendarmería y la Garde Mobile de las compañías de Mauleon y Oloron, apoyadas por un helicóptero. Es, sin duda, el último intento de relanzar el «maquis» llevado a cabo en la época franquista.