Lexicon

MAQUIS

El País Vasco como zona de paso e «invernadero». En segundo lugar hay que referirse a la zona guipuzcoana como zona de paso: lugar de penetración hacia el interior o, al revés, de vuelta hacia Francia. Como escribe Aguado Sánchez: «Otra zona de paso muy importante para enlazar la frontera francesa con Santander, Asturias y Galicia-León, fue el País Vasco. Guipúzcoa era la puerta de penetración, siendo tanto Alava como Vizcaya, las de acceso». Aquí habría que incluir también al País Vasco como zona de descanso o de espera, o -como señala Pons Prades- auténtico «invernadero» de la guerrilla de otras zonas. No hay que olvidar, sin embargo, que Navarra sigue utilizándose como zona de penetración a pesar de la extremada vigilancia que se ejerce sobre la frontera. A partir de octubre de 1944 se trata de poner en práctica el nuevo cambio de táctica basado ahora en la penetración de pequeños grupos guerrilleros de 4-5 personas. De esta manera, ya en noviembre del 44 se organizan dos comandos guerrilleros con el fin de penetrar hacia el interior, probar las zonas de paso y organizar un mínimo de infraestructura de cara a la continuidad de estas actividades, aunque se tenga como finalidad última la incorporación a las zonas de actividad guerrillera y, en concreto, Santander y los Picos de Europa. Así pues, en noviembre del 44 pasa desde Hendaya, desembarcando en la playa de los Frailes de Fuenterrabía, el primer comando formado por Regino González Moro, José Gandía, el irunés Marcelo Usabiaga y el bilbaíno Javier Lapeira Martínez, al mando de Pedro Barroso Segovia. Este marcha a Bilbao donde es detenido, al igual que el resto del grupo en San Sebastián. El segundo comando formado por José González Suárez, Esteban Huerga Guerrero, Nicolás Chopitea Paradizabal, Víctor Lecumberri Arana, Manuel Micó Bertomeu y Victoria Castán Del Val, que han utilizado el mismo camino para el paso, terminan igualmente detenidos. Este primer intento resulta fallido pero no por eso se abandonan las penetraciones. Al mismo tiempo, los pasos navarros siguen utilizándose. Los ejemplos son muy numerosos y sería imposible citarlos todos. Los guerrilleros que se dirigen hacia Santander, Asturias o Galicia, así como hacia Levante, siguen utilizando estos pasos. Mencionemos, a título de ejemplo, uno de los casos más conocidos y desafortunados, el realizado el 25 de febrero de 1946 por un grupo de 40 guerrilleros al mando del gijonés Gabriel Pérez Díaz, antiguo combatiente del ejército republicano y de la resistencia francesa. Con abundante armamento penetran por Banca, pasan por Valcarlos, siguen por Roncesvalles y Burguete, llegando a Tajonar y Noain. Aquí, disfrazados de guardias civiles, detienen dos camiones cargados de pescado procedentes de Pasajes y, montados en ellos, el grupo atraviesa Logroño y Pancorbo, llegando a Soncillo donde los abandonan faltos de gasolina. Al pie del puerto de El Escudo, el grupo se fracciona y perseguido de cerca por la Guardia Civil de Santander y Burgos sólo un guerrillero logrará salvarse y llegar a los Picos de Europa. El resumen de la operación es de 33 detenidos, cinco muertos y un herido. Por otro lado, los enlaces guerrilleros que deben acudir a Francia con cierta regularidad para informar y recibir instrucciones del partido, utilizan a veces los pasos navarros. Uno de los más famosos, Doroteo Ibáñez Alconchel, conocido como el «Maño» e «Ibáñez», jefe de enlaces con Francia de la Agrupación Guerrillera de Levante, declara al ser detenido que «la principal y casi normal ruta seguida en las entradas y salidas, han sido la frontera navarra-pirenaica, concretamente por el portillo de Arrako-Goiti, dejando a la izquierda los montes de Lakora y Belhai, siguiendo por el límite de Navarra y Huesca hasta Garde y Berdún, continuando por la sierra de Santo Domingo...». Otras veces, las provincias vascas se utilizan, según ya se ha dicho, como «invernaderos» de las guerrillas, cuando los guerrilleros deciden, por diversas razones, ausentarse de su zona de origen o actuación. Las guerrillas leonesas tuvieron, según señala Pons Prades, a Bilbao, Oviedo y Santander como «invernaderos» urbanos. El testimonio de un antiguo guerrillero palentino, «Brosio» (Ambrosio Ortega Alonso), hermano del fundador de la guerrilla en la zona del norte de Palencia, Mariano Ortega Alonso «El Chaval», confirma esta afirmación: «Cuando nos detuvieron a mi hermano y a mí, en un piso franco de Bilbao, era la tercera vez que pasábamos el invierno en el País Vasco. Antes lo hacíamos en Barruelo o en otros pueblos de los alrededores. Pero en 1947, además de invernar, fuimos a Bilbao por otras razones que atañían a la guerrilla de la sierra de Híjar». Como Zona de retirada, buscando el paso a Francia, el País Vasco es utilizado también por los guerrilleros procedentes de otras zonas. Así, sabemos que en 1945 cuatro guerrilleros del destacamento astur-leonés de «Calixto» son detenidos en Bilbao cuando tratan de enrolarse en un carguero para huir al extranjero. En 1947, los restos de la guerrilla santanderina conocida como «Brigada Cristino» y también como partida de «El Gitano» (Martín Santos Marcos) se trasladan a San Sebastián con la intención de huir a Francia pero son descubiertos por la Guardia Civil que acaba con ellos después de organizar el asalto al piso donde se han refugiado. Este mismo año los restos de la «Brigada Malumbres», de Santander, logran escapar a Francia pasando también por San Sebastián y Navarra. Los ejemplos podrían multiplicarse.