Revolución cultural europea surgida del pensamiento humanista a mediados del s. XV (Quattrocento italiano) caracterizada por la exhumación y el cultivo de la cultura clásica en contraposición a la medieval de raigambre bárbara (la "densa noche gótica" de Rabelais) que no volvería a ser bien considerada hasta el s. XIX. Dura hasta mediados del siglo siguiente (Concilio de Trento y Contrarreforma barroca). El despeje del Mediterráneo como consecuencia de las Cruzadas, la caída de Constantinopla y la emigración de sus sabios a Italia, el descubrimiento y difusión de la imprenta, los descubrimientos ultramarinos y espacio-temporales, el triunfo de las monarquías absolutas con el consiguiente retroceso del poder feudal y eclesial, el florecimiento del comercio y de las ciudades van a posibilitar esta revolución que marca el fin del Medievo y el inicio de la que se ha denominado Edad Moderna.
Euskal Herria y el Renacimiento.
El advenimiento del Renacimiento greco-latino tiene lugar cuando Euskal Herria se halla dividida en tres unidades político-administrativas: el reino independiente de Navarra, la recientemente incorporada a la Corona de Francia Euskal Herria continental y las Provincias Vascongadas vinculadas a la Corona de Castilla. Durante estos cien años Navarra, cuna del humanista Príncipe de Viana, ingresa también definitivamente en esta última, llamada, por otra parte, a adquirir la hegemonía de Europa, de los océanos y del Nuevo Mundo. Las consecuencias de este entroncamiento con el nuevo poder van a ser trascendentales y darán lugar a la emergencia de una nueva sociedad vasca del seno de una sociedad banderiza ensimismada y guerrera (ver NOBLEZA). Esta nueva sociedad será la que, enriquecida y particularmente bien situada en la burocracia de los Absburgos, constituya el sistema foral tal como se lo llegó a conocer en el apogeo del mismo. Su ideología será el vasco-cantabrismo (Ver VASCO-CANTABRISMO), poderoso instrumento antinobiliario de control del poder local, y de mantenimiento de éste en sus manos frente a la creciente importancia del Estado. La llegada del Renacimiento fortalecerá a éste (Monarquía absoluta) sin menguar apenas el nuevo poder foral. Su impacto se dejará sentir sobre todo en el terreno artístico aunque también en el impulso típicamente renacentista a las lenguas vernáculas, en este caso el euskara, que puede decirse que nace a la vida literaria (ver LITERATURA), y al conocimiento directo de las Sagradas Escrituras (ver PROTESTANTISMO. Como contrapunto a todas estas novedades hay que citar aquí el resurgir simultáneo de las creencias paganas precristianas que, avivadas por la moderna demonología, darán lugar al fenómeno brujeril, a su represión sangrienta y a una segunda recristianización de Euskal Herria (ver BRUJERIA).
Euskal Herria y el Renacimiento.
El advenimiento del Renacimiento greco-latino tiene lugar cuando Euskal Herria se halla dividida en tres unidades político-administrativas: el reino independiente de Navarra, la recientemente incorporada a la Corona de Francia Euskal Herria continental y las Provincias Vascongadas vinculadas a la Corona de Castilla. Durante estos cien años Navarra, cuna del humanista Príncipe de Viana, ingresa también definitivamente en esta última, llamada, por otra parte, a adquirir la hegemonía de Europa, de los océanos y del Nuevo Mundo. Las consecuencias de este entroncamiento con el nuevo poder van a ser trascendentales y darán lugar a la emergencia de una nueva sociedad vasca del seno de una sociedad banderiza ensimismada y guerrera (ver NOBLEZA). Esta nueva sociedad será la que, enriquecida y particularmente bien situada en la burocracia de los Absburgos, constituya el sistema foral tal como se lo llegó a conocer en el apogeo del mismo. Su ideología será el vasco-cantabrismo (Ver VASCO-CANTABRISMO), poderoso instrumento antinobiliario de control del poder local, y de mantenimiento de éste en sus manos frente a la creciente importancia del Estado. La llegada del Renacimiento fortalecerá a éste (Monarquía absoluta) sin menguar apenas el nuevo poder foral. Su impacto se dejará sentir sobre todo en el terreno artístico aunque también en el impulso típicamente renacentista a las lenguas vernáculas, en este caso el euskara, que puede decirse que nace a la vida literaria (ver LITERATURA), y al conocimiento directo de las Sagradas Escrituras (ver PROTESTANTISMO. Como contrapunto a todas estas novedades hay que citar aquí el resurgir simultáneo de las creencias paganas precristianas que, avivadas por la moderna demonología, darán lugar al fenómeno brujeril, a su represión sangrienta y a una segunda recristianización de Euskal Herria (ver BRUJERIA).