Coincidiendo con la creación del Centro de Atracción y Turismo del Ayuntamiento de San Sebastián, el año 1927, se nombró un comité organizador formado por el alcalde José Antonio Beguiristain como presidente honorífico, e integrado por Antonio Orueta, presidente efectivo, y los vocales José Aguirre, Toribio Alzaga, Secundino Esnaola, José María Olaizola, Beltrán Pagola, Ramón Usandizaga y Francisco Urcola. Secretario: Juan Bautista Juanena, con el fin de recuperar las Fiestas Euskaras como una prolongación del verano en la ciudad. Serían denominadas "Semana Vasca" y tratarían de tener un carácter íntimo, por cuanto suponía de espectáculo autóctono, diferenciándolas así de las correspondientes a la Semana Grande.
Se celebraron del 8 al 18 de septiembre, con una diana a cargo de los dantzaris de Rentería y los músicos juglares de San Sebastián. En Santa María don Agustín Embil ofició la Misa Mayor en la que cantó el Orfeón Donostiarra con la colaboración del bajo de la Scala de Milán, Gabriel Olaizola.
La principal actividad de la semana fue la romería programada en la campa del aeródromo de Lasarte. Tres bandas de atabaleros de San Sebastián, una de Hernani, dulzaineros y un artzai tocador de la alboka procedente de la sierra de Aitzgorri... makildantzaris, bertsolaris, irrintzilaris, txalapartaris... puestos de medallas, rosquillas, piper-opillas, preji-arraias... concursos de bolaris, tokalaris, blankolaris... y en todo momento las voces del Orfeón Donostiarra.
Atrás quedaron los jasotzales (pulsolaris), palankaris, arrizulatzales (barrenadores)y otros protagonistas de las Fiestas Euskaras de comienzo de siglo.
Después de acudir a la Salve y antes de escuchar el pregón los miembros de la Corporación Municipal instauraron la costumbre de bailar el aurresku en la plaza de la Constitución.
Durante la República fueron memorables los concursos de pregoneras de pescado que "constituían una nota típica surgida airosamente de la vida de las familias de los pescadores".