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Estados Unidos de América. Oeste americano

En febrero de 1973 la organización Centro de Estudios Vascos de Boise, (Idaho), -una entidad creada gracias a una beca otorgada por la National Endowment for the Humanities y dirigida por el Dr. Julio Bilbao-, reunió a las organizaciones vascas y representantes de sus comunidades en Nueva York, Oregón, Nevada, Utah y California. Propuso la idea de establecer una organización central para crear una federación de asociaciones vascas. Después de muchas reuniones, planes y bajo la dirección de Al Erquiaga, se creó la federación North American Basque Organizations, Incorporated, (NABO).

Ese mismo año, concretamente los días 9 y 10 de marzo de 1973, Julio Bilbao, Al Erquiaga y Nicasio Beristain, todos ellos de Boise, con la ayuda de William A. Douglass y Jon Bilbao de la Universidad de Nevada (Reno) y de Janet Inda de Reno, organizaron el First Western Basque Convention en Reno (Nevada).

Se atendieron a los representantes de Reno y Ely (Nevada); San Francisco y Bakersfield (California); Grand Junction (Colorado); Ontario (Oregón) y Boise (Idaho). Los delegados de Boise fueron: Agg Arrizabala, Nicasio y Alice Larrinaga Beristain, Pete y Freda Cenarrusa, Don y Anita Solozabal Dick, Dick y Anita Boles, Justo Sarria, Pat y Eloise Bieter, Joe Eiguren, Al Erquiaga, y Ron Zabala.

Las primeras delegadas de Boise Euzkaldunak Incorporated que ingresaron en la NABO en representación de Boise fueron Juanita Uberuaga Hormaechea y Dorothy Bicandi Aldecoa. John Bastida siguió a Juanita Hormaechea.

Las organizaciones vasco-norteamericanas se incorporaron oficialmente el 19 de abril de 1974, bajo las leyes del estado de Nevada, con los siguientes objetivos: Potenciar y preservar las actividades y los intereses de los vascos; cultivar la amistad entre vascos y no-vascos; informar al público sobre los aspectos vascos y mejorar las relaciones entre los vascos de los EEUU y los del resto del mundo. Esta organización ofrecería servicios a las asociaciones vascas en los EEUU que serían miembros de la unión de colaboración.

Con anterioridad a 1970, a los vascos del oeste de los EEUU les resultaba difícil comunicarse entre ellos por las distancias, sus diferentes historias y las distintas comunidades: Bizkainos, Navarros o inmigrantes de Iparralde (País Vasco continental). Cada comunidad organizaba sus propias actividades y la gente viajaba para encontrarse con vascos conocidos o familiares, pero no había relaciones institucionales.

Las distancias físicas eran enormes. Así, visitar Boise desde San Francisco suponía 12 horas seguidas en vehículo. A comienzos del siglo XXI, era común para los vascos de San Francisco viajar a Boise (Idaho), cada cinco años, para asistir al Jaiald International Festival, o para los vascos de Boise hacerlo a la fiesta vasca de Reno, que quedaba a ocho horas de viaje en coche, simplemente por encontrarse con sus conocidos.

Asimismo los viajes en avión eran mucho más comunes, fáciles, seguros y baratos. NABO organizaba actividades culturales y educativas entre las distintas asociaciones a lo largo de los EEUU. No era un órgano que regulara o controlara las asociaciones sino al contrario, éstas podían elegir el participar o no. Cada miembro conseguía autofinanciarse mediante la obtención de fondos y la venta de entradas a sus actividades. A varios de estos encuentros acudía también el público norteamericano desde California, Oregón, Washington, Nevada, Idaho, Utah, Wyoming, Florida y Nueva York.

Dado que las nuevas generaciones de vascos americanos poco o nada tenían que ver con sus progenitores, las asociaciones creían su deber el educar a sus miembros sobre la emigración y la historia de los vascos en los EEUU. Cada generación perdía un poco del conocimiento de su historia y sus antepasados y en las comunidades vascas se trabajaba por la recuperación de ese conocimiento. Había quien creía que la última generación de jóvenes tenía un mejor conocimiento que sus padres, por haber viajado, leído y estudiado, sobre temas de historia, política, economía, idioma o cultura vascas. Internet disponía esta información y los programas de la NABO fomentaron su uso y difusión.

A comienzos del siglo XXI, había en los EEUU, 35 organizaciones vascas, miembros de la North American Basque Organizations (NABO). Así, el grupo de Vancouver (Canadá) se asoció con NABO y podía participar en todos los eventos que organizaba aquella. En el 2002, otro grupo de vascos de Montreal (Canadá) pidió su incorporación en la Organización Todavía no existían vinculaciones con los grupos de México. Aunque cada organización fuera distinta, todas compartían la misma meta: preservar la lengua y cultura vascas. Los miembros de cada grupo elegían a sus directores y los voluntarios organizaban las fiestas, la comida, la danza, las clases de euskera y las competiciones deportivas. Además de relacionar las organizaciones entre sí, NABO intentaba promover los intercambios entre los vasco-norteamericanos y el País Vasco.

Los encuentros internacionales ofrecían entre otras actividades, las famosas competiciones de pelota vasca, el torneo de "mus" y una colonia para los jóvenes vascos que se llamaba Udaleku. Esta colonia incluía dos semanas de cursos intensivos para jóvenes de entre 8-18 años, donde se trataban temas de historia, cocina vasca, euskera, mus, danza tradicional, acordeón, txistu, canciones y pelota vascas. Cada verano rotaba a una comunidad vasca distinta y los jóvenes (unos 80 participaron en 2002) vivían y compartían dos semanas de convivencia.

El primer torneo NABO de pelota vasca tuvo lugar en 1976. Franxua Bidaurreta, de San Francisco, fue a la reunión de la NABO, en Boise y sugirió organizar torneos de pelota vasca entre las diferentes asociaciones. En 1981, los jugadores que representaban a la NABO fueron al campeonato mundial, a la ciudad de México. Un año después NABO organizó el primer torneo de mus y a partir de entonces ésta ha organizado el campeonato mundial en distintos lugares: en San Francisco (1979 y 1997), en Las Vegas (1986) y en Boise (2001).

Desde 1973, la NABO estableció que cada organización vasca que quisiera afiliarse debería pagar una cuota fija de entrada de 100 dólares y otra anual de 50 dólares a la que se añadirían 50 centavos por cada miembro del club. Cuando el presidente de la organización abandonara su cargo, el vicepresidente asumiría sus funciones en tanto se producía la elección de uno nuevo. De este modo, se aseguraba la continuidad de la organización. Inicialmente la NABO celebraba cuatro reuniones al año, pero los elevados gastos de viaje de cada delegado, hicieron en 1973, que éstas se redujeran a tres.

En abril de 1975, el presidente de la NABO, Jim Ithurralde, -junto con la tesorera de la organización, Dorothy Bicandi Aldecoa-, visitó la comunidad vasca de Boise y al presidente de la comunidad vasca de Boise Euzkaldunak Incorporated, Julian Achabal, al que expresó su voluntad de continuar con la enseñanza del euskera y con el mantenimiento de las tradiciones vascas. En agosto de 1975 se reunieron los delegados. El vicepresidente, Al Erquiaga, expuso una serie de nuevas ideas para implantar en la NABO. Estas fueron:

  • Viajes organizados para asistir a las fiestas de otras comunidades y conocer a otros vascos
  • Una carroza para desfiles públicos
  • Voluntarios para viajar a escuelas, clubes sociales y festivales etc. para difundir la cultura vasca
  • Aprovechar los estudiantes que regresaran de estudiar en Oñati (Gipuzkoa) para dar charlas en sus comunidades
  • Ayudar en la formación de clubes en las comunidades vascas
  • Honrar a las personas que han luchado por preservar la cultura vasca
  • Otorgar becas a grupos vascos para viajar a otras organizaciones
  • Crear una fiesta anual de la NABO, rotatoria entre las distintas comunidades

La NABO otorgó el primer Premio de Vasco del Año, Basque of the Year Award a Jim Jausoro y a Domingo Ansotegui, ambos de Boise, el 29 de noviembre de 1975. Pero un año después, la mayoría de los delegados eran de la opinión de no continuar con la celebración por resultar muy difícil la elección de una o dos personas. El último premio de Vasco del Año fue Al Erquiaga, en 1976. En el 2002 se restableció este premio y los delegados eligieron otra vez a Albert Erquiaga y al padre católico Martxel Tillous de San Francisco.

En marzo de 1976, la reunión de la NABO tuvo lugar en Boise. Hubo una presentación del proyecto titulado The Old World Basques, escrito por William A. Douglass que participaba en el programa de estudios vascos de la Universidad de Nevada (Reno). Fue una presentación basada en diapositivas con la finalidad de usarla en otras conferencias sobre la cultura vasca. La colaboración entre el programa de estudios vascos y la NABO tuvo mucho éxito y el entonces titulado Centro de Estudios Vascos continuaba a comienzos del siglo XXI. También en 1976, se creó el Salt Lake City Basque Club.

Udaleku, colonia de cultura vasca para jóvenes. La primera colonia musical, udaleku, tuvo lugar en 1977 en San Francisco, en Reno y en Boise en distintas semanas. Todas ellas fueron organizadas por la NABO con la ayuda del filólogo y txistulari Jon Oñatibia.

En cada colonia se enseñaba euskera, txistu y danza vasca a los jóvenes que se habían inscrito para participar en la misma durante dos semanas. El año siguiente todos los grupos se fusionaron para hacer una única colonia, donde los jóvenes vascos de las distintas comunidades se conocieran entre sí.

Era la manera de conocer la cultura vasca de la diáspora en otras comunidades, así como conocer y enriquecerse las distintas comunidades: los bizkaitarrak de Idaho, con la música y baile de los ziberotarrak de California y viceversa; los nafartarrak de Nevada con las canciones y comidas de los gipuzkoarrak residentes en Utah, etc.

A partir de entonces, el programa de udaleku sirvió de importantísimo factor de aglutinaje en las comunidades vascas de los EEUU. En 1979, Luis Manuel Pe-Menchaca se desplazó desde Europa para enseñar a tocar el txistu e invitado a continuar durante una década. Después de los 1990, cada comunidad invitó a dantzaris, txistularis y pelotaris del País Vasco a participar en las colonias de cultura vasca.

El primer campo de música tuvo lugar en el año 1975 en Boise (Idaho) con 30 participantes. A comienzos del siglo XXI, con el nombre de udaleku, los campos contaban con casi cien participantes y se desarrollaban durante dos semanas en verano. La ubicación cambiaba cada año dentro de la extensa comunidad de vascos en los EEUU.

Más que como un lugar de aprendizaje, los campos servían para establecer relaciones de amistad entre los vascos de los distintos estados que compartían los mismos orígenes del País Vasco y servían de igual modo a participantes y a profesores. Estos encuentros eran muy importantes para dar a conocer la única pretensión de los udaleku: enseñar a los jóvenes vasco-norteamericanos el valor de sus raíces. Antes de la creación de los udaleku, las comunidades vascas en los EEUU estaban aisladas por falta de conocimiento. El campo tuvo mucho éxito en la unificación de los vasco-norteamericanos y mejoró el conocimiento de la cultura vasca. Por ejemplo, en el año 2002 hubo ocho profesores que elaboraron, junto con los participantes, una obra musical, enteramente en euskera, para un público de 400 espectadores.

Los participantes en los udaleku sumaban entre 40 y 80 jóvenes. El encuentro tenía lugar durante el verano y cada año se celebraba en alguno de los distintos clubes de Wyoming, Utah, Idaho, Nevada y California. En el 2002, en Reno, participaron 71 personas. Los profesores procedían de las comunidades vascas del oeste americano y también del propio País Vasco.

Las organizaciones vasco-norteamericanas se incorporaron oficialmente con la intención de preservar la cultura vasca y mejorar así la comunicación entre los vascos en sus respectivas comunidades de los EEUU. Como consecuencia, las comunidades vascas escogieron representantes para crear y gestionar la comunicación entre los diferentes clubes vascos de los estados de California, Nevada, Idaho, Utah, Oregón, Florida y Nueva York.

Los vínculos entre los vascos de los EE.UU. se hicieron muy fuertes, en particular con la creación de las colonias musicales. Cada año el campo de música ofrecía la oportunidad a la gente joven vasca de conocerse entre sí, así como las distintas comunidades vascas.

El Kantari Eguna era un evento musical que tenía lugar en Gardnerville (Nevada), con la asistencia de bertsolaris, corales y muchos instrumentos tradicionales. El Mendiko Euskaldun Cluba organizaba para la NABO, todo un día para escuchar la música y canción vascas. Participaban los coros de Boise y San Francisco, junto con varios bertsolaris del oeste. La NABO organizaba un torneo de pelota vasca, donde tomaban parte los jugadores de los centros de California, Idaho y Nevada.

Había muchos torneos de mus durante el año y los ganadores participaban en un campeonato nacional. Los que se hacían con este torneo, disputaban el campeonato mundial. En julio de 2001, el campeonato mundial de mus tuvo lugar en el euskal etxea Boise Euzkaldunak, Incorporated de Boise (Idaho).

El calendario mural de cada año, de NABO, estaba compuesto de fotografías del País Vasco y de las diferentes actividades vascas que tenían lugar en los EEUU. Dicho calendario se publicaba en francés, español, euskera e inglés y servía para informar de todas las actividades y fiestas de las asociaciones y para unir a las comunidades vascas del país.

La publicación "Hizketa", de NABO, se editaba tres veces al año. Contenía noticias de los clubes vascos e informaba al lector sobre temas de las siete provincias. La NABO promovía clases de euskera en todas sus asociaciones. La de Boise, concretamente, contaba con su propia ikastola para 27 niños, de edades comprendidas entre 3 y 7 años. A comienzos del siglo XXI, el número de asociaciones vascas en los EEUU iba en aumento, así como el número de los miembros de éstas. En la década de los 1980, había 20 clubes asociados a la NABO En el 2002, lo eran 35. Los vascos en los EEUU estaban entusiasmados con la posibilidad de mostrar su cultura a la sociedad y opinión de éstos, cuando el lehendakari José Antonio Ardanza afirmó que los vascos dispersos por todo el mundo eran embajadores de Euskal Herria, dijo una gran verdad.

A comienzos del siglo XXI, la NABO mantenía buenas relaciones con el Gobierno Vasco de la Comunidad Autónoma Vasca y con las instituciones de Navarra e Iparralde (País Vasco continental). Por ello, la NABO se ha beneficiado de materiales educativos, profesores de lengua, becas para estudiantes universitarios y de proyectos en centros vascos de los EEUU.

En el último tercio del siglo XX, los vascos de los EEUU no se conocían ni comunicaban entre ellos. No se consideraban "vascos iguales", es decir, atribuían las diferencias de sus orígenes a sus respectivas regiones: de Iparralde (País Vasco continental), de Hegoalde o a si hablaban euskera o no. A comienzos del siglo XXI, gracias a la NABO y a sus actividades, existía un sentido de unificación entre los vascos y cada vez con mayor frecuencia, emergía una identidad vasca en los EEUU por parte de los que recuperaban sus orígenes.

La NABO también ha servido en la junta directiva de la Basque American Foundation, creada en la década de los 1980 con el objeto de ayudar al comercio entre los EEUU y Euskadi. Esta fundación tuvo lugar en Washington DC pero no duró más allá de diez años.

Presidentes elegidos que han servido varios años en sus puestos:

  • Al Erquiaga, Boise (Idaho)
  • Jim Ithurralde, Eureka (Nevada)
  • Jacques Unhassobiscay, San Francisco (California)
  • Frank Maitia, Sr., Bakersfield (California)
  • Leon Iribarren, San Francisco

    (California)

  • Steve Mendive, Boise (Idaho)
  • Robert Echeverria, Elko (Nevada)
  • Pierre Etcharren, San Francisco (California)

GTE