Concept

Colonialismo

La expansión europea de época moderna se desarrolla principalmente debido a la necesidad de oro y plata y a la búsqueda de los productos de Oriente, una vez controladas las rutas tradicionales hacia estos últimos por los turcos.

Las dos potencias precursoras de la colonización moderna fueron Portugal y Castilla. De hecho, la Península Ibérica era la región europea mejor preparada en ese momento para afrontar la expansión ultramarina.

Los dos reinos más importantes de la península presentan diferencias en su modelo de expansión, determinadas principalmente por su particular desarrollo histórico. Portugal configuró y definió su territorio antes que Castilla, que en época bajomedieval sufre una crisis que ralentiza su expansión. Si bien Portugal y Aragón se expandieron hacia el sur de la península a costa de los reinos islámicos y una vez conquistada la costa atlántica o mediterránea (ya en el siglo XIV) se orientaron hacia el comercio y el mar, Castilla siguió luchando contra los moros hasta el mismo año del descubrimiento de América.

De esta manera para el siglo XV Portugal presentaba una larga tradición marinera y pesquera. Su experiencia en la navegación por el Atlántico y el Mediterráneo le permitió desarrollar las técnicas marítimas necesarias para sostener su expansión ultramarina. Por otro lado Lisboa, una de las mayores ciudades europeas del momento, presentaba importantes conexiones comerciales con el norte de Europa y el Mediterráneo, siendo numerosa la presencia de marinos y comerciantes, destacando los genoveses.

En cuanto a Castilla, ésta se encontraba envuelta en un proceso de avance constante desde hacía siglos, basado en la conquista territorial. Ahora bien, en el inicio de la expansión ultramarina es fundamental la costa sudoccidental de Andalucía, capacitada por población, marinos, capital y técnica. Sevilla era un importante centro comercial en un área desarrollada comercial y marítimamente.

  • La expansión portuguesa

Portugal fue pionera en la expansión colonial europea, dirigiéndose primeramente hacia el sur, hacia África. Si bien entre las motivaciones de la expansión la idea de cruzada contra el Islam ocupa inicialmente un lugar importante, tratando de contactar con los míticos reinos cristianos africanos (reino del Preste Juan) y atacar a los otomanos por la espalda, los intereses económicos están muy presentes; tratando de afrontar situaciones como la escasez de metales preciosos en el siglo XV y que la ruta comercial de Europa con Oriente quedara obstaculizada por la expansión turca.

Movida así por la idea de cruzada, la búsqueda del oro africano y las especias de Asia y gracias a la importancia adquirida por la burguesía con la dinastía Avis, Portugal se expande de la mano de Enrique el Navegante (1394-1460), tomando Ceuta en 1415.

Más allá de su significado dentro de la lucha contra el mundo islámico, la toma de Ceuta tiene sentido en el contexto de la importancia de las ciudades norteafricanas, donde se acumulaban grano y oro. Eran los puntos de llegada de las rutas comerciales transaharianas que unían el mundo mediterráneo con el África occidental productora de oro.

La expansión hacia África promovida por Enrique obtuvo en 1418 bula de cruzada. Portugal fue descendiendo por la costa occidental de dicho continente hacia las fuentes del oro, marfil y esclavos que formaban parte del comercio transahariano.

En su expansión hacia el sur, Portugal se centrará en el Atlántico (conquista de Madeira 1419-1425, de las Azores 1427-1452 o la exploración de Cabo Verde 1461-1462) y en tierra firme (desastre de Tanger en 1437 y conquista de Arcila y Alcazarseguer en 1461).

En 1434 el portugués Gil Eanes atravesó el Cabo Bojador (Sahara Occidental), lugar considerado en la tradición medieval como insuperable, lo que supuso un paso fundamental en la expansión. A partir de ese momento el avance resultó imparable.

En 1444 se realizaron por primera vez capturas directas de esclavos negros en Cabo Verde, en contraste con anteriores prácticas de compra. En 1448 se fundó en la isla de Arguin (Mauritania) la primera factoría en ultramar. Entre 1468 y 1473 se llegó a Guinea y Fernando Poo, Príncipe y Santo Tomé.

En 1482 Portugal estableció la fortaleza de San Jorge de Mina (Ghana), consolidándose el comercio portugués en el Golfo de Guinea y en 1483 llegó al Congo, estableciéndose el primer gobierno colonial.

En 1488 Bartolomeu Dias llegó al cabo de Buena Esperanza (de llegar a la India) y en 1498 Vasco da Gama completó la buscada ruta hacia las Indias por Oriente al llegar a Calicut (Kozhikode, India).

Una vez conseguida la deseada ruta hacia Asia, Portugal comenzó a establecerse en la zona: se conquistan Goa en 1509 y Ormuz y Malaca en 1515. Timor fue ocupada entre 1512 y 1515, las Molucas entre 1521 y 1522 y Macao entre 1554 y 1557.

Gracias a estos hitos, se fue creando el imperio portugués, basado en la creación de fortalezas y factorías en puertos estratégicos. Brasil, descubierto para Portugal en 1500 por Álvares Cabral (meses antes lo había hecho para Castilla Yáñez Pinzón), no fue de interés al principio, siendo los primeros asentamientos Saõ Vicente (1432), Pernambuco (1537) o Bahía (1549), explotándose un colorante rojo llamado "Palo Brasil". Posteriormente se impulsaron los asentamientos y la producción agrícola, en concreto de caña de azúcar cultivada por esclavos procedentes de Angola.

A pesar de su carácter pionero, la parte fundamental del imperio asiático portugués cayó en manos holandesas a mediados del siglo XVII, y en ese mismo siglo los holandeses atacan las posesiones americanas.

· El modelo colonial portugués

Algunos de los elementos básicos que caracterizan el modelo colonizador portugués son las factorías y las capitanías donatarias.

Las factorías (feitorias) son establecimientos en islas, donde se construía un fuerte y se dejaba una guarnición. Desde ellas los representantes comerciales, o factores, comerciaban con los autóctonos y los barcos portugueses desembarcaban su cargamento y lo cambiaban por otro. La factoría permitía mantener una presencia comercial permanente sin tener que conquistar un territorio.

Este sistema, empleado principalmente en la costa africana y en el Índico, ya había sido utilizado por venecianos, genoveses y catalanes en el Mediterráneo. Ahora bien, el comercio practicado por los portugueses en África consistía en el trueque de baratijas por esclavos y materias primas, modelo que caracterizó también las relaciones comerciales de los castellanos.

Las capitanías donatarias, aplicadas en las islas del Atlántico y en América, respondían a otro modelo. A la hora de colonizar una región los gastos iniciales eran afrontados por particulares. Así los nobles costeaban el transporte de los colonos y de las actividades económicas a cambio de la concesión de privilegios por parte de la Corona, recibiendo el título hereditario de capitanes y señores propietarios (donatarios) de sus tierras, concesiones económicas y autonomía política a cambio de gobernar y desarrollar su territorio.

  • La expansión española

La expansión castellana fue más tardía que la portuguesa pero abarcó un número mayor de territorios, principalmente en América. El tratado de Alcaçovas-Toledo (1479) confirmó los derechos portugueses en África y la soberanía castellana sobre las islas Canarias, sus primeras posesiones ultramarinas, que no fueron sometidas totalmente hasta el periodo 1478-1496. La conquista de las islas será fundamental en el proceso de expansión, tanto por su situación posterior de escala indispensable hacia América, como por su condición de laboratorio de experimentos coloniales. De esta manera las prácticas realizadas en las Canarias ejercen de vínculo entre los métodos de la "reconquista" de la península Ibérica y la Conquista de América.

Dado que Portugal ya se expandía hacia África y trataba de llegar desde allí a la India, el proyecto de Colón de llegar a la Indias por Occidente fue bien acogido por los Reyes Católicos.

En octubre de ese mismo año Colón llega a la isla Guanahani (Bahamas), y posteriormente a Cuba y La Española (actuales Haití y República Dominicana), considerando que su viaje ha terminado con éxito en las Indias.

Tras la reclamación sobre dichos territorios por parte de Portugal los Reyes Católicos obtuvieron en 1493 las bulas Inter caetera de Alejandro VI, que otorgaban a Castilla todo lo situado a 100 leguas marinas españolas al oeste de Cabo Verde. Posteriormente éstos se vieron obligados a firmar el Tratado de Tordesillas en 1494, por el cual la línea de demarcación entre las posesiones castellanas y portuguesas se situaba a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde.

La Corona consideró los nuevos territorios como sus dominios personales, no como colonias de Castilla, tratando de aplicar las instituciones existentes en el Reino. De este modo, y de cara a la organización del comercio con las Indias y del proceso de colonización y gestión de los territorios de ultramar se creó la Casa de Contratación en Sevilla en 1503.

Como órgano de consejo de la Corona para el gobierno y administración de los nuevos territorios se creó la Junta de Indias en 1511, que en 1524 pasará a llamarse Consejo Real Supremo de Indias. El Consejo nombraba a los principales funcionarios, organizaba flotas y expediciones, el comercio y las finanzas de las Indias.

Los siguientes viajes de Colón (4 en total) permitieron el descubrimiento de nuevas islas (Dominica y otras de las Antillas, Jamaica, Trinidad), llegando en 1498 a la desembocadura del Orinoco. En 1502 recorrió las costas de las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. A la vez que Colón desarrollaba estos viajes se organizaron otras exploraciones: Ojeda y Américo Vespuccio en Venezuela y Guayana (1499) o Yáñez Pinzón en Brasil (1500), considerándose ya las tierras descubiertas como un nuevo continente.

Es desde la isla de La Española desde la cual se organizó en años posteriores la colonización del Caribe con Puerto Rico (1508), Jamaica (1509) o Cuba (1511) como casos destacados. Cuba sirvió más tarde como plataforma de asalto al continente.

La conquista de Panamá por Vasco Núñez de Balboa será la primera en el nuevo continente, quien en 1513 descubrió el océano Pacífico, con lo que se inició una carrera por la búsqueda de un paso a este nuevo océano que permitiera acceder a las Indias orientales.

La expansión continental se concentró inicialmente en las regiones que poseían riquezas materiales y en las que se ubicaban pueblos sedentarios, mostrando escaso interés en el resto de regiones.

El sistema seguido por los conquistadores españoles fue el modelo de "estaciones de relevo", es decir, cada una de las nuevas conquistas servía de base de operación para realizar la futura ocupación de tierras vírgenes. Un grupo de poderosos proponían la adquisición de dichas tierras, y el gobernador local era el que debía aprobar el proyecto y ayudar en la organización del mismo, motivado por intereses propios. Una vez que la ocupación se había realizado con éxito, el jefe expedicionario se dirigía a la corona de quien conseguía una gobernación separada.

Las formas expedicionarias por su parte, se fundamentaron en la asociación de empresas, las cuales tenían como objetivo el enriquecimiento personal de los socios capitales. La empresa la formaban poderosos encomenderos al frente del grueso de la expedición, formada por hombres que habían de sufragar sus propios gastos, monturas y armas, y que no recibiendo sueldo alguno (debido a esto, los hombres de las expediciones jamás gustaron de llamarse a sí mismos soldado, a lo que hay que añadir que únicamente un porcentaje ínfimo de ellos tenían algún tipo de experiencia militar), lucharon con la esperanza de un reparto de las riquezas y de un pronto enriquecimiento.

De esta manera, entre 1519 y 1522 Hernán Cortés conquista México, y Guatemala y Honduras son conquistadas entre 1522 y 1524 por Alvarado y Olid respectivamente, fundándose el Virreinato de Nueva España. Pizarro hizo lo propio con Perú entre 1532 y 1536, creándose el Virreinato del Perú, desde el que se conquistarán los actuales Ecuador y Chile. Posteriormente se conquista Colombia (1536-1538), creándose el Virreinato de Nueva Granada.

La búsqueda de gloria y nuevas riquezas dará lugar a las exploraciones de Hernando de Soto entre 1539 y 1542 en zonas de los actuales Estados Unidos (Georgia, Alabama, Mississippi, Arkansas, Carolina del Sur y del Norte, Tennessee y Oklahoma) y de Vázquez de Coronado en 1541 (Arizona, Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas). Otras conquistas, como las de Florida, California o las actuales Argentina o Uruguay no tuvieron inicialmente tanto interés.

Al margen de la conquista del nuevo continente, España todavía buscaba llegar a las Indias orientales. El viaje de circunnavegación de la tierra de Magallanes-Elcano en 1522 implicó la llegada de los españoles a Asia, encontrándose pues con los portugueses y debiendo firmarse entre ambos el tratado de Zaragoza (1529), en el cual se volvía a establecer una línea de demarcación, ésta vez en el grado 17 de longitud al este de las Molucas. El tratado no impidió que en 1568 las islas Filipinas, en zona portuguesa, fueran conquistadas por Legazpi.

· El modelo colonial español

En la fase caribeña de la conquista conviven dos modelos diferentes de explotación de las nuevas tierras. Por un lado Colón, sus allegados, así como la propia Corona y muchos de los marineros andaluces, por su vinculación al modelo de comercio marítimo y de explotación de tradición genovesa-portuguesa, conciben la aplicación del sistema de fuertes y factorías. Frente a este modelo se situaba el del grueso de los colonos y conquistadores españoles, vinculados a la tradición ibérica de conquista total, instalación y gobierno permanente.

En este contexto algunas personas, entre las que se encontraba Colón, trataron de promover y beneficiarse de cualquier empresa interesante, centrando su atención en el beneficio inmediato que era la obtención de oro. Ahora bien, si en África éste se podía obtener mediante el comercio, en el Caribe debían asumirse las labores de extracción, para lo cual, y a través de la encomienda, se utilizó la mano de obra indígena.

La conquista, la esclavitud de los indios y la encomienda serán criticados por un antiguo encomendero, Fray Bartolomé de las Casas.

Siendo Colón acusado de mal gobierno, destituido y detenido en 1500, el intento de desarrollo del modelo de factorías de tradición mediterránea dio paso a la tradición ibérica de conquista total.

Los yacimientos de oro caribeños fueron intensamente explotados, proporcionando importantes riquezas, pero ya hacia 1515 parecían agotarse y la población indígena se redujo drásticamente. Debido a ello la economía caribeña se orientó a la producción de azúcar y se comenzaron a importar esclavos africanos para el trabajo.

Las posteriores conquistas territoriales continentales responden a diversos factores. Por un lado existió un descontento suscitado por la falta de expectativas y la rivalidad entre los menos favorecidos de los españoles. Por otro lado, el enorme descenso de la mano de obra indígena debido a las enfermedades traídas por los primeros europeos, llevó a los colonos a la búsqueda de nuevas tierras, influidos por la existencia de metales preciosos, oro y plata, primera fuente de ingresos.

La encomienda es la institución característica de la colonización española en época moderna. Se trata de un intento de acceso a los servicios y productos de los indígenas a través del control de los poderes locales ya existentes. Este sistema comienza nada más realizarse la conquista en el Caribe, donde se darán "repartimientos" de los indios de la zona, los cuales, mantienen la propiedad de sus tierras. Los caciques indígenas se encargan sin embargo de canalizar el trabajo indígena para beneficio del encomendero.

  • La expansión inglesa

Bajo el gobierno de Enrique VII y una vez comprobada la existencia de una ruta hacia el oeste por Colón, Inglaterra buscó alcanzar Asia por el Atlántico norte con Giovanni Caboto en 1497 y 1498, explorando Nueva Escocia (Canadá). En los inicios del XVI se asientan pesquerías inglesas en la zona.

En un siglo de continuos perfeccionamientos de la capacidad naval de Inglaterra, no será hasta el reinado de Isabel I cuando se dé una verdadera expansión ultramarina.

En 1576-78 Martin Frobisher, tratando de encontrar el paso del noroeste hacia Asia llegó hasta Groenlandia.

En 1578-80 Francis Drake circunnavegó el mundo, desembarcando en California.

Entre 1585 y 1587 John Davis realizó tres viajes tratando de localizar el paso del noroeste, obteniendo numerosa información de Groenlandia, Baffin y Labrador.

En 1583 Humphrey Gilbert funda un asentamiento en Terranova anexionándola a la Corona y en 1587 Walter Raleigh hace lo mismo en Virginia, aunque los asentamientos por ambos creados tienen que ser abandonados.

No será hasta 1607 cuando se cree el primer asentamiento estable en Norteamérica, y los primeros asentamientos ingleses estarán promovidos por Compañías privadas.

En 1607 se funda Jamestown (Virginia), bajo los auspicios de la Compañía de Londres, que sólo encontró el cultivo del tabaco como fuente de riqueza.

En 1620, en el famoso viaje del Mayflower, se funda Nueva Plymouth (Massachusetts), bajo los auspicios de la Compañía de Nueva Inglaterra.

Les siguieron entre 1630 y 1642 Conneticut, Rhode Island, Maryland o Carolina. Además de nuevas fundaciones, la expansión inglesa en América del norte se hizo también a costa de territorios conquistados a holandeses en el XVII (Nueva York, 1664) y a franceses en el XVIII (Canadá, Nueva Escocia, Ohio, parte del Mississippi).

Más al sur, desde finales del XVI Inglaterra trató de saquear las posesiones y las flotas españolas con sus riquezas. No será hasta el XVII cuando se consolide su presencia en el Caribe, con las conquistas de islas como las Bermudas (1612), Barbados (1624), Jamaica (1655) o las Bahamas (1718). Estas colonias tropicales serán de gran interés para Inglaterra por su valor comercial.

En cuanto a la presencia inglesa en Asia, ésta comenzó a fraguarse con la fundación en el 1600 de la Compañía de las Indias Orientales, cuyo primer establecimiento en la India fue Surat (1613). A partir de ese momento la presencia inglesa en la zona fue aumentando, fundando en 1639 el fuerte de Madrás o pasando Bombay a sus manos en 1668.

La política expansionista de la compañía llevó a enfrentamientos bélicos y a la ocupación de Calcuta en 1696. Tras la decadencia del Imperio mongol (1712-1754), y tras la conquista de Bengala en 1757, se inicia la ocupación británica de la India.

La presencia inglesa en Australia y Nueva Zelanda se inició con los importantes viajes de exploración de la segunda mitad del XVIII de James Cook. La fundación en 1778 de la colonia penal de Sidney y en 1788 de la colonia de Nueva Gales del Sur marcan el inicio de la colonización de Australia y a partir de 1826 llegan los primeros colonos a Nueva Zelanda.

  • La expansión holandesa

Antes de obtener su independencia, los barcos holandeses llevaban especias desde Lisboa al resto de Europa. Sin embargo, en torno al 1580, al rebelarse contra Felipe II, soberano que también pasó en esas fechas a ocupar el trono de Portugal, no pudieron seguir haciéndolo, por lo que buscaron navegar directamente a las Indias.

Entre 1595-97 una flota holandesa llegó a las islas de Java y Bali, regresando cargada de pimienta. Desde ese momento y hasta 1602 numerosas flotas vuelven a Asia.

En 1602 se fundó la Compañía Unida de las Indias Orientales, unión de diversas compañías holandesas formando un monopolio privado. La compañía fue estableciendo factorías en Java y las Molucas, y funda su sede en la zona, Batavia (1619). La Compañía de las Indias Orientales se siguió expandiendo progresivamente a lo largo del XVII a costa de portugueses, españoles e ingleses, fundando factorías en el Golfo Pérsico (Ormuz, 1623) y Formosa (1624), y tomando Malaca en 1641 y Ceilán por las mismas fechas, hasta llegar a controlar las Java y las Molucas en lo que queda de siglo.

La presencia holandesa en Asia era suficientemente intensa en esas fechas como para descubrir para los europeos Tasmania y Nueva Zelanda entre 1642-1643, así como para comerciar con los japoneses (islote de Deshima).

Esta compañía fue estableciendo también bases en las islas de Santa Elena (1633) y Mauricio (1638) (que posteriormente perdió a manos de Ingleses y franceses), además de en El Cabo (1652), lo que le permitió acceder a las Indias Orientales evitando las flotas enemigas.

Además de interesarse en contactar con Asia por la ruta oriental, promocionó el viaje de Henry Hudson en busca del paso del noroeste (1609), como consecuencia de las exploraciones en Norteamérica se creará Nueva Holanda en la desembocadura del río Hudson.

Entre 1614 y 1617, se controló la isla de Gorée en Cabo Verde y se iniciaron los asentamientos en la Guayana (desembocadura del Essequibo).

En 1621 se fundó la Compañía de las Indias Occidentales, que se hizo cargo de Nueva Holanda y Essequibo en Ámerica y Gorée en África. Esta compañía promovió diferentes expediciones contra el Brasil que fracasaron, y en Norteamérica destaca la fundación de Nueva Amsterdam (Nueva York) en 1625.

Posteriormente sí se obtuvo éxito en Brasil con la conquista de Pernambuco en 1630, pero la rebelión de los colonos portugueses hizo que para 1654 ya perdieran sus posesiones en Brasil.

Además, en 1634 arrebató a España varias islas frente a Venezuela (Aruba, Curaçao, Bonaire) y posteriormente otras tantas en las Pequeñas Antillas, para culminar su presencia en la zona con la conquista de Surinam para 1667.

  • La expansión francesa

La aventura colonial francesa se inició con Francisco I, quien patrocinó varios viajes con el objetivo de encontrar el paso del noroeste. Así en 1524 Giovanni da Verrazzano navegó entre el norte de Florida y Nueva Escocia y Terranova, y Jacques Cartier entre 1534 y 1542 remontó el San Lorenzo y llegó a Montreal. En estas fechas se inició la presencia francesa en las pesquerías de la zona.

Tras los intentos de establecimiento fracasados en Brasil (1555-1560) y Florida (1562-1565), no será hasta el siglo XVII cuando se den los primeros establecimientos en el nuevo continente. Así en 1605 se fundó Port-Royal en Acadia y en 1608 Quebec en el San Lorenzo.

Estos territorios fueron llamados Nueva Francia y destacaron por el comercio de pieles. En 1627 se creó la Compañía de Nueva Francia para su explotación.

La presencia francesa en la zona fue haciéndose cada vez mayor con hitos como la fundación de Montreal en 1642 o la llegada a Illinois en 1667. En 1682 La Salle recorrió el Mississippi y tomó posesión de la región, que llamó Louisiana.

Pero Francia también se interesó por el resto del continente, en 1624 comenzó el asentamiento en la Guayana, en 1627 en la isla de San Cristobal, y desde 1635 fueron incorporando Guadalupe, Martinica, Dominica, Granada, Tobago y Santa Lucía. Durante la segunda mitad del XVII los asentamientos franceses en la parte occidental de La Española provocaron que ese territorio pasara a manos francesas (Haití). Las posesiones caribeñas se dedicaban al cultivo de azúcar mediante mano de obra esclava.

En África y Asia la presencia fue más escasa. Desde 1624 hubo establecimientos en Senegal, en el Índico en 1638 se ocupó la isla Borbón y desde 1642 se dieron establecimientos en Madagascar. Ya en 1667 se obtuvo un primer establecimiento en la India (Surat), al que se añadieron posteriormente otros como Pondichery (1674) y Chandernagor (1689), además de Mahé (Sheychelles, 1742).

Sin embargo, con el Tratado de Utrecht (1713), Francia perdió Acadia, Terranova y la Bahía de Hudson. Posteriormente perdió Canadá en 1763 y tras su cesión en las mismas fechas, vendió la Louisiana en 1803. En el XVIII, época de grandes viajes de exploración por el Pacífico, se ocuparon varias islas, como Tahití (1768).

· El modelo colonial inglés, holandés y francés

El modelo de colonización de estos países se basaba en un sistema de grandes compañías que tenían el monopolio del comercio y un derecho de soberanía sobre un territorio. Todo ello a cambio del abastecimiento de la metrópoli, del mantenimiento de la vías marítimas y en ocasiones de la evangelización y colonización. Este modelo de grandes compañías se corresponde con la doctrina mercantilista de la época que daba gran importancia a la acumulación de capital y al intervencionismo de los gobiernos de cara a favorecer una balanza comercial positiva, favoreciendo las exportaciones y limitando las importaciones, traduciéndose a nivel colonial en el monopolio absoluto. Así, a la colonia no se le reconocían intereses propios, servía a la metrópoli y a sus intereses, suministrándole materias primas y como mercado para sus manufacturas.

Caben destacar varios modelos en la colonización inglesa de Norteamérica: por un lado existían las colonias de la Corona, dirigidas por un gobernador y con asambleas locales; por otro las colonias de carta, confiadas por la Corona mediante patentes o carta a una compañía, la cual obtenía amplios poderes administrativos y el monopolio del comercio; y también existían las colonias de propietario, entregadas en propiedad a un propietario, con poderes casi de soberanía. Estos dos últimos modelos convergieron hacia el de colonias de la Corona.