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CARCASTILLO

El perímetro urbano de la villa de Carcastillo, destaca por su llanura uniforme. Se han encontrado diversos restos de época romana, tales como un miliario y una estela, que demuestran la antigüedad como núcleo urbano de esta localidad. Existió un antiguo castillo del que en la actualidad no queda resto alguno, pero del que queda constancia en el mismo topónimo de la villa. Dentro de la arquitectura civil del lugar, merece especial mención el Palacio del Abad en el interior de lo que hoy es la Plaza de la Iglesia. Dicho Palacio, residencia del abad de La Oliva, es una obra debida a Martín de Rada y fechada en 1537, con una fachada de dos cuerpos en aparejo de sillar que conserva una gran arcada de medio punto, sobre columnas de estilo plateresco. En el siglo XVII, se añadirá al segundo cuerpo del edificio, un balcón corrido apoyado sobre ménsulas y decorado con motivos en forja de la época. Los elementos arquitectónicos más representativos de la villa corresponden con construcciones religiosas. Del patrimonio religioso de Carcastillo lo más destacable es el monasterio cisterciense de La Oliva (Véase OLIVA, La). Existieron asimismo en época medieval diversas ermitas como la de San Esteban, San Lorenzo y San Juan Bautista, que no se han mantenido hasta nuestros días. La Parroquia del Salvador es de época medieval, en concreto del estilo cisterciense de la primera mitad del siglo XIII. El templo se distribuye en una sola nave dividida en ocho tramos, que tiene como soporte una bóveda de medio cañón en forma de arco apuntado, cuyo peso es soportado por una serie de arcos fajones. En época tardía, en concreto a finales del siglo XIX y comienzos del XX, se cubren la zona del crucero y la capilla mayor con una bóveda de crucería, que quiere imitar al estilo medieval del conjunto. Como elementos externos destacan los robustos contrafuertes externos de origen medieval y la portada ubicada en la zona de los pies. De formas sencillas, el pórtico cuenta con una serie de contrafuertes laterales, y tres arcos apuntados como elementos decorativos, que a la vez son protegidos por una serie de arquivoltas. En su ajuar interno, destaca en el lado del Evangelio el Cristo de la Vera de la Cruz de la segunda mitad del siglo XVI. Cuenta la parroquia en su interior, con un retablo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII. En él, se alberga la imagen de la Virgen del Rosario perteneciente al primer cuarto del siglo XVII, de estilo manierista y realizada por Juan Ximénez de Alsasua. Como piezas ornamentales más antiguas del conjunto, se encuentran el ara del altar y una pila bautismal de estilo románico. En la zona del Presbiterio, en el primer cuarto del siglo XX, se levantaron dos retablos; uno de ellos es el retablo mayor realizado por Arteta y otro de menor tamaño, dedicado a la Virgen de la Inmaculada. Ambos albergan en sus calles diversas piezas escultóricas de gran valor de finales del siglo XVI y comienzos del XVII.