Si bien los primeros reyes Evreux fueron franceses en cuanto a su nacimiento, lengua, residencia continua e intereses patrimoniales, con motivo de la separación de la Corona navarra de la de Francia, unidas bajo los reinados de la dinastía de reyes capetos, la dinastía Evreux experimentó una progresiva evolución que acabaría en la época de Carlos III con un desligamiento de los intereses patrimoniales franceses y una plena "navarrización" de la dinastía.