La maquinaria herramienta en nuestro entorno. Se acepta que las máquinas construidas por el hombre hace siglos poseían las características para considerarlas hoy como máquinas-herramienta. Pero hasta el siglo XIX no se desarrollan las primeras industrias fabricantes de las mismas. En el País Vasco existen diversas referencias a la construcción de máquinas durante esta época. Manuel Laborde señala que a fines del siglo XIX la industria metalúrgica de D. Félix de Yarza «...constituía un magnífico taller de forja y ajuste dedicado a la construcción y reparación de máquinas...». Pero las primeras informaciones concretas aparecen al terminar el siglo, en Eibar. Tanto en Cataluña como en el País Vasco existía una importante tradición en las artes del manejo del hierro y los aceros. En nuestro caso, la hostilidad de la tierra y el clima contribuyeron posiblemente al desarrollo de facultades para el dominio del mar y los escasos recursos naturales disponibles. En 1765 inicia sus actividades la Sociedad Vascongada de Amigos del País, que en 1774 crea el Seminario Patriótico de Vergara que, de modo sistemático impartió enseñanzas de Física, Química, Metalurgia y que constituye la cuna del ingeniero industrial. Otro acontecimiento importante fue la puesta en marcha del procedimiento Bassemer en el último tercio del siglo XIX, que determinó la intensa explotación de la cuenca minera bilbaína, la exportación de mineral y la creación de la potente siderurgia vasca. Es sobre todo en el segundo decenio del siglo XX cuando se inicia y desarrolla la producción de máquinas-herramienta. Esta producción se va simultaneando con la mecanización para terceros, principalmente para la industria naval. Para explicar la concentración de estas industrias en el País Vasco y Cataluña se puede aludir a la existencia de infraestructura y mano de obra cualificada, la protección arancelaria y la demanda a que dio lugar la primera guerra mundial. Pero es Cataluña quien lleva el liderazgo hasta 1940, y a partir de entonces el País Vasco, y Guipúzcoa concretamente. De las 93 nuevas empresas surgidas en el quinto decenio del siglo XX, 63 se ubican en el País Vasco. El número de empresas sigue creciendo ininterrumpidamente hasta 1965. A partir de este año disminuyen los fabricantes. Principalmente el fuerte descenso de las reservas externas españolas fuerza al Gobierno a la adopción de medidas restrictivas (1966), que afectan de manera especial a la demanda de máquinas-herramienta. Esta época de crisis caracteriza la evolución de la producción y el comercio de la máquina- herramienta, con cambios importantes en la demanda, tanto cualitativa como cuantitativa y la acentuación de las prácticas proteccionistas de las producciones nacionales en muchos países. Se iniciaba pues una etapa que exigía ajustarse a la nueva situación. Con ello se va consiguiendo por primera vez en muchos años que las importaciones superen el valor de las producciones propias consumidas en el mercado español. En 1981 la demanda española se atendió mayoritariamente por los constructores de otros países. En los últimos años la transmisión de tecnología contribuye de forma creciente a la industrialización. En un estudio sobre ello se observa que entre los compradores de tecnología, aparecen varias empresas cuya actividad única o principal es la comercialización de máquinas-herramienta. En este sentido, nuestra situación a nivel mundial, comparativamente con otros sectores españoles, puede valorarse de modo positivo. Otra característica del sector, que sin duda ofrece interés en un momento en que las reservas energéticas presentan disyuntivas que obligan a plantear nuevas posibilidades, es el bajo consumo energético y la escasa contaminación medio ambiental del sector de la máquina-herramienta.