Industriak

BSH SUPER SER, UFESA Y KRAINEL

Segunda etapa: la quiebra, 1978-1985.

Los problemas emergieron al mantener la estrategia expansiva a pesar de los malos augurios que en todo el mundo industrial y financiero significó la primera crisis del petróleo. En el verano de 1974 se incorporaba la fabricación a gran escala de lavadoras automáticas y lavavajillas tras adquirir el 49 por ciento de la firma Domar SA -más conocida por la marca Newpol-. En noviembre de 1976 compró la firma Crolls SA, en Reus (Tarragona). Ambas operaciones requirieron de la búsqueda y entrada de financiación bancaria, apoyada en la salida a bolsa, junto a una nueva ampliación del capital social. Para entonces el ciclo expansivo se había frenado en seco, por más que hubiesen conseguido ser líderes absolutos en el mercado doméstico con buena parte de las marcas y productos, y presentándose como uno de los innovadores en las técnicas de marketing y de investigación de mercados con una publicidad muy efectiva.

Mientras el plan de inversiones de Orbaiceta SA no se detenía, la economía industrial española entraba en un proceso de descapitalización muy severo. El deterioro del negocio de los electrodomésticos fue tan imparable como el descenso del consumo y la pérdida de renta en un país en el que el paro crecía exponencialmente. La recesión abocó a la quiebra y suspensión de pagos a todas las grandes firmas del sector. Y en su caída Orbaiceta S.A., tercer empleador de la región tras la fábrica de coches y la mina de Potasas, descendió a los infiernos de la crisis y la reconversión como consecuencia de los compromisos financieros y fiscales incumplidos y unos stocks en almacén que derrumbaron la cuenta de resultados y la composición y número de operarios de su plantilla.