Refranes y sentencias, literariamente, son casi idénticos. Dísticos, algunas veces rimados, representan algo así como la filosofía popular fijada oralmente mediante el artificio de constituirse en frases hechas. Esteban de Garibay, autor del famoso Compendio historial consignaba en sus Memorias que había poseído dos colecciones de refranes en lengua vasca, una de las cuales había enviado a Juan de Idiáquez. Una copia se conservó en un códice, G 139, de la Biblioteca Nacional de Madrid y otra en un manuscrito, Cc. 79, también en dicho establecimiento pero que, desaparecido, fue regalado por Benito Maestre al conocido vascófilo Francisque Michel autor de Le Pays Basque. [fueron dados a conocer por primera vez en 1854 en el tomo VII del Memorial Histórico Español publicado por la Real Academia de la Historia. Su título es: Philosophia moral en bascuençe por refranes, Garibay G. 139]. La segunda colección es la de 1596, de la que vamos a ocuparnos más detenidamente. Fue descubierta por J. van Eys en la Biblioteca del Landgrave de Hesse. Mucho más tarde (1657) se imprime en París la colección recogida por Oihenart, titulada Les proverbes Basques recueillis par le Sr. d'Oihenart, plus les poésies basques du méme auteur. Junto con el suplemento Atsotizen verhenquina, hace un total de 706 refranes y sentencias. Otra colección de 205 se debe a la diligencia del suletino Bertand de Sauguis que los había enviado a Oihenart. [Sobre éstos puede verse el artículo de don Julio de Urquijo en la "Revista Internacional de Estudios Vascos. ", 1908, p. 677]. Otro suletino figura entre los coleccionadores de refranes y es Jacques de Bela (1568-1667) autor de una verdadera enciclopedia manuscrita en dos tomos y en forma de diccionario entre cuyo texto se hallaba, precisamente, esta serie de refranes (45 proverbios). Un guipuzcoano, Lope de Isasti, dio a conocer otra serie, algo más grande, que la anterior con un total de 85 refranes. Se han publicado en Textos arcaicos vascos de L. Michelena (1964) lo mismo que los de Bela.