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Historia de las armas (1977 version)

Fábricas de Gipuzkoa. Dos casas reales de armería, la de Placencia y la de Tolosa, se destacan como productores de toda clase de armas de calidad. En tiempos de Isasti eran famosas las de Azcue de Ibarra (Tolosa) y la de Andrés de Loidi, platero de San Sebastián. Entre todas -las de Tolosa, Eibar, Mondragón y Oñate, así como los ingenios de Elgoibar, Vergara y San Sebastián- el centro productor más importante llegó a ser el de Placencia. Todos sus vecinos estaban agrupados en cuatro gremios: chisperos (herreros), canonistas, aparejadores y cajistas. Dirigían la fábrica diferentes oficiales con título real como el veedor, contralor, gobernador, almacenero y examinadores. El célebre adelantado Pedro Martínez de Avilés encargó por orden de Felipe II hasta 2.000 mosquetones en una sola ocasión, pero no se comprometieron sino a suministrarle 500. En vista de ello el pagador le dio seguridad de que en Hermua encontraría oficiales del arte capaces de fabricar los pertrechos que necesitaba logrando que le fabricaran 700 mosquetes. Esto dio origen a una especie de pugna entre ambas fábricas. Los de Placencia acudieron a Bilbao y se comprometieron a fabricar las 2.000 armas solicitadas. La fabricación de armas en pleno auge dio origen a las industrias de Mondragón y Eibar. Los artífices eran vascos, como se ve por los pocos nombres conservados, tales como Juan Ibáñez de Churruca, Martín de Unamuno, Domingo de Loyola, Joan de Sagarra y Andrés Argárate. Las condiciones de trabajo, precios, fases de fabricación, etc., están muy claras en diversos documentos publicados en varias revistas.

Bernardo ANAUT