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Historia de las armas (1977 version)

Fábricas vizcaínas y Lanceros de Elorrio. Aparte de la emulación que existía entre las fábricas de Ermua y de Placencia, Elorrio se mantuvo muy activa en su industria armera, pero decayó notablemente a causa de un incendio que obligó a abandonar la localidad. No olvidemos que las casas en esta época eran de madera la mayoría. Pero en tiempo del adelantado cuando éste, camino de Bilbao, celebró su conferencia con el pagador y dijo a Avilés "que no faltaría allí quien hiciese los mosquetes" que los de Placencia habían rehusado, las cosas cambiaron. En efecto; dos artífices, Domingo de Irigoyen y Domingo de Bustinza, tomaron sobre sí la Empresa y en poco tiempo pusieron a disposición real las armas precisadas. Se sabe que los subalternos trabajaban en sus domicilios casi independientemente y aparte ciertos retrasos en los pagos, Irigoyen y Bustinza se acredicaron como celosos maestros en el arte. En 1575 hubo algunos incidentes, pues Bustinza e Irigoyen requirieron instrumento notarial para que se notificase al capitán Alonso de Cosgaya que al tiempo de probar las armas, muchas reventaban a causa de la mala calidad de la pólvora que se sospecha venía adulterada. Los fabricantes invitaban a que se probaran, por examinador, los mosquetes que se hacían en Eibar, Placencia y Mondragón "para que no pierda nadie su reputación que meresce".

Otra industria afín, la de armas blancas florecía en Navarra y en Elorrio (Bizkaia). A principios de 1575 se reunían en Elorrio el capitán Alonso de Cosgaya y los lanceros de la misma. Les hacía el militar la siguiente consulta: "Qué número de picas tenían hechas y cuántas y para cuándo podrían fabricar"·. "El número de las que podrían hacer al mes y qué disposiciones se podrían adoptar para aumento de los fresnos que se utilizaban en su fabricación". Respondieron a la pregunta que en nombre del rey se les hacía: "Que tenían dispuestas menos de 1.000 picas, pero que para fines de abril podrían suministrar hasta 3.000. Que cada mes se hacían de 2.000 a 3.000 picas, 1.500 lanzas y gran cantidad de otras armas. Proponían la libre plantación de fresnos o equipararlos cuando menos, en condición a los manzanos. El consejero Álava urgía desde Madrid al capitán Cosgaya el envío de armas ya probadas a Cartagena y el pedido fue totalmente cumplimentado. El transporte se realizó por vía marítima. Muerto el adelantado Meléndez de Avilés, "el Conde Duque de Olivares dispuso que una de las tres naos se cargase de municiones, armas y pertrechos para la ciudad de Sevilla, para que en ella se entregase al proveedor general Francisco Duarte, y se hizo así, que la nao se cargó y fue en el viaje con su dueño el capitán Domingo de Aierdi y 105 marineros vecinos de Pasajes"