Fábrica Real de Eugui (Navarra). Tuvo su origen en una ferrería fundada en el siglo XV. En 1496 los vecinos y moradores del lugar facultaron a Martín Aguirre y Juan Ruiz de Lesaca para hacer una ferrería en Vidaurreta usando los bosques circundantes, siempre que respetasen los robles y fresnos que allí abundaban. En 1535 Cristóbal de Bergara y Martín de Aguirre, señores de dicha ferrería, la vendieron al virrey Marqués de Cañete por 567 ducados. Un poder otorgado ante notario en 1589 nos deja ver que los obreros de Eugui eran vecinos del valle de Esteríbar. Estaban quejosos de las vejaciones recibidas por parte de los directores de ella. De esta fábrica salieron los más bellos ejemplares de armas y armaduras artísticas que muy bien podían parangonarse con las mejores milanesas. Efectivamente, a finales del s. XVI se habían contratado unos cuantos técnicos y armeros milaneses. En la nómina de pagos de 1614 se ven a los maestros armeros Carlos Vesin, Ludovic Platin, Tomás Choca, etc.; los doradores Alberto Besozo, Julio César Gabinate, etc. En cambio, los trabajadores y cerrajeros son ya vascos: Ansotegui, Mendiguren, etc. El material -dice Idoate- llegaba en buena parte de Gipuzkoa y de Bizkaia. Lizaur y Alegría surtían de clavillos, tachuelas, ristres para las armas y hebillas. La chapa se traía de Bérriz (Bizkaia). Un comerciante inglés, establecido en San Sebastián, Juan Pendrós, servía cuero de becerro para las guarniciones de las armaduras. Solamente mencionaremos a los espaderos pamploneses y a las Fábricas de Orbaiceta que se dedicaban más bien a la producción de municiones y pertrechos sin desbastar, que luego se concluían en Gipuzkoa.