Architecture

Bodega Marqués de Riscal. Elciego

Elciego se sitúa al sur de la Rioja Alavesa, en el territorio histórico de Álava. Hacia el norte, divisaremos la sierra de Cantabria, y al sur, veremos pasar el río Ebro. Al este, limita con Lapuebla de Labarca y al oeste, con Baños de Ebro.

Al igual que en todos los municipios de la zona, el vino y todo lo relacionado con este producto es el centro de todas las actividades de la localidad. El pueblo, rodeado de extensos viñedos, es referente en la vitivinicultura y cuenta con muchas bodegas de gran calidad.

Más allá de la producción del vino, Elciego cuenta con diversas obras arquitectónicas como la parroquia de San Andrés y la ermita de la Virgen de la Plaza, un capricho de la arquitectura del siglo XVII. Un pueblo con calles bien trazadas, unidas entre sí por pintorescas callejuelas repletas de palacios y casas de piedra blasonadas.

La Bodega de Vinos de los Herederos del marqués de Riscal se estructura entorno a la bodega original de 1860 (una de las bodegas más antiguas de la Rioja). En el interior de estas instalaciones, utilizadas hoy en día para la crianza de vino en barrica, se encuentra La Catedral, un botellero en el que Marqués de Riscal guarda su mejor tesoro, una colección única compuesta por botellas de todas las añadas producidas desde 1862.

El incremento de la producción de vino hizo que en 1883 tuvieran que ampliarse las instalaciones de esta bodega, hecho que volvería a repetirse en 1968 y 2000. Actualmente, junto con la bodega original, completan las instalaciones la bodega Foso, la bodega Vacada y la bodega San Vicente.

La antigua bodega del Marqués de Riscal, junto con un nuevo edificio diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry que acoge un hotel, un spa de enoterapia, un exclusivo restaurante y un centro de reuniones y convenciones, conforman la Ciudad del Vino de Elciego, convertido ya en icono internacional.

Marques de Riscal destaca por su carácter pionero, innovador e inconformista, e introduce las técnicas francesas de elaboración del vino. Siempre un paso por delante del resto, abre el camino pero sin olvidar las tradiciones. En este marco que combina tradición y futuro, gestan la idea de construir el edificio revolucionario actual.

El edificio de Gehry es un híbrido que combina acero, hormigón armado y sistemas de hormigón post-tensado. Tiene 25 metros de altura y se organiza en 4 plantas.

Estructura de hormigón: las tres columnas que albergan las escaleras y ascensores del edificio, son los tres únicos pilares del edificio, y no sólo conducen las cargas verticales a la cimentación sino que confieren además la estabilidad lateral y la resistencia ante las cargas horizontales.

Los forjados de las diferentes plantas se organizan con unas dimensiones variables y forma irregular. La profundidad variable y la necesidad de reducir los niveles de contracción conllevan a la dosificación del hormigón, a su colocación en diferentes fases y a utilizar hormigón post-tensado.

Estructura metálica: aunque las laminas de cubierta no tienen una carga trascendente con respecto al resto de la construcción, debido a sus complicadas formas pueden provocar el efecto vela, por ello, para resistir el empuje del viento se proyecta una estructura metálica. Se plantea una técnica de triangulación geométrica para configurar el perfecto funcionamiento de la cubierta. Se utilizan diferentes tipos de elementos que se extienden emulando una rama: comenzando con perfiles HEA/HEB, hasta utilizar perfiles de forma T.

Revestimiento de cubierta: las láminas que revisten la cubierta son de acero inoxidable, espejo y titanio de colores. Alrededor de 3.400 metros cuadrados repartidos entre 100 de titanio en tono oro, 700 de titanio en color rosa y el resto de acero inoxidable acabado pulido espejo.

Fachadas exteriores: el edificio se reviste de piedra en sus fachadas rectas, y de titanio y acero inoxidable en las curvas (abriendo grandes ventanales entre ellos). Más de mil metros cuadrados de ventanales, todos ellos diferentes entre sí, rectangulares, triangulares, trapezoidales... con complejas orientaciones, que abren el edificio al paisaje exterior. La fachada de piedra es ventilada, y cada pieza se fija en 4 apoyos.

Cada planta es diferente y altamente irregular, y disminuye en dimensión a medida que se asciende en vertical. La elevación del edificio, se articula gracias a las tres columnas que arrancan de nueve metros por debajo del acceso al hotel (atravesando el gran botellero de Marqués de Riscal).

Sobre la primera planta, en la que se ubican todos los dormitorios del establecimiento hotelero, se sitúa además otra planta con el restaurante, una entreplanta para servicio y una última planta con un salón para clientes.