Lexique

VASCO-CANTABRISMO

Identificación Cantabria = Navarra. El vasco-iberismo coloca a Tubal en los Pirineos, primero (Ximénez de Rada), luego en Pamplona y zona colindante (Lope García de Salazar, el Tostado, s. XV), desde donde su estirpe se habría expandido por toda la península. La superposición, basada en la indefinición de las fuentes antiguas, de vascones y cántabros se efectúa a lo largo de la historiografía medieval. Caro Baroja (1972:186) menciona una cita de Lucas del Tuy, muerto en 1349, en la que denomina «Rey de Cantabria» al de Navarra y «cantabrios» a sus vasallos. Utilizando el soporte lingüístico, la transposición iberos=cántabros parece ser obra del Renacimiento. Entre los s. XV y XVI la identificación de Navarra con Cantabria es un hecho generalizado. «Regum Cantabriae» llama en el s. XV Alonso de Palencia al de Navarra en su «Cuarta década» de la Crónica de Enrique IV. A los vascis (bajonavarros) y cantabris va dirigida la bula «Pastor Ille coelestis» de Julio II (1512) a propósito de la conquista de Navarra. Osiibus et memoriae Petri Navarri cantabri puede leerse en el sepulcro de Pedro Navarro en la iglesia de Santa María de Nápoles, frase que su casi contemporáneo, Pierre Brantôme (1540-1614), traduce, significativamente, «a los huesos y a la memoria del Vizcaino Pedro Navarro». v. NOMBRE. Las citas no son fortuitas. Avalos de la Piscina, médico y cronista navarro del s. XVI, escribió una Historia Cantábrica a la que subtitula «Emmunctorium Cronicarum a Jacobo Remirio Piscinino Abalino, circa illustrissimam navarrorum regum proginiem serio non minus quam diligenter editum» (ms. en la B. Nacional de Madrid). También identifica a los navarros como cántabros el cronista Pero Antón Beuter en su Primera parte de la crónica general de toda España publicada en 1604, mucho después de escrita, y el literato Fray Antonio de Guevara en sus Epístolas familiares al escribir (1539) que «el oráculo de los hispanos era Proserpina, cuyo templo estaba en Cantabria, que ahora se llama Navarra». El Dr. Navarro se autotituló navarro y cántabro (me esse Navarrum et Cantabrum) en su «Carta apologética» de 1570. Trillo Figueroa, autor de la Neapolisea (1651) llama todavía cántabros a los navarros. La sinonimia Navarra= Cantabria proseguirá su marcha a través de los tres siglos que componen la Edad Moderna pero, a lo largo del s. XVI, la identificación se desplaza hacia el Oeste, cobra allí carta de naturaleza y sirve de soporte a toda una ideología político-antropológica: el cantabrismo.