Lexique

VASCO-CANTABRISMO

Vasconia, supuesto reducto cántabro. Esta teoría, derrotada entre los s. XVIII y XIX tras haber disfrutado de una extraordinaria popularidad, sienta sus bases en las fuentes greco-latinas, poco precisas algunas de ellas y tachonadas de topónimos de difícil identificación v. CANTABRIA. La introducción de referentes bíblicos en la historiografía va a distorsionar durante muchos siglos los datos fidedignos aportados por los primitivos clásicos. La alusión del cronista judeo-romano Flavio Josefo (s. I) al patriarca Tubal, nieto de Noé, como ascendiente de los iberos iba a dar pie a la teoría vasco-iberista que relaciona a los vascos con los primeros habitantes de las dos Iberias, la caucásica y la hespérica o mediterránea. v. VASCO-IBERISMO. No conocemos ningún estudio sistemático sobre los orígenes de la identificación de estos vascos --o iberos-- con los antiguos cántabros, aliados de los aquitanos y fieles seguidores de Sertorio (Cesar, XXIII-XXVI), diezmados por las tropas imperiales en los años que preceden a nuestra era. Lo que no hay duda es que la invención y difusión de la imprenta europea relanza la literatura clásica y posibilita el acceso de la misma a los historiadores renacentistas; pocos años después de la puesta en marcha de este revolucionario sistema, en l475, se efectúa en Vicenza la primera edición de las tablas de Ptolomeo. En ellas aparecen los cántabros, separados de los vascos de la Hispania Tarraconense (várdulos, carístios, autrigones y vascones), pero todos ellos en torno del Occeanus qui dicitur Cantabrius. Creemos que la identificación vasco-cántabra, de no ser tradicional, surge del cruce tardío de la teoría tubalista-iberista, que, desde el s. XIII (Ximénez de Rada), localiza en los Pirineos de habla vasca a los primitivos iberos, con el enorme enigma que plantea a los eruditos de la época la existencia de una lengua ostensiblemente no romance. La hipótesis de que el euskera haya podido ser la primitiva lengua de Iberia llevará, pensamos, a interrogarse sobre cuál habría podido ser la causa de que tal lengua primitiva se haya mantenido en una zona concreta de la península --Vasconia-- y haya sobrevivido a la conquista romana. Aislamiento e insumisión, se razona, tienen que haber sido las causas. Las guerras cántabras, la salvaje resistencia de estos elementos nativos a dejarse domeñar por las águilas imperiales, el desconocimiento generalizado de la derrota cántabra definitiva a manos de Agripa, ofrecen un tentador surtido de elementos para la identificación. Los cántabros, insumisos, habrían mantenido el idioma indígena de Iberia: el euskera o vascuence. Cantabria y el país del vascuence, que en el s. XVI es llamado preferentemente «vizcaino», son la misma cosa. La alusión de los clásicos a la impronunciabilidad de los nombres cantábricos avalaría la hipótesis. Pero ¿qué zona concreta del país del vascuence es la primera en ser identificada con Cantabria?