Monarchie et Noblesse

Sancho VI Garcés (version de 1996)

Prosigue la guerra con Aragón. Villanía del castellano (1173). Esta guerra con Aragón era una guerra, más que de ocupación de pueblos, de entradas y salidas causando multitud de daños. Además había que tener a bien a las fuerzas influyentes del reino como los caballeros del Hospital de Jerusalén afincados en Peralta. Don Sancho el Sabio puso a todos los que moraban en el reino bajo su amparo y protección con penalidades importantes para quien osara hacerles daño alguno. Así se pena con mil monedas de oro al que hiriera a cualquiera de ellos o dañase sus propiedades. En esta carta se mencionan los señores más destacados del reino, es a saber, los de Alava, Marañón, Logroño, Sangüesa, Ocón, Ujué, Rueda y Estella. Se da la particularidad de que figure dominando en Estella Pedro Ruiz, señor de Albarracín, bien por haber regresado a Navarra, bien en honor que el rey le reservaba. A la vista de la comprometida situación del rey de los vascos, Alfonso VIII de Castilla le ataca por la espalda entrando en la Rioja y tomando por hambre la ciudad de Grañón, sobre un afluente del río Tirón, muy cerca de Santo Domingo de la Calzada, pero para llegar allí había ocupado de pasada algunas localidades como Ameyugo, Santa Gadea, Portilla, Treviana y Cerezo, como observa Lacarra. En julio ocupaba Quel, en las proximidades de Arnedo y luego pasaba a una furiosa ofensiva llegando a Artajona (18 de septiembre) y a la misma Pamplona. Al año siguiente, el 18 de enero de 1174, la alianza Aragón-Castilla se estrechaba con la boda del rey de Aragón, en Zaragoza, con doña Sancha, hermana del rey castellano. Las consecuencias se producen ya en la primavera del mismo año. El castellano se dirige a Pamplona y cerca a los navarros, por espacio de dos días, en la fortaleza de Leguín, próxima a Urroz. Estas incursiones terminaban con la consiguiente retirada a los puntos de origen. Así, en julio de 1176 se repite la incursión castellana pasando el Ebro por Calahorra, penetrando muy al interior del reino y ocupando de nuevo Leguín, pero ya el 22 de agosto la expedición de castigo regresa a Nájera, lo que deja ver que la Rioja estaba ya bajo su poder por lo menos en gran parte.