Villes

PERALTA

Plaga de lobos. Según refiere Idoate en Rincones..., [t. II, págs. 450- 453], en el año 1652, ante la gran cantidad de lobos que había en Navarra, las Cortes decidieron tomar medidas drásticas para extirpar la plaga. Se decidió que los propietarios de ganado pagasen tarja y media por cabeza de ganado mayor y la misma cantidad por cada veinte de ganado menor o diez de porcino. Con estos fondos se pagaría a los loberos, a razón de seis ducados por cada animal grande cazado y dos por cada cría. La mayoría de las ciudades, villas y lugares del reino protestaron contra esta ley, incluyendo Peralta. Uno de los argumentos aducidos en contra fue la lejanía de la capital para ir a cobrar la recompensa. Se resolvió que además de en la capital los loberos pudiesen cobrar en algunas ciudades, entre ellas Peralta. La ley se mantuvo en práctica, pese a las protestas, y fue corroborada en las Cortes de 1662.