Concept

Parentesco Vasco

Encontrar en el euskara un fósil que lo sitúa en una comunidad cultural asiática, requiere una interpretación. ¿A qué nos conduce la inclusión del euskara entre las culturas que comparten la teoría del hueso y de la carne?

Tres son las grandes olas culturales que procedentes de Asia han alcanzado este rincón occidental del continente eurasiático. La última, la cultura indoeuropea, surgida hace unos cinco milenios en algún lugar entre el Mar Negro y el Mar Caspio, que llegó hasta nosotros hace unos tres. Anteriormente también llegó de Asia la revolución agrícola neolítica surgida en Anatolia hace unos diez mil años, y que nos alcanzó hace unos seis. Y antes aún, la primera, la que trajo a los primeros hombres de nuestra especie a la Europa entonces habitada por los neandertales, se inició hace unos cuarenta mil años, sin que sepamos a ciencia cierta cuántos pueblos y cuántas culturas llegaron a lo largo de los veinte o veinticinco milenios siguientes. Existe base para suponer que no fueron las castas indoeuropeas quienes extendieron la teoría del hueso y la carne, porque dicha teoría aparece donde jamás llegaron dichos pueblos, -entre los nivkh de la península de Sahalin por ejemplo-, y porque a pesar de la exagerada desproporción entre las fuentes documentales de las culturas indoeuropeas y la vasca, resultaría que la única evidencia europea de su existencia se habría conservado precisamente en el vocabulario vasco; pero también porque colisiona con múltiples aspectos ideológicos bien conocidos de los indoeuropeos, ampliamente presentes en su mitología y suficientemente estudiados. Suponer que dicha teoría se expandió junto con las técnicas agrícolas del Neolítico plantea problemas similares, tanto por el ámbito de expansión que no coincide, como por la intensidad en la distribución de los vestigios, e igualmente por razones ideológicas, que resultaría excesivamente prolijo explicar en este artículo. Por tanto, y sin olvidar que los sistemas de parentesco pueden, igual que las palabras, viajar e injertarse en nuevos contextos, y teniendo siempre presente tal posibilidad, no resulta descabellado suponer que el origen del vestigio que incluye a los vascos entre los creyentes de la teoría del hueso y la carne, pueda ser paleolítico.