Musées

Museo Diocesano de Arte Sacro. Vitoria-Gasteiz

La idea de crear un Museo Diocesano nace a principios del siglo XX cuando comienzan a reunirse las primeras obras de la colección en las dependencias del Palacio Episcopal. A lo largo de este tiempo ha tenido varias ubicaciones: en 1923 se inaugura en el Seminario Conciliar "un museo diocesano en el que se exhibieran, debidamente clasificados, objetos artísticos pertenecientes a las iglesias". Entre 1930 y 1936 se instala en el nuevo Seminario Diocesano y entre 1942 y 1999 forma parte de los fondos de las instituciones museísticas albergadas en el Palacio Augustin como son la Casa de Álava, el Museo Provincial y el Museo de Bellas Artes.

Las obras que componen la colección proceden de la Diputación Foral de Álava, el Obispado de Vitoria y las iglesias de la Diócesis y se muestran en cinco secciones ordenadas cronológicamente y denominadas según los materiales o técnicas predominantes: Piedra, Tronco, Tabla, Lienzo y Plata.

El Museo está ubicado en la Catedral Nueva, un edificio neogótico que comenzó a construirse en 1907 y fue consagrado en 1969. Su espacio interior es diáfano y tiene cinco naves de gran altura iluminadas por magníficas vidrieras de la casa Maumejean. Lo espiritual y lo museístico conviven en el templo ya que las capillas de la girola se convierten en las salas del museo.

  • La Piedra.

Ocupa las salas 1 y 2, y estilísticamente se corresponde al Prerrománico y Románico. En esta sección encontramos algunas de las manifestaciones artísticas más antiguas del cristianismo en Álava. Se pueden contemplar tumbas, estelas y altares que son testimonio de antiguos ritos. También se pueden ver elementos arquitectónicos como capiteles, ventanales, ménsulas y canecillos tallados que embellecían los templos e instruían a los fieles.

Obras destacadas de esta sección son la Lápida funeraria de Bolívar, fechada entre 926 y 928 y que justifica la presencia de un obispado en Álava por estas fechas; los fragmentos románicos de Ziriano; los pies de altar de San Julián y Kripan, portadores de un loculus; la Estela de Corres; la Estela de Galarreta; la Ménsula de Belcebú de Ilarduia, con la representación del demonio castigando a un pecador; el Ventanal de Nanclares de Ganboa, de estilo románico.

  • El Tronco.

Corresponde a las salas 3 y 4 del Museo y reúne imágenes góticas talladas en madera, que han sido objetos de veneración de los fieles durante generaciones. Son obras de los siglos XIV y XV. Encontramos Andra Maris, Cristos, santos y santas de devoción popular tallados en madera y policromados con oro y ricos colores. Representan las creencias y el pensamiento medieval. Además es posible contemplar pintura sobre tabla.

Destacan en esta sección numerosas obras: San Miguel, San Martín de Tours, San Antón Abad y el Fragmento de Templete de Gazeta; la magnífica talla Santa María de Vitoria, escultura titular de la catedral vieja y cabeza de serie de las imágenes góticas de las Andra Maris tallada hacia 1278-1280; un alabastro inglés de San Juan Bautista de Lermanda; la escultura de Nuestra Señora del Socorro de Mártioda, financiada por el conocido linaje de los Hurtado de Mendoza; las tablas del retablo de Tortura.

  • La Tabla.

En esta sección, que ocupa las salas 6 y 7, se encuentra la pintura renacentista sobre tabla llegada desde Flandes y obra autóctona desarrollada en los retablos. Se corresponde con el siglo XVI. Las obras flamencas del Museo eran objetos de lujo de uso privado: una buena colección de trípticos, los bustos relicarios de las Once Mil Vírgenes y varias poupées de Malinas. Además es posible encontrarse con el Tríptico de la Virgen con el Niño, Santa Catalina y Santa Bárbara, procedente de Orduña y pintado por el Maestro de Fráncfort.

El retablo renacentista de Fontecha, las tablas de Labraza, las esculturas de Juan de Anchieta procedentes del retablo inacabado de la iglesia de San Miguel de Vitoria-Gasteiz, una Santa Marina del taller de los Beaugrant, etc. son una buena muestra de la retablística renacentista de nuestro entorno.

  • El Lienzo.

Las salas 8 y 9 se dedican a la pintura sobre lienzo y muestra grandes telas pintadas por algunos de los artistas más destacados del Barroco. Son obras de los siglos XVII y XVIII. El recorrido comienza con una obra estilísticamente manierista (San Francisco de El Greco) y continúa con la pintura barroca internacional como el San Pedro y San Pablo de José de Ribera, la Predicación de San Juan Bautista de Luca Giordano o la Lamentación Sobre Cristo Muerto de Gaspar de Crayer.

Además, las escuelas españolas están representadas en los lienzos de la Inmaculada Concepción de Alonso Cano y de Juan Carreño de Miranda, la escultura de Santo Tomás de Aquino de Luis Salvador Carmona y las tallas de Pedro de Mena, entre otros.

  • La Plata.

Las salas 10 y 11 están compuestas de piezas de orfebrería realizadas en su mayoría en metales nobles como la plata. Se muestra una extraordinaria colección de objetos litúrgicos como cruces, custodias, copones, cálices, píxides, crismeras, navetas, relicarios... La cronología de estas obras abarca desde el siglo XIII al XX.

Piezas destacadas son la Custodia de Samaniego, de tipo turriforme y de obrador riojano; el Relicario de la Virgen del Cabello procedente de Quejana y realizada en Avignon en 1331-1340; El Copón de Quejana, una pieza de orfebrería veneciana de primer tercio del siglo XIV; las piezas mexicanas barrocas de Manzanos.

  • La Liturgia.

La sala 5 trata de recrear un espacio religioso: una capilla. En ella se exponen toda una serie de objetos y elementos utilizados en las diversas celebraciones litúrgicas con una finalidad didáctica. Se muestra tanto la platería como varias vestiduras sagradas de los siglos XVI al XVIII, elaboradas en terciopelo, oro y seda.