Concept

Las Marzas

Dentro del calendario anual, el final del invierno y el inicio de la primavera promueven una serie de actividades y festejos que nos sirven de enlace entre dos estaciones bien diferentes. Cuestaciones y canciones que nos sitúan en contextos marcados por la tradición y la Naturaleza.

Dentro del romancero castellano, las "Marzas" ocupan un lugar importante, aunque geográficamente no abarquen un espacio demasiado amplio. Es más, el valor radica en la categoría de las letras interpretadas, así como la asignación de carácter carnavalesco, debido a su proximidad con estas fiestas, a pesar de haber ido perdiendo el rango de celebración que poseían mediado el siglo XX.

El área que abarcaba esta celebración cubría una parte importante de la provincia de Burgos, Cantabria prácticamente al completo, el norte de Palencia y el oeste de Bizkaia, concretamente las Encartaciones: la villa de Lanestosa y el Valle de Karrantza/Carranza.

Por proximidad geográfica, la celebración en el cántabro Valle de Soba mantiene la estructura de lejanos tiempos, basada en la cuestación que se puede observar el 1 de marzo, siendo en otros lugares durante el 28 de febrero.

Los grupos de "marceros" o "marzantes", ataviados con pieles de ovejas, cencerros atados alrededor de la cintura y en bandolera, gorros con cintas de colores en algunos casos, recorren a pie, o en coche, pequeñas aldeas haciendo sonar insistentemente los cencerros y campanos al llegar a cada casa, o grupos de casas. Al momento salen los habitantes y el grupo comienza a cantar la, a veces, larga versificación.

Éste no es el caso de Karrantza o Lanestosa, por su olvidada práctica, al menos en las fechas estipuladas para ello y en la forma que se celebraba. Hasta el momento de su progresiva pérdida, aproximadamente finales del siglo XX, cada formación de un número indeterminado de miembros, que podía variar entre los 5 y los 15 individuos, o más, recorría su propio pueblo, denominación interna dentro de Karrantza para cada uno de los núcleos principales que lo componen.

En el cortejo participaba un "zarramasquero"; llamado así porque portaba un "zarramasco" o ramo de acebo, que solía ser adornado con cintas o papeles de diferentes colores. Vestía con una cincha del hombro izquierdo al lado derecho de la cintura de la que pendían campanillas, cascabeles y esquilas.

Como contraprestación al esfuerzo materializado por dicho grupo, los moradores obsequiaban con productos de la casa y de la matanza del cerdo: huevos, chorizos, tocino, torreznos o morcillas. También algo de dinero. Lo recibido se introducía, y se trasladaba, en una cesta.