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Las escuelas de artes y oficios en Euskal Herria

La Escuela de Artes y Oficios de Bilbao recoge una tradición patente por la formación profesional de los obreros, gracias al ahínco de Pablo de Alzola, alcalde de la ciudad y primer presidente de la Junta directiva de este centro. La evolución seguida durante los primeros cincuenta años de vigencia da cuenta de los cambios introducidos en la enseñanza del obrero y de la adecuación permanente a las demandas sociales de una ciudad que estaba sufriendo transformaciones económicas y sociales de gran envergadura, como hemos señalado anteriormente. En un cómputo total durante los primeros cincuenta años de vigencia arroja el siguiente número de alumnos: 56.314 alumnos matriculados y 41.786 alumnas, sumando un total de 98.100. Aunque la cifra de quienes terminaron los cursos fue la siguiente: 34.983 alumnos y 31.887 alumnas, siendo el promedio de matrícula de 1.962 alumnos matriculados por año de los que terminaron 1.337, es decir, un 68%.

Pero este dato relativo a los alumnos debemos contrastarlo con los cambios en los planes de estudio y, sobre todo, de las adecuaciones de la propia escuela al objetivo cada vez más decidido de formar un tipo de obrero con capacidad suficiente para instituirse, transformándolo en un nuevo obrero especializado. En este sentido, las tentativas de crear un obrero intermedio entre el ingeniero o el arquitecto y el ejecutor inmediato de los proyectos de construcción o industriales, estará presente a lo largo de toda la vida de esta institución. La creación de la "Escuela de Capataces", en 1902 y que duró hasta 1912, es una buena muestra de este interés en la formación de una élite obrera que, paulatinamente, irá conformando un grupo social diferenciado dentro de la propia clase obrera. Esta escuela, además de atender a los proyectos de formación de esa élite obrera, cuyos resultados globales posiblemente puedan no resultar tan notables, sobre todo en las primeras etapas, también tenía un objetivo de formación elemental de los obreros que permanecerá vigente durante todo el período de estudio que hemos seleccionado. Aspecto éste que se apreciará en la concurrencia a los primeros cursos de las diversas enseñanzas que se impartían y también a la formación de la mujer, que paulatinamente irá desarrollándose.

A diferencia de la Escuela de San Sebastián, la de Bilbao no recogía en sus programas y planes de estudio la formación comercial o mercantil. Esta ausencia se debe a que dichos estudios se impartían en el Instituto Vizcaíno, de larga tradición en la capital vizcaína, a la existencia de una Escuela de Comercio y otra escuela denominada por sus promotores como "la segunda escuela de artes y oficios", mantenida por las Conferencias de San Vicente de Paúl, que acogía un buen número de alumnos, que cursaban además estudios comerciales. Los planes de estudio vigentes estaban dirigidos prioritariamente a la formación obrera de las profesiones relacionadas con el hierro, la piedra, la madera, aunque en la última etapa, la década de los años treinta, se ampliaría a la mecánica y a la electricidad.