A partir de finales del siglo XII, el crecimiento de las ciudades, el auge de las monarquías y la creación de la burguesía, conllevaron un cambio en la mentalidad de la sociedad que trajo la formación de un nuevo arte, el gótico. Este arte se fue acercando al ser humano y la naturaleza, y comenzó a dejar de ser monopolio exclusivo de la religión. De hecho fueron tanto los monarcas y los burgueses como la nobleza y la Iglesia quienes impulsaron conjuntamente el proceso de humanización del arte, que posteriormente culminó en el siguiente período histórico de la Edad Moderna, en el Renacimiento.