Monarchie et Noblesse

García V Ramírez el Restaurador (version de 1983)

El problema sucesorio. Al fallecer Alfonso el Batallador el 7 de setiembre de 1134, efectuó su increíble disposición testamentaria hacia las tres Ordenes Militares herederas de Aragón y de Pamplona pese a existir Garcia Ramírez y un hermano del fallecido Alfonso, Ramiro el Monje, como más directos sucesores legítimos. Pero nadie, salvo los interesados, aceptó la disposición. García Ramirez se proclamó rey de los pamploneses con el beneplácito del obispo de Iruña García de Larrosa y los principales magnates pamploneses entre los cuales D. Ladrón de Guevara, señor de Guipúzcoa, Alava y Vizcaya. Pero es en la reunión de Vadoluengo donde tres emisarios de García Ramírez y tres de Ramiro el Monje llegan a un acuerdo en el que se definen sus potestades y se delimitan ambos reinos (diciembre de 1134 o enero de 1135). La iglesia impugnará este acuerdo denominando duques a los reyes pamploneses hasta 1196. Uno de los tres representantes de García Ramírez, D. Ladrón, de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, decide la restauración del Reino con el peso favorable de sus condados. El acto de acuerdo adoptó la fórmula de otorgar a Ramiro, dado su más cercano parentesco con el rey anterior, el título de padre de García lo cual no impidió que, meses después (mayo), García se alejara de él y se aliara con Alfonso VII de Castilla en Nájera mediante la aceptación vasalática de su calidad de emperador. García firma, en julio de este año, rege in Pampilona et in Alava, in Biçchaya et in Tutela... Su gestión será la de un monarca que, tratando de "restaurar" el reino de Pamplona de sus mayores, se ve en la penosa obligación de mantenerse a la defensiva mediante belicosidad alternada de diplomacia.