Después de haber experimentado con éxito en distintas localidades de Iparrralde, Urrugne, Sara, Hendaya, San Juan de Luz...el año 1892 Antoine d'Abbadie trató con el Ayuntamiento de Azpeitia la posibilidad de trasladar a dicho lugar la iniciativa de celebrar Fiestas Euskaras, cosa que ocurrió al año siguiente y que, a la vista de la buena aceptación que tuvo en el pueblo, en 1894 fue la Diputación la que se ofreció a hacerse cargo del proyecto con el compromiso de mantenerlo y continuarlo en el futuro.
Se formó una Comisión que, siguiendo las directrices de Abbadie, acordó celebrar las fiestas en dieciocho pueblos de la provincia a los que más tarde se añadió uno más: la entonces Fuenterrabia hoy Hondarribia. El ciclo comenzó en Mondragón el año 1896 y terminó en Tolosa en 1913. San Sebastián las celebró en 1906. Concluido el ciclo previsto inicialmente, el año 1914 se consideró interesante el prolongarlo un año más incluyendo a Fuenterrabia, pero la crisis económica derivada de la Guerra Mundial impidió llevar a cabo el proyecto.
Las Fiestas Euskaras, denominadas Semana Vasca, fueron recuperadas el año 1927 por el Centro de Atracción y Turismo del Ayuntamiento de San Sebastián creado, precisamente, ese mismo año. La decisión estuvo motivada por el deseo de ampliar el veraneo, siendo así que se eligió la semana del mes de septiembre en la que se celebra la festividad de la Virgen del Coro, patrona de la ciudad. Correspondiendo dicho día al 8 del citado mes, se creó la tradición de celebrar regatas de traineras los dos primeros domingos como comienzo y final de la ya Semana Vasca.
La celebración de la Semana Vasca fue suspendida el año 1936 y reanudada en 1940, siendo el año 1961 cuando se les devolvió la primitiva denominación de Fiestas Euskaras para, en la década de los noventa, progresivamente, ir sustituyendo su nombre por el de Euskal Jaiak.