Las horcas metálicas, al igual que otras muchas herramientas agrícolas, tradicionalmente se fabricaban en fraguas artesanales, entre dos forjadores, que daban forma al acero a golpes de martillos y mazas, sobre yunque. Su fabricación era unitaria, obteniéndose con medidas y formas aproximadas, dependiendo éstas del oficio y buen hacer del herrero.
A partir de 1930, Mugarza, Ugarte y Cia inicia su fabricación introduciendo paulatinamente criterios más industriales, aportando sus conocimientos y técnicas de trabajo como forjadores, de forma que, siendo los principios del proceso los mismos, se va empleando maquinaria y utillaje apropiado que van reemplazando el esfuerzo físico que debía aportar el trabajador manual, lo que permite simplificar las labores, a la vez que, obtener un producto más homogéneo en dimensiones, formas y calidad.
En una fecha indeterminada se pasa, de obtener las estilizadas púas por golpeo, como se hacía inicialmente, a hacerlo por adelgazado y estirado, a partir de un trozo de acero más grueso y corto, que se introduce en el espacio entre dos rodillos enfrentados que giran excéntricamente, de tal forma que, por presión sobre el material, se logra el resultado deseado.
Esta máquina laminadora de forja, fue desarrollada y construida por Mugarza, Urgarte y Cía, de acuerdo con sus necesidades y los productos que fabricaba, al tiempo que, progresivamente, iba incorporando otras máquinas, principalmente prensas mecánicas, que facilitaban el proceso de fabricación que fue evolucionando con el tiempo y la incorporación de maquinaria, pero incluso actualmente, se aprecia la herencia de las técnicas de trabajo del pasado, así como, el conocimiento, oficio y el saber hacer del forjador manual artesanal, que dio origen a la Empresa.